hace treinta y cinco años que no fumo, pero esta noche voy a coger un cigarrillo del viejo paquete de los Égyptiens que guardaba en la maleta del desván, ya está, lo prendo, lo inhalo, me rasga la garganta, no sé si la falta de costumbre o lo pasado que se encuentra, me asomo al mirador sobre el valle, cuento las luces menudas que aparecen y desaparecen, huelo la fragancia del tomillo y del romero, olor a memoria de los tiempos del cigarrillo, rostros que entran y salen en la profundidad de mi noche, imagino roces, palabras, risas, y los destellos que se mueven de un extremo al otro de mi cerebro, aspiro con ansiedad, por arrastrar congojas, por soterrar olvidos, silencios, abandonos, permanezco consumiendo de forma aparente un cigarrillo que apenas fumo, como si estuviera en aquellos años en que nos crecíamos en la apariencia y el mundo estaba por conquistar, miro el valle, más bien lo adivino, lo intuyo, he extendido la hamaca raída, me he echado una chaqueta por encima, voy a quedarme a dormir toda la noche al relente, como si viajara en la cubierta de aquel buque en el que retorné hace tanto, voy a quedarme aquí, a la intemperie, mi espacio natural
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Genial si,me parece genial, pero amigo, cuidadín ya con la fresca de la noche, bueno en esta tierra pasamos de la manga corta y sandalias a la gabardina con calzado cerrado en un pis pas, servidora es que tiene el "termostato" bastante jorobado y no puede hacer eso, jajjjj pero me baño en el río Sella cuando aprieta la caló entre emigrantes de café y jóvenes ciclistas aventureros, menos es nada... y a que sea una noche plena sin plenilunio. Bs.
ResponderEliminarSi todo esos recuerdos te trae un cigarrillo, vale la pena el riesgo que conlleva...
ResponderEliminarsaludos.
Hay refriados peores, relentes peores, intemperies peores. Gracias, MJ.
ResponderEliminarNeo, es que hay cigarrillos simbólicos, estrictamente simbólicos.
ResponderEliminarYo hace 23 años que no fumo, soy abstemia desde hace 30 y perdí la inocencia cuando supe que los reyes magos eran de cartón piedra.
ResponderEliminarPero tu escrito huele a verano, a descanso y memorias viejas.
Que seas feliz amigo
Te aseguro, Gene, que es probable que huela a algo más que verano y descanso y memorias...
ResponderEliminarPor cierto, ahora entiendo por qué me echaron una vez un caballo de cartón y en otra ocasión un toro de cartón: ¡claro, procedían de la factoría de esos Reyes acartonados, jaj!
Gracias por los deseos, nunca sobran.