"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





viernes, 23 de noviembre de 2012

Un cuento viejo que sigue en vigor




Aparece en uno de esos cajones que no se miran casi nunca un cuento.
Es un cuento pequeño de tamaño pero muy grande en lo que cuenta. 
Es un cuento un poco roto pero que contiene una historia antigua.
No por ser vieja es una historia que ya ha pasado.
Para mucha gente sigue siendo su Historia, y por mucho que haya otras historias
esta sigue en vigor y es sufrida aún por todas esas personas.
El cuento va dirigido a niños españoles o que hablan español
pero también a adultos que no crecen nunca
no porque no tengan más años sino porque no quieren enterarse de lo que les pasa a otros.  
El cuento es dulce y es agrio.
Es dulce por lo que cuenta de otros seres pero amargo por lo que no parece tener solución.
El cuento es entrañable pero duro.
Es entrañable porque cuando lo lees quisieras pertenecer a otras especies
o a la misma especie de otros lugares del mundo.
Es duro porque la vida es difícil para los que viven en el territorio del cuento.
El cuento no tiene final feliz, simplemente porque no tiene final.
El cuento no tiene desenlace pacífico, porque no parece que otros quieran la paz.
Tampoco el cuento habla de paz, porque para que exista tiene que darse la convivencia.   
Y esta no se hace con humillaciones, muros, guetos y explotación.
El niño que hay en la viñeta final contempla las estrellas.
Si mira hacia abajo solo ve desgracia y la palabra futuro no existe
salvo en los labios de los que fomentan falsas ilusiones.
Parece un cuento inocente por su ilustración
pero la vida de los personajes despreciados no se permite la inocencia.

Os lo dejo, porque no sé si algo ha cambiado.

















* Este cuento dice en la contraportada:

"Hogar. Siempre lo anhelamos. El hogar acogedor donde los colores, las formas conocidas y el amor se mezclan con nuestra tierra nativa donde nuestros chicos se sientan alrededor de su abuelo escuchando atentamente, sumergidos, más allá de las palabras, sus cuentos. ¿Quién, entonces, quién tiene derecho de arrancar un ser de su hogar nativo? Díganme, ¿quién?"

Fue publicado hace más de treinta años por Dar Al-Fata Al-Arabi, en Beirut, Líbano.






10 comentarios:

  1. Cuántos años
    después de tanto tiempo algo debería de haber cambiado.
    Me imagino a un padre palestino, leyendo a su hijo este cuento, el mismo, lo leía a su misma edad, en las mismas circunstancias.

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  2. Caray... No cambian las cosas con el tiempo, o por lo menos, no cambian todas. Mi solidaridad SIEMPRE con el pueblo palestino, hasta que no tenga hogar. Cuando lo tenga, entonces ya todos serán lo mismo, y los derechos y oblgaciones serán también las mismas para todo el mundo.

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  3. Balbi. Desde luego es un tema dramático donde las potencias occidentales son las que están detrás impidiendo soluciones al conflicto. Supongo que también otras naciones que buscan su trozo de hegemonía en la región no contribuyen precisamente a ello. Pero el nacimiento tan cacareado del Estado de Israel fue espurio e injusto desde su origen, ya que eso implicaba supremacía y desplazamiento de los palestinos.

    No sé si tiene salida, pero puede desembocar en hecatombe para muchos más Estados. Y mientras, pagando el pato los de casa, los del cuento, vamos.

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  4. Ramón, ya digo que dudo de que haya soluciones de justicia y equidad. Parece mentira que los que fueron tan perseguidos sean ahora los perseguidores, con la eterna excusa de que deben defenderse. Su potencial de armamento y de seguridad, su respaldo de los USA, los mass media a su servicio, su democracia segregacionista no les hace precisamente dignos, me parece. Triste,

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  5. Como grito está bien, y como deseo, y como aspiración, pero con tantos intereses en juego...¿cómo cambiar la situación y que impere la justicia? Realmente y con esa política de favorecer a los colonos israelíes robando territorio a los palestinos no parece la mejor salida. Ahí se está ejecutando el pensamiento racista del Sionismo, en nombre de todos los israelíes y a costa de los árabes de ese suelo.

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  6. Fackel, estamos hablando (sin nombrarlo)de un pueblo elegido por dios. ¿Convertimos entonces a dios en un ser depravado? ¿O es que la depravación es la principal virtud de la divinidad? ¿Puede un pueblo, elegido por dios, tener las manos libres para hacer y deshacer a su antojo? Dios modela el universo construyendo fronteras naturales: orillas, riberas, sistemas montañosos, océanos, mares y ríos. ¿Puede, su pueblo elegido modelar también las fronteras según su particular forma de entender su espacio vital?

    Un abrazo de tu clorura y sódica. isla

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  7. Clorura: pues todo depende de la intención con que quienes usan el concepto le otorguen esa calidad de depravado, obviamente. Pero tú me dirás: ¿has visto algo más maniqueo que el término dios? Pero desde luego, siguiendo tu ironía aguda, por supuesto que el pueblo elegido no puede hacer nada que no le encargue ese dios.

    Pero otros se están jodiendo. Y ellos generando un riesgo de guerra de nivel imprevisibles, porque será que dios lo quiere.

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  8. Hace más de 30 años, qué tristeza...

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  9. Eso el cuento, Francesca, pero la historia, mucho más, y cada vez más sangrante. Mira hoy en El País:

    http://internacional.elpais.com/internacional/2012/11/24/actualidad/1353781860_286587.html

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