"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





sábado, 6 de agosto de 2011

seis de agosto

Hay noches en que los sueños te traen al padre muerto. Te lo traen vivo, cargado de energía y desplegando la autoridad. Dispuesto a corregir y enmendar, según su criterio y en aras a su código de valores, naturalmente, los desmanes y fechorías del hijo. No llega sólo a advertirte, sino también a señalar tu llaga y golpearte en ella. El padre es capaz de todo, incluso muerto. O muerto más, porque aunque sigue sufriendo y padeciendo, se sabe liberado de justificarse entre los vivos. Llega para insistir en la dimensión y en la profundidad de tu piel desgarrada. Como si tú mismo no supieras por qué causa y de qué modo vas dejando tiras de tu cuerpo en el transcurso de los días. Aparece reencarnado en tus sueños salvajes acaso porque nunca quiso morir. No quieres tener la tentación de pensar en que él quisiera haberte visto antes a ti muerto. Él que todo procuraba y que velaba sobre tantos miembros de su grey. No, pretendía que eras su obra, una obra fallida, pero a la que había que seguir dando margen, a la que, en un acto de posesión excesivo e impositivo, a la postre fatal, no podía dejar jamás al pairo. No, él más bien no quería que nadie muriese. Había visto muchos muertos desde su juventud y no quería ver más. Ni muertos por la fusilería, ni por la metralla de un obús, ni por el hambre, ni por la tuberculosis, ni por la soledad. El padre muerto tiene esa indiscreta costumbre de introducirse entre tus sueños. Te despiertas repentinamente, ahogando un grito, desparramando los libros de la mesilla al incorporarte alarmado. Tiene el vicio insuperado de buscar de nuevo el sacrificio. Todo muy bíblico.


4 comentarios:

  1. talvez la figura del padre mientras màs ancianos nos volvemos, se vuelve cada vez màs simbòlica, no solo es un superego mentor que nos recuerda sobre el bien y el mal, es una parte de nuestra personalidad que recuerda de haberlo metafòricamente -matado- en el proceso de maduraciòn a adultos;
    me has recordado que hace rato no sueño con mi padre difunto.
    un saludo
    *siempre sorprendido de tu capacidad de producir entradas interesantes a diario**
    Blas

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  2. Blas. Interpretas muy bien el tema del padre. Presiento que ni lo matamos en vida ni está muerto una vez muerto. Ay de la larga mano del padre...No en vano las religiones del Libro tienen como eje al Padre...

    Gracias por pasarte y soportar mis devaneos.

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  3. http://sanzar-mjt.blogspot.com/2009/11/afs-olimpo-particular.html

    http://sanzar-mjt.blogspot.com/2009/12/punteria-en-oklahoma.html

    "El sueñecito del padre y muy señor mío" no lo encuentro, todo se andará, pero te aseguro que era sangriento y cruel a tope. Ja,ja, muchos rombos, muchos.

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  4. EmeJ. Ya he visto tus posts, eras toda una moderna para tu tiempo. Una avanzada total. El aroma de los días, ya te digo.

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