"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





lunes, 22 de agosto de 2011

veintidós de agosto (pronto)


Frescor de la mañana entre luces que se afirman tímidamente. Insuficientemente. El cielo es una nube única a punto de desalojar su preñez. Huele a profundidades. Acaso es eso lo que me hace mirar hoy las cosas de modo más calmo. Aunque tal vez no dure mucho. Y también más tierno. Por supuesto, no puedo contemplar a todos los individuos de mi especie con la misma languidez oferente. Ni quiero. Ni las sensaciones de mi naturaleza llegan a tanto.

Desayuno y leo en uno de los escasos periódicos salvables de este país que los del espectáculo y pompa idólatra de estos días siguen haciendo patrimonio de su profeta muerto y redentor. Lo mataron los judíos, dijeron siempre (ahora se cuidan de repetir la frase, oigan, que la geoestrategia en Oriente Próximo está muy delicada) Hace tiempo que no tenía dudas de que era suyo, aunque algunos creímos en nuestro época idealista y entregada que era otra cosa. Siempre fue su patrimonio, puesto que fue su invención. Pero alguna vez pensé que, al menos, siquiera como idea, como sugerencia, como ente abstracto y abierto, permitirían que fuera compartido por otros. El profeta es nuestro, chillan. Es lo que queremos nosotros que sea, ratifican. Dedico un instante de pensamiento a mis amigos cristianos sinceros, de base, comprometidos con causas reales y no de pompas ni catequesis. No acabo de entender que no se rebelen. Pero el ruido desafinado y arcaico ya no me hiere. Miro con ternura al animalito solícito que busca mi pie. En su aliento porta la vida sin necesidad de profetas ni de intermediarios mercantiles.


6 comentarios:

  1. Todos fuimos tiernos y muy frágiles en su día. Pena que la memoria sea tan frágil para lo principal. ¿Simple deterioro? - Seguramente, como todo lo que se oxida. Beso.

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  2. Mucho ruido y parafernalia, pero los más intolerantes e insolidarios son ellos. Recordemos quién creó la Santa Inquisición. Y recordemos que la mayoría de guerras, cuando no han sido por motivos económicos, se han hecho en nombre de Dios y de la fe (independientemente de la secta religiosa que las haya promovido).
    Me encanta la foto del gatito. Verdaderamente, si observásemos más a los animales, aprenderíamos mucho de ellos y seríamos nosotros "los únicos animales que luchan entre sí por placer".
    ¿Es tuyo el gato?

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  3. Pero esa manera de ser, EJ, nos dio conocimiento y ahora tenemos elementos de juicio y conocimiento de causa para plantarles cara. Y el show ya pasó que, afortunadamente, todo es efímero en este tonto mundo.

    De todos modos, fragilidad no es abandono. Fragilidad es sensibilidad, conciencia y temple. Suficiente para aguantar el tirón contra viento y marea. Y creo que los de ciertas generaciones lo estamos logrando (al menos los que no vendimos nuestra primogenitura)

    Gracias por tu estímulo.

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  4. CMG, naturalmente, a mí no me queda duda. ¿Te ha llegado a ti algún mensaje de esa gente estos días sobre los verdaderos problemas de los hombres? Las majaderías pseudomorales ni alimentan, ni reconocen derechos, ni proporcionan medios, ni hacen avanzar la técnica ni la ciencia...

    No, el gatito andaba perdido, aunque oteé a su madre no muy lejos, porque las gatas son más auténticas y consecuentes que los pontífices y no descuidan a sus hijos. ¡Que tengamos que mirarnos en el espejo de otras especies para rescatar nuestra pureza perdida!

    Buena noche, ánimo.

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  5. el gatito redime tus "pecados", Fackel

    nunca encontarás mejor confesor

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  6. Y no me impone penitencia, Stalker. Creo que la gracia del Señor Existir está en él tanto o más que en cualquier símbolo humano.

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