"Es eres soy: soy es eres: eres es soy. Demoliciones: me tiendo sobre mis trituraciones, yo habito mis demoliciones.''
Octavio Paz. El mono gramático.
soy el erial de mis propias palabras; la negación de las letras; el silencio de mis trazos; soy lo anterior (¿hubo algo de mí antes de mí?); lo perdido (¿nada permanece del origen?); lo puro (¿es lo puro lo bruto?); soy aquello que estaba por hacer antes de hacer una a; antes de saber para qué era una a; soy el repliegue; la extensión que no se logra; el límite que atormenta el acto; soy el primer paso; soy el plumín mellado que araña la hoja y la invade con desasosiego; soy el papel emborronado; las tachaduras inconscientes; la mano que duda ante las direcciones y sobre las dimensiones; soy la caligrafía maltrecha; en ella van mis pulsiones; con ella se propalan mis sueños; tras ella me arrastro y por encima de ella encorvo mi pequeño cuerpo; soy el dedo untado de tinta que pringa a otro dedo; soy la hoja de cuaderno que rompo una y otra vez; soy la línea desigual; la que a duras penas emerge; la que con dificultades mantiene el equilibrio; soy la rabia que impulsa mi esfuerzo; soy el aprendiz deslumbrado; ante mí, perfecta y firme, se erige la letra modélica; el sustantivo a imitar; aquello que debo copiar; soy el paciente del ejemplo; también su víctima; soy mi propio pavor ante el desastre; soy el ordenado que se desordena en cuanto no es observado; soy la dispersión; apenas me convierto en otra mirada que rompe el ritmo y ya me salgo de la página; soy el perfil sobre el que camino y bajo el que naufrago; soy el trayecto de la frase; la disposición de los sintagmas; la frecuencia de mis entonaciones; soy el borde del significante; soy el gesto de asombro ante aquella geometría de caracteres enlazados; soy lo inaprensible que me vuelve impredecible; soy la voracidad; soy el anhelo de la feracidad; soy, voy siendo; ¿prolongo o abrevio la carrera?; me hago y me deshago a cada movimiento; invierto y enderezo mis coordenadas hasta el abismo
Lo que queda claro es que ERES, el resto ya.... por descubrir, como corresponde a todo aplicado párvulo. Del parvulario, cualquiera que se le ocurra pensar minimamente, normalmente acabará en el vacío al final de sus días.... y eso si la fortuna le acompaña. Bsss.
ResponderEliminarAprender a descubrirse. Interesante aventura, incierta quimera!
ResponderEliminarUn abrazo
Pero sigues siendo. Eso es lo que cuenta.
ResponderEliminarEmejota, ni siquiera se tiene claro si somos algo definido o hemos llegado a algo por creer ser, pero de que somos eternos aprendices no me cabe duda.
ResponderEliminarNeo, pero es nuestra constante histórica; me refiero a nuestra historia personal que, en su proyección, también afecta a la colectiva. Un abrazo de año nuevo.
ResponderEliminarPermanencia hasta el final, Francisca. Lo problemático es que no siempre con la misma intensidad (en curiosidad, indagar, prospectar)
ResponderEliminarBueno amigo, tu escrito de hoy es casi un acertijo conceptual.
ResponderEliminarPero se acierta, aunque no se resuelve.
No se si conoces a un cantante brasileño que murió de sobredosis, RAUL SEIXAS,cantaba una canción que se titulaba LA MOSCA EN LA SOPA.
Te lo pregunto porque tu escrito me ha recordado esa canción.Si tiene ocasión la escuchas.
También aprovecho para recomendarte la última película de Robert Guédiguian .LAS NIEVES DEL KILIMANJARO,basada en la novela LOS POBRES, de Victor Hugo. es muy buena, terriblemente humana, demasiado, tanto que casi es surrealista.
( me han pirateado la cuenta del correo, he tenido que cambiar mi dirección, te mando la nueva)
kanganga2011@hotmail.com
Un abrazo
Perdón, soy Genetticca, la del comentario anterior.
ResponderEliminarGene. Ay, si no nos quedara el derecho a nuestros propios acertijos...Gracias por la información acerca de la canción de Seixas y de la película de Guediguian (un autor que me gusta mucho), dese luego que buscaré, ya lo creo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo, cada día soy menos. Como en "La sonrisa más profunda", tengo que empezar a empinarme para conseguir velar su sombra. Gracias, mi admirado Fackel, por ser.
ResponderEliminarLeerlo te deja casi sin aliento. Si eres un poco de cada cosa de las que dices, eres. Saludos, me ha encantado el texto.
ResponderEliminarEstoy tonto. Cuando puse en mi comentarios "La sonrisa más profunda" quise decir: "La caricia más profunda". Disculpa.
ResponderEliminarIsla, caricia y sonrisa pueden ser sinónimos. En estos tiempos desapacibles uno siente una sonrisa (si es natural y se ve que no pide nada a cambio) como una caricia. No está mal tener conciencia de ese ir a menos, pero...¿qué fue de aquella ilusión de creer que íbamos a más?
ResponderEliminarElena, nadie como uno mismo para saber lo que es cuando se palpa (o introspecciona, escribe, se indigna)
ResponderEliminarGracias por tu comentario estimulante.
Ets la paradoxa de la vida: rica en claror, en ombres i en matisos.
ResponderEliminarEn tactes, en contactes i en abstractes.
Bon any.
Honrado de tu visita, Kraus, y que me incluyas en los paisajes,nos leemos.
ResponderEliminarUn abrazo
Manuel Marcos
Bon any, Olga. Sí, exactament som, com a mínim, això que dius. Aquesta pluralitat ens forma, conforma i deforma.
ResponderEliminarUna abraçada.
Bienvenido tú, amigo Marcos. Todos tenemos que frecuentar otros paisajes para llegar a conocer el propio. Salud siempre.
ResponderEliminar