Perdida en su propia vorágine, la humanidad perdió hace tiempo también su nombre. Lo recordaba hoy al ver cierto programa sobre la Segunda Guerra Mundial, bastante flojo y reduccionista por cierto, pero el valor de cuyas imágenes me han servido para congelarme una vez más lo que permanezca de esencia ¿humana? dentro de mí todavía.
Y es que se habla, a toro pasado, de los grandes conflictos del planeta y de sus secuelas miserables en precio de vidas y muertes. Pero se habla menos, en el día a día, de los entresijos de las condiciones de vida de los pobladores y de la corrupción instalada en las alturas de los gobiernos y de los negocios despiadados de las corporaciones transnacionales. Se habla, sí, algo en plan noticia breve, sin prime time y condenadas las noticias a durar un par de días. Las informaciones reveladas por Wikileaks sacan a relucir las aberraciones de muchos de estos vínculos poder político / poder industrial y comercial. De ficción, nada de nada. Y todos, tragando.
Pensaba también en el repugnante ascenso demagógico de personajillos como cierto ciudadano catalán que citan en los blogs Grito de lobos y El far de Maians. Y como ése hay bastantes más, muchos en la oscuridad cobarde de sus anonimatos, otros respaldándoles con sus votos, la mayoría canalizados por un partido mayoritario. No me quiero enrollar, simplemente traer aquí un par de vídeos de un adalid de las causas pacifistas, el activista por la justicia social Arcadi Oliveres, a quien tuve el gusto de conocer hace bastantes años (qué lejos queda la campaña anti-Otan de 1986, ¿verdad?) Son parte de una intervención oral, servida con el desparpajo e ironía característicos de Arcadi, sobre las migraciones modernas, en un intento más por desmitificar y rebatir tópicos y demagogias. Lo siento, hoy toca indignación. Y no precisamente onírica.
(Fotomontaje. Grete Stern)
Y es que se habla, a toro pasado, de los grandes conflictos del planeta y de sus secuelas miserables en precio de vidas y muertes. Pero se habla menos, en el día a día, de los entresijos de las condiciones de vida de los pobladores y de la corrupción instalada en las alturas de los gobiernos y de los negocios despiadados de las corporaciones transnacionales. Se habla, sí, algo en plan noticia breve, sin prime time y condenadas las noticias a durar un par de días. Las informaciones reveladas por Wikileaks sacan a relucir las aberraciones de muchos de estos vínculos poder político / poder industrial y comercial. De ficción, nada de nada. Y todos, tragando.
Pensaba también en el repugnante ascenso demagógico de personajillos como cierto ciudadano catalán que citan en los blogs Grito de lobos y El far de Maians. Y como ése hay bastantes más, muchos en la oscuridad cobarde de sus anonimatos, otros respaldándoles con sus votos, la mayoría canalizados por un partido mayoritario. No me quiero enrollar, simplemente traer aquí un par de vídeos de un adalid de las causas pacifistas, el activista por la justicia social Arcadi Oliveres, a quien tuve el gusto de conocer hace bastantes años (qué lejos queda la campaña anti-Otan de 1986, ¿verdad?) Son parte de una intervención oral, servida con el desparpajo e ironía característicos de Arcadi, sobre las migraciones modernas, en un intento más por desmitificar y rebatir tópicos y demagogias. Lo siento, hoy toca indignación. Y no precisamente onírica.
(Fotomontaje. Grete Stern)
Seguramente la cuestión es tenernos ocupados...
ResponderEliminarun abrazo en Luna creciente.
Monsieur, hoy arde con justa indignacion esa antorcha. Lo más inquietante es ese "y todos tragando". Llega a ser muy preocupante.
ResponderEliminarFeliz tarde
Bisous
Neocolonialismo, querido amigo. El final de la II Guera Mundial, como bien dices, es el más cercano de nuestros referentes para entender cualquier situación que se de en estos momentos. Avivo el fuego de tu antorcha.
ResponderEliminarUn beso
Seguramente, Tula. Para que no existamos, ¿verdad? Destino actual nuestro: existir como productores y consumidores, no existir como decisores y controladores. Lo van logrando. ¿O no?
ResponderEliminarUn abrazo lunático.
Eh voilà, madame. Es preocupante pero a la vez intriga saber lo que dará de sí la vorágine. Y además me cuesta aceptar que acabemos todos grises y malévolos.
ResponderEliminarBuenas noches.
Ataúlfa, tiempos de paz y tiempos de guerra son ciclos constantes en la historia humana. Nuestra generación se ha acostumbrado a la ausencia de guerra dentro de nuestras fronteras, al precio de la presencia de la misma en otras zonas del mundo. Pero, ¿y si se invirtieran los términos? No tardará en aclararse el enigma.
ResponderEliminarCuidarse, mientras.
Hacia dónde migras tú, Fackel
ResponderEliminarVaya pregunta. Hacia donde lo hacemos todos, Inuk. Hacia el caos, supongo. No hay otro destino. Ni salvación.
ResponderEliminarPor otra parte, el tema que toca Arcadi Oliveras es sumamente importante y grave, y nos toca.
La vieja Europa, amigo, ya sabemos de qué pie calza...
ResponderEliminarA cuidarse, también.
Calza y descalza, Ata. Pero tiene que haber zapatos para todos, de lo contrario será un regreso al pasado.
ResponderEliminarSalud.
Palabras claras. Bravo por Arcadi Oliveres.
ResponderEliminarSí, Hiniare, bastante contundente el hombre. E informado, aunque a muchos no les guste lo que dice y cómo lo dice.
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