lunes, 3 de enero de 2011
En el nombre de quién
A veces me apetece escribir algo sobre cierta gente. Provocan tanto que ganas me dan. Pero luego me lo pienso mejor y me digo a mi mismo que no debo gastar energías en hablar sobre sus efímeras figuras y sus obras sombrías. Me digo, cuando oigo de pasada o leo titulares de prensa sobre su pensamiento (si es pensamiento lo que tienen): pero esta gente es peligrosa, toda la gente envenenada es peligrosa. Bien, pues no voy a decir más, porque hete aquí que en el capítulo De los transmundanos, de la colosal Así habló Zaratustra, Friedrich Nietzsche dejó escrito algo magistral:
"Siempre hubo mucha gente enferma entre quienes fantasean y son adictos a los dioses; odian con furia al hombre del conocimiento y a aquella virtud, la más joven de todas, que se llama: honestidad.
Vuelven siempre la vista hacia tiempos oscuros: entonces, ciertamente, ilusión y fe eran cosas distintas; el delirio de la razón era semejanza con Dios, y la duda era pecado.
Demasiado bien conozco a estos hombres semejantes a Dios: quieren que se crea en ellos, y que la duda sea pecado. Demasiado bien sé igualmente qué es aquello en lo que más creen.
En verdad, no en trasmundos ni en gotas de sangre redentora: sino que es en el cuerpo en lo que más creen, y su propio cuerpo es para ellos su cosa en sí.
Pero para ellos el cuerpo es una cosa enfermiza: y con gusto escaparían de él. Por eso escuchan a los predicadores de la muerte, y ellos mismos predican transmundos.
Es mejor que oigáis, hermanos míos, la voz del cuerpo sano: es ésta una voz más sincera y más pura.
Con más sinceridad y con más pureza habla el cuerpo sano, el cuerpo perfecto y cuadrado: y habla del sentido de la tierra."
¿No es el texto clarividente, genial y sumamente ilustrativo? Bendito seas, Friedrich, por tu luz y tu deconstrucción.
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"Tener fe significa no querer saber la verdad"Nietzsche
ResponderEliminarYo también pienso que no vale la pena, Fackel. Como se dice en internet "don't feed the troll", no alimentes al ogro.
ResponderEliminarCito las palabras de un revolucionario: “ellos dicen y no hacen. Van liando cargas pesadas y las ponen sobre los hombros de los demás, cuando ellos no quieren ni moverlas con el dedo. Todas sus obras las hacen con el fin de ser vistos de los hombres. Aman los primeros asientos en los banquetes, y las primeras sillas en los templos. Y el ser saludados en la plaza, y que los hombres les den el título de maestro…” Les viene que ni pintado.
Y, Felipe, sobre la verdad, me remito a mi propio blog.
Hasta la vista,
h.
pues yo creo que hay que hablar de esta gente, a ver con suerte lo leen y se dan por aludidos y nos dejan en paz.
ResponderEliminarbesitos
Oportuno, Fackel. El fragmento justo para los idiotas justos. Lo decía hace un rato en el blog de Txema: defienden su negocio, pero nos ponen de mal humor porque usan armas espúreas, las de la moral. Feliz año, chaval (sé que ya me permites cierto tono coloquial, obviamente afectuoso).
ResponderEliminarFelipe. Este alemán es una fuente inagotable de clarividencia, de gozo y de sensatez. Su obra no es fácil de calificar ni clasificar. Ni falta que hace. Hay que tocarla y empaparse en ella. Qué vigorosa y cuánto sigue en vigor.
ResponderEliminarSalud.
Hiniare. Lo que pasa es que el ogro es un roedor constante y afianzado. Vive de las miserias humanas, se alimenta de las desesperanzas e hinca el diente en cada ser que pierde el norte.
ResponderEliminarNo estoy tan seguro como tú que Jesús llamado de Nazaret fuera un revolucionario. Ni siquiera si era o existió. Pero ése es otro tema. Y no obstante, esas palabras que reproduces del evangelio son muy precisas. Pero los de la foto no se darán por aludidos, seguros.
Es una secta muy adaptadora a las circunstancias, muy pragmática. Mi opinión es que se trata de una institución que juega siempre a estar con dios y con el diablo. O a nadar y a guardar la ropa, que dirían otros.
Por mi pueden pensar como quieran. Donde no cedo ni concedo es que cobren del Estado civil y además intenten interferir en las normas, leyes y decisiones del Estado y de la convivencia ciudadana. Ahí, ello son los agresores.
Un abrazo.
Sí, hay que hablar de esa gente y dejarlos al descubierto. Pienso como Ana. Pero hay que hacerlo con razonamiento y templanza. Les gusta hacerse los mártires (algo muy propio de los farisaicos)
ResponderEliminarEn El País venía el domingo varios artículos sobre los grupos secretos e integristas que actúan en el seno de la secta católica en España. Pero es que la Jerarquía va en la misma dirección. Defiendo el derecho de la sociedad, que es civil y amplia, y el derecho del Estado, que es laico y representativo de todos a través de sus sistema democrático, a poner coto a las apetencias de la Iglesia. Pues no faltaba más.
Un abrazo, Ana.
Ramón. El que la sociedad no sea abiertamente beligerante con ellos no quiere decir que trague. Evidentemente, pienso que se les conoce muy bien. Pero son eficaces, tienen poder (no tanto como el absoluto de otros tiempos, pero bastante, más de lo que imaginamos) y son mesiánicos...quieren salvarnos!!! Por dios...
ResponderEliminarObservo en los comentarios cierta dejadez y alegre confianza en el poder mermado de la Iglesia. Nada más lejos de la realidad. Siguen teniendo una mano larga y una extensión considerable por el planeta. Su enemigo lo declaran ahora abiertamente: no es ya el infiel de otra religión, sino el ateo, el agnóstico o simplemente el laico.
ResponderEliminarTampoco es nuevo del todo. Todo tipo de descreídos, no creyentes o declarados sin dios lo son porque comprenden el valor de la ciencia y admiten la nueva reflexión filosófica que el conocimiento moderno (desde la antropología hasta la biogenética) sobre el mundo y la realidad.
Históricamente, cualquier individuo que aventurase una parcela de saber al margen de las teorías dogmáticas de la Iglesia era objeto de persecución. Es así. Cualquier fiel de otra religión puede ser reconocido, aunque no se comparta su fe. Pero a un individuo libre que se rige por otros presupuestos no vinculados ni a la superstición, ni a los dogmas, ni a la idea de divinidades, a ése hay que seguir arrojándolo a las tinieblas. Cuidado.
No han cambiado nada los que se revisten de ceremonial y cuantos les siguen. Más en apariencia que en el fondo. Vigilad, comentaristas de los blogs.
geniaaaal
ResponderEliminarFackel, internet es una herramienta para promover corrientes de opinión, así que, adelante, expresa tu rabia y haz tu razonamiento; yo hablaba más bien por mí, leyendo algunas páginas y sus comentarios agresivos se me quitan las ganas. Un blog como este donde se puede dar tu opinión y dialogar libremente es un oasis. Realmente no hay más ciego que el que no quiere ver y esta gente lleva unas anteojeras muy grandes.
ResponderEliminarLeyendo el comentario de Savonarola, se me ocurre que el objetivo de los ataques más furibundos de los integristas no son los ateos, para ellos son mucho peores los cristianos liberales o simplemente sinceros (mira el caso de José Arregui, José Antonio Pagola y otros que defienden la teología de la liberación como José María Castillo), pero ya tuvo que padecer por lo mismo toda una Santa Teresa de Ávila. Todos aquellos que no se apunten al carro del poder y el abuso y que además lo denuncien con su mismo lenguaje y poniéndolos en evidencia son su bestia negra. Hay un tremendo acoso y derribo en España, y no sé lo que quedará después de esta escabechina. Realmente, aún pueden hacer mucho daño. Como dije en otro sitio, son (somos) los terceros en la guerra entre religiosos (¿?) y no creyentes, y recibimos por todos lados.
Pero no se lucha sólo con armas o violencia y los revolucionarios también pueden ser pacíficos. En este mundo agresivo parece que ser humilde es lo más subversivo.
Interesante debate, aunque no arreglemos nada, pero ejercitamos el pensamiento, arma poderosa.
Saludos a todos y hasta luego,
h.
Savonarola (qué pseudónimo tan representativo ha elegido usted) Bienvenido. Participo de sus dudas, sus sospechas y su ira. Poco puedo y debo añadir. Pero es así, el enemigo del futuro inmediato para la religión católica dirigida son los paganos, no los infieles, que dirían ellos. Cuando nos llaman partidarios de la laicidad o ateos se creen que nos insultan. Un amigo mío dice que es un orgullo. No por desmarcarnos de ellos, sino por el esfuerzo de búsqueda que ha implicado quitarnos de la mente buena parte de ese mundo de representaciones fanático y despreciativo.
ResponderEliminarVuelve a pasar cuando quieras por aquí. Saludos.
Ah, Savonarola. No olvidemos que hay disidentes dentro de la Iglesia y que los más inteligentes y críticos están siendo anulados en la oscuridad de su seno. Contemos con ellos para otro diálogo y otra comprensión.
ResponderEliminarSalud.
Juano Beni, bien llegado desde la otra orilla. Puedes expresar con libertad tus criterios en esta parcela de letras y convivencia.
ResponderEliminarSalud.
Hiniare. Respondo un poco apresurado, así que disculpa los dislates sobre la marcha. Te comprendo perfectamente. Aunque ahora trato menos al sector de los cristianos pillados entre dos aguas (en realidad quienes os pillan son ellos, no los librepensadores, que siempre hemos entendido mejor que los integristas el significado del cristianismo) te entiendo. No en vano en mis tiempos más juveniles me relacioné con la Asociación Juan XXII, con comunidades de base, con Cristianos por el socialismo (la primera novia pertenecía a esta agrupación, jaj) y otros entes renovadores y consecuentes.
ResponderEliminarTe reconozco que hablo con cierto carácter cuando sale este tema, porque me irrita ese tipo de gente (una cosa es predicar y otra dar trigo, que siempre dijo el pueblo llano) y no pienses que no os tengo en consideración a aquellos sectores que no os dejáis engullir por la serpiente. Siempre ha sido así con los discrepantes, incluso a precio de sangre y fuego, e Inquisición. El poder eclesial no puede soportar que las críticas lleguen desde dentro, os prefieren fuera…mientras seáis pocos. Si fuerais mayoría los que plantearais una resistencia más intensa en condiciones, ya se vería. No sé. El tema tiene muchos ángulos y yo no te voy a descubrir ahora ninguno que probablemente tú ya conozcas.
Agradezco mucho que consideres este espacio de mi blog -muchas veces con fuerte dosis de indignación y de resistencia, como dice mi lema tomado de Karl Kraus- como un lugar amplio y de intercambio libre. Bueno, lo poco que he aprendido en la vida que merezca la pena es precisamente a indagar y dialogar. Con todas las dificultades. Obviamente, sigo hablando con tirios y troyanos, y te puedo asegurar que hablar con un cristiano on line no aporta nada, sólo transmite consignas, y es muy lamentable y dificultoso para la comunicación y la convivencia escuchar a curas la reproducción en cascada de lo que imponen sus sínodos, sus liturgias y en general su organización piramidal. Sin embargo, cuando comento con un cura a su aire, que no sigue precisamente al pie de la letra el vaticanismo, todo fluye de otra manera, aunque tengamos posiciones diferentes. Al menos, hay espacios de encuentro en el razonamiento y el intercambio.
Ah, Hiniare, te doy la razón de nuevo. Puede que no arreglemos nada (¿los altos organismos del mundo lo logran con tantas reuniones a todas las escalas planetarias habidas y por haber?) Pero ejercitar opinión, manifestar ideas, incluso humildes ocurrencias, no digo ya pensamientos más elaborados, creo que es necesario, importante y que debemos de hacerlo, hombre.
Un abrazo.