"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





miércoles, 29 de enero de 2014

Diario de la mirada soñada

















También en el sueño se escapa la mirada. Lo hace incluso más deprisa y hacia objetos que normalmente uno no alcanza a fijar. Dispara lo inanimado y amplía horizontes inabarcables, aunque eso sí, de modo efímero. El soñador se dice: he visto. No todo ni mucho ni lo suficiente, pues en el sueño la medida no existe.Y después, una vez despierto, pasa el día estupefacto por visiones que no ha podido retener. Que no ha rescatado lo suficiente para alimentarse con ellas en esta parte. Recuerda a saltos y ve un rostro cuyos ojos avanzan hacia él. El soñador encuentra siempre belleza en toda clase de ojos. Tal hermosura no se encuentra tanto en una pigmentación, un brillo, un color de fondo o un tamaño proporcionado, como en la peculiar expresión. La expresión que ha soñado la otra noche le resulta familiar, ni siquiera requiere que ponga nombres. Aquella mirada avanzaba hacia él y a su vez se desprendía de él. ¿Había melancolía en aquellos ojos? ¿Anunciaban una tristeza pronta aunque estuvieran despiertos? ¿Se trataba de una mirada en marcha, de esas que no acaban de llegar, pero en la que uno se queda envuelto y le confunden? Aquellos ojos soñados ¿hablaban de quien los poseía o clamaban por quien los observaba? Tal es la propiedad omnipotente del sueño que atrae y repele, que quita y pone, que enciende y apaga. De pronto aquella cara que le miraba difuminó todas sus facciones. Al crecer los ojos que se aproximaban a él, el soñador temió por su sed. Cuando se levantó, advirtió en su propia imagen los ojos soñados.




(Imagen de Inés González)


8 comentarios:

  1. Te recomiendo: "True Detective". Los tres capítulos que llevan me han parecido de una intensidad casi asfixiante, como la Lousiana a la David Lynch que narran, y a la vez de una exactitud narrativa y digna de House.
    Me acordé ayer de estas entradas en la reflexión que hace al final de este tercer capítulo el detective místico, con el cerebro arrasado tras años de infiltrado de Narcóticos y arrasado de improviso por las alucinaciones, intuitivo e intelectualmente superior. Le describe a sus interrogadores del FBI años después las miradas de las mujeres asesinadas de las fotos, recreando qué sintieron, cómo al fin se vieron de verdad en ese último nanosegundo y entendieron que simplemente soñaron, a partir de sus millares de fragmentos dentro de un armario, que habían sido una persona...
    Una maravilla perturbadora, de verdad.
    Saludos

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    1. Pues habrá que verlas, a ver si las localizo por alguna parte. No sabía ni que existía esa serie (como casi ninguna)

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  2. Enlace para ver este tercer capítulo si te interesa, la parte que te digo está en los minutos finales:

    http://vidspot.net/7serjbpjb13o

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    1. ¡Gracias! A ver si mi instalación me lo permite. Supongo que serán capítulos independientes, ¿no? Bueno, y si no da lo mismo. El caso es captar el guión.

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  3. te digo algo Fackel, me averguenzas en mis ganas de ser poeta, porque escribes como los mejor dotados
    un abrazo

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    1. Pero ¡qué dices! Que esto son ejercicios, como mucho instintivos...Un abrazo.

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