"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





lunes, 8 de abril de 2013

¡Aúpa, Poblet!













Eso decíamos los chicos cuando pasaba la Vuelta. Bueno, también decíamos: venga, Anquetil, o aplaudíamos a Bahamontes o a Louison Bobet (aquel nombre me resultaba espectacular) o a Timoner (éste nombre era ya un paradigma) ¿Por qué recuerdo tantos nombres, yo que no he sido especialmente entendido en ciclismo, y no me sé ninguno de los de ahora? (Miento: ahora me suenan, pero de la crónica de sucesos, digamos) Aquellos tiempos en que los ases los eternizábamos en la colección de cromos. Se llevaba recortar sus cabezas o una imagen del pedaleo y ajustarlas a las chapas de gaseosa, de kas o de kyns (marca ésta local de mi ciudad del Norte)  Los más mañosos le ponían un cristal y un borde de cera para que no se desprendiera, y hala, a tirar. El ciclista (o el futbolista) eternizado. ¿Quieres jugar conmigo a las chapas? Corazón y pulgar dispuestos en gatillo cerrado (había variantes de dedos, según la destreza de cada cual) trazando una circunferencia. Impulso del corazón desde el pulgar y la velocidad accionada. Algunos eran artistas (en las canicas pasaba algo semejante) Yo, del montón. A días. Había veces que me salía y la gente se sorprendía. ¿No se lo esperaban de mí? Y ya digo, lo de las chapas era una segunda representación de la Vuelta. Pero qué encanto el paso de los ciclistas por el lugar. Si coincidía clase, nos permitían salida. Los ases nos transmitían un esfuerzo inaudito, un coraje sensacional. ¿Eran más nobles, más respetuosos, más auténticos? No lo sé, pero eso creíamos. Los escapados, el pelotón el maillot amarillo...terminología mítica.Y luego la caravana publicitaria, que nos parecía el no va más, y eso que solo nos regalaban globos y viseras de cartoncillo de las que se sujetaban con una débil goma (aún conservo una del matarratas ZZ) Cuento todo esto por algo muy elemental: el otro día murió Miguel Poblet. Era de uno de mis preferidos, aunque hay que decir que siempre tuve muchos favoritos. Ya en aquellos tiempos de infancia, el pensamiento único obligaba a que cada cual tuviera una sola nación, una sola patria, una sola lengua, un único caudillo. Luego también un ciclista favorito por encima de los demás o un equipo que te definiera über alles, que dirían los germanos. Por supuesto, la religión siempre por encima del bien y del mal. Gracias, Poblet, por los buenos ratos. Yo te recuerdo.
  


18 comentarios:

  1. Cáspita Poblet, me has retrotraído a mi infancia.... y no se si me acaba de agradar, no, creo que no.... si no fuera por mis dos muñecos que me consolaban. Bs.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ah, MJ, pero ¿no fue mejor cualquier tiempo pasado? Mira que te amenazo con las Coplas de Jorge. Que por otra parte tiene poesías muy interesantes...incluso esas Coplas lo son, aunque a fuerza de citarlas las rechacemos. Ay, esos muñecos, si hablaran, ¿verdad?, acaso hasta los conservas.

      Eliminar
    2. En perfecto estado y condición, salvo alguna mejilla de cartón cuarteada a causa del paso del tiempo,y mira que fueron sobados. Se los guardaba a "mis futuras hijas", ay que risa "tía felisa" ¿te acuerdas? Jajj. Hablarán algún día, casi seguro, creo que ya se han convertido en una antigüedad pero me da lo mismo, solo me darían dinero por ellos, no lo merecen. Bs.

      Eliminar
    3. Eso, que hablen, que digan...

      Eliminar
  2. La épica del ciclismo parece una metáfora de la propia vida, por eso sus héroes tienen una connotación pública tan marcada. para lo bueno o para lo malo.


    Saludos y enhorabuena por tu blog

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Lo era hasta hace poco, porque la metáfora ha quedado un tanto solapada por el negocio y las irregularidades, digamos. Pero al estilo del atletismo, siempre me pareció un deporte de mucho esfuerzo y medida de las posibilidades.

      Eliminar
  3. Excelente!....no sólo me destapaste las neuronas evocando tus recuerdos sino que además, me hiciste cerrar la lectura con una sonrisa!
    =)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Las neuronas de vez en cuando deben alimentarse con recuerdos, no para melancolías (el que quiera ya sabe) sino para activar claves y desfacer entuertos, que decía el clásico.

      Eliminar
  4. Aclaro que en cuanto al ciclismo, sólo tengo presente que se trata de correr sobre dos ruedas!
    =)

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Bueno, al menos sabrás que dos ruedas de bici no son como dos ruedas de tractor, ¿no? :)

      Eliminar
  5. A pesar de mi afición a la bicicleta, que utilizo a diario, nunca tuve especial interés por el ciclismo profesional. Sin embargo, mi sorpresa ha ido in crescendo a medida que avanzaba en la lectura de tu escrito: ¡Puñetas, ese que escribe soy yo!
    Louison Poblet y Anquetil, eso dos ciclistas, por ese orden, eran, también, mis preferidos. Pero ¿por qué? Difícil me es, incluso a mí mismo que experimentaba dicha admiración, explicarla. Es posible que el dinamismo de dichos nombres, más exóticos entonces que hoy -Louisonnnn, Anquetillll- tuvieran mucho que ver (la mitología, como más tarde pudimos comprobar con los Beatles, se forja también en los oídos).
    A las chapas les pegábamos las efigies de los jugadores, recortadas de los cromos (de los repetidos, claro). Por entonces, misterio similar al del ciclismo, yo era del barça y recuerdo a Ramallets, Segarra, Puskas... Las cajas de zapatos en las que guardábamos aquellos "equipos" eran auténticos vestuarios que se colocaban junto al "campo" en cada partido. En fin, toda una imaginativa tecnología patrocinada por "El Águila", "Mirinda" y otras bebidas.
    ¡Que chorro de recuerdos, amigo!, has descorchado mi memoria en un instante.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Oye, que yo tampoco entendí mucho de ciclismo deportivo, y mi práctica de andar o correr en bici quedó en mi infancia y juventud. Cualquiera sale ahora por carretera (muchos lo hacen, mas...) El tal Louison se apellidaba Bobet, pero había un elenco, unas veces ganaban unos y otras veces otros. Cuando alguien repetía triunfos se le encumbraba, siempre fue así. Y si se trataba de un español, ya sabes, todos lo veíamos como el no va más, lo exigían los tiempos únicos y sigue formando parte de un concepto provinciano (con todo mi respeto a las provincias) y consolador.

      Ya veo que compartimos prácticas de coleccionismos, siempre sentí no haber guardado cosas, pero la vida personal siempre trae cambios y exorcismos. De los cromos hablaremos otro día...fascinación. No ya el cromo en sí, que algunos eran preciosos, según de qué época, sino de la emoción del sobre cerrado, sacarlo y ver si lo teníamos o no...y el intercambio con otros chavales y aquella lista donde íbamos tachando los números. Bueno, dejémoslo en este punto.

      Eliminar
  6. esa matriz conductual, también pasó por aquí, "arriba Atilio" (por Atilio Francois), los mismos corsets religiosos, patrioteros, etc...es que 12 mil kilómetros no es nada en este mundo ¿eh?
    saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Vaya, al tal Atilio no le conocía, ¿pero tenéis terreno duro por ahí? Y cada vez meno son doce mil o cuarenta mil, cada vez más globalizado todo, ya ves...

      Eliminar
  7. Entrañable post, Fackel, aunque pertenezca a una generación posterior a la tuya, por lo que intuyo, (nací en el 66) también me gustó mucho el ciclismo, y me sigue gustando a pesar de que ha perdido parte de su épica (seamos claros, nadie es capaz de subir el Alphe d'Huez con tan sólo un plato de macarrones en el estómago...); asimismo me has hecho recordar los juegos de infancia, parecidos a los que comentas con las chapas o los cromos, y también aquella escena de "Amelie" donde un niño localizado en 1957 guarda un ciclista de plástico en una caja metálica (no recuerdo si era Anquetil o Bahamontes)que después destapa accidentalmente, años después, la entrañable Tautou.
    Ayer leí en la prensa sobre la muerte de Poblet, considerado el mejor ciclista catalán de todos los tiempos (dos patrias, dos lenguas, ningún caudillo...)y por lo que pude comprobar todo un especialista en las Clásicas.
    Ah! Acompañaba al reportaje una fotografía preciosa de un Poblet desahuciado clamando a gritos por su coche de equipo con una rueda pinchada en la mano, no se si la has visto...

    Saludos.-

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Caray, has aportado un elemento más: el ciclista de plástico sobre una ligera plataforma, yo también tuve.

      No, esa foto que dices no la recuerdo, miraré por la red. Mira, creo que es la primera vez que hablo de un ciclista profesional, aunque sea por causa de su óbito, pero es que tocó. Se moría una persona, pero activaba recuerdos en todos nosotros. La vida es una telaraña increíble, unas cosas se vinculan a otras, se guardan en el subconsciente y salen a relucir cuando menos se lo espera uno. Qué bueno.

      Eliminar
  8. Para contestarte he tenido que buscar un álbum de cromos de los años 60. De algunos ya no me acordaba, pero de estos que escribo si. Para mi Poblet era mejor en pista que no en carreras como el Giro o el Tour. Coppi, Bartali, Kubler, Koblet, Charly Gaul, Poulidour, Baldini, y un hombre también fantástico, pero este si que era solo en pista. Guillermo Timoner. De todas formas te aseguro que aunque estuviera Bahamontes, mi ídolo era sin dudas Miquel Poblet. Te felicito por el post que has hecho. Es un digno homenaje a un gran corredor.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. ¿Tienes todavía álbumes de cromos de los 60? ¡Te los compro! No, es broma. No quiero alentar fetichismos a estas alturas, me conformo con mis devaneos mentales. Creo que no guardé ningún álbum, o acaso uno de naturaleza, no recuerdo bien. Pero mira lo que me pasó hace pocos años. En un mercadillo de los domingos encontré el álbum de Los diez mandamientos con todos los cromos menos uno y sin tapas. Yo había hecho la colección, pero regalé todo en mi pubertad, como un ejercicio ritual de adolescencia y salto. Sin embargo al ver ese álbum casi casi completo, lo compré. Me costó cuatro pesetas. Ver después de tantos años un álbum es muy interesante, se hacen tantas deducciones...Por cierto esa colección de Los diez...supuso un salto de calidad bárbaro.

      Eliminar