Demasiado ruido alrededor. El ruido, inútil manifestación del movimiento, interfiere y no me deja crecer. Quiero permanecer quieto, pero me zarandean. Quiero estar callado, pero siempre me pincha alguien para que salte. Quiero dormir y me cierran la huida. Quiero contemplar y desvían mi mirada. Quiero ignorar el mundo y extienden mapas ante mis ojos tristes. Abro la boca para recibir la lluvia y ésta me evita. Extiendo las extremidades y numerosos objetos impiden mi estiramiento.
Busco un hueco donde detenerme.
Una mano dibuja de manera lenta y grácil parte de mi perfil. Una humedad que reconozco me va a incorporando al trazo. Un roce del musgo proporciona placer a las yemas de mis dedos. Un arañazo incrusta el humus entre mis uñas.
Es melodiosa la cadencia de un chapoteo próximo.
(Dibujo de Inés González)
Tengo la sensación de que todo se está desbordando, no sólo el mar, que ya penetra en las ciudades y se manifiesta en sus calles... Mucho ruido, mucha sordera y escasa armonía (ya casi clandestina).
ResponderEliminarSaludos, para Inés también.
Tal vez no es un fenómeno pero sí más intensificado y agobiante. ¿Alguien escucha a alguien? Y esa máquina de ruidos llamada televisión...
EliminarSupongo que Inés se hará eco si lo lee.
Siempre podemos dejar fuera el ruido, la agitación: mirar un árbol, quedarse en casa..
ResponderEliminarHasta una telaraña...nos empeñamos en que no cohabiten con nosotros, pero son de una compañía bárbara las arañas...un día de estos, sé dónde hay muchas, voy a ir a buscarlas. Un mundo tan silencioso que hace las cosas sin alharacas, ¿o con ellas?
EliminarSilencio, reclamamos silencio. Al vétigo, a la "rabiosa actualidad", a la vorágine de la información -maldita mentira llamada información- hay que imponer el silencio creativo, la poesía, la musica, lo órfico..., todo esto es más clandestino y fastidia más al poder que escuchar sus sandeces y vivir pegados a la noticia.
ResponderEliminarSalud
¿Información? ¿Qué es eso? Los telediarios no están diseñados para informar, sino para tranquilizar, normalizar, integrar. El Tiempo, por ejemplo, como tiene fines turísticos-ociosos, es primera noticia en densidad, bueno, mejor dicho, segunda, la primera es el fúrbo. NO hay ni un jodido debate que merezca la pena.
EliminarConfesiones siempre de raíz.
ResponderEliminarDías de silencio entre tanto bullicio paralizante, se echaban de menos estas humedades.
Cada vez apetece más buscar humedades profundas, retornos a lo que no se tuvo, prospecciones en paisajes que no se sabe si existen...Algo del mundo rural que no hayan tomado las masas viene bien para reencuentros provisionales con uno mismo...pero el día a día, ay el día a día...¡inventemos! ¡descubramos!
EliminarMmmmmmmmmm
ResponderEliminar¿Sí? Ahhhhhhhhhhhh
EliminarDifícil llegar a esa región inhabitada, que el ruido resbale como arena entre los dedos... pero posible.
ResponderEliminarUn saludo de vibrante doble ;-)
Difícil, algo ingenuo, pero necesario...se necesita la senda, no sé si las de Oku o las del Monogatari...todas las sendas están en esta senda...mirémonos dentro. (Me ha quedado bien, pero ¿cómo perseverar?)
ResponderEliminarDesahogos, supongo. Un arpegio armonioso que no cese.
Cuando enucentres ese lugar dejame un espacio, lo podemos transitar levemente y con cuidado, alejandonos el uno del otro para no interferirnos. Digo silencio y ya estoy escuchando ruído.Realmente la paz es interior
ResponderEliminarBienvenida, Sandra. Tomo nota. Escribes silencio, no escucho ruido. La paz es circunstancia, cada uno la pone rostro.
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