Cuenta Robert Burton en su introducción a la Memoria de la melancolía que decía el filósofo Demócrito: me río de las vanidades y rivalidades de este tiempo, de ver a los hombres tan carentes de cualquier acción virtuosa, que van a la caza del oro de de forma tan alocada, sin poner fin a sus ambiciones, que se esfuerzan tan infinitamente para una gloria breve, y para ser favorecidos por los hombres, de que hagan minas tan profundas en la tierra para buscar oro y muchas veces no encontrar nada, perdiendo sus vidas y fortunas. ¿No suena la reflexión a algo actual y aplicable en estos momentos?
Bien, se dirá: desde el principio de los tiempos los hombres han obrado bastante arteramente. Nada nuevo bajo el sol. Cierto. Y los hombres de gobierno además lo han hecho multiplicado por mil. Los hombres de gobierno han obrado con alevosía, cálculo y medios. Han puesto en marcha picardías, tretas, presiones, sobornos, pillerías, cohechos, falsas o verdaderas promesas, felonías, tortura, aniquilaciones. Todo para obtener información que les permitiera conseguir oscuros fines. Información obtenida no ya sin ética alguna, condenada ésta a las tinieblas exteriores desde lejanos tiempos, sino con desprecio, humillación y calumnia. Fines para cuyo logro no han reparado en dineros, influencias o perjuicio físico de personas y naciones.
Se sospechaba. Los historiadores, a través de análisis de la documentación de épocas pasadas, lo habían comprobado, pero apenas lo sabían ellos y no de manera fresca. Pero verlo en directo, y a disposición de toda la humanidad que quiera enterarse casi en lo que llaman ahora tiempo real, eso es lo novedoso. Y toda esa antigua práctica retorcida, sucia y maloliente es lo que está saliendo a relucir con la filtración por parte de Assange y Wikileaks de los cables entre embajadas de los Estados Unidos de América y sus gobiernos súbditos por todo el globo terráqueo.
El destape de la olla -cuánto olía a podrido en Dinamarca, eh, príncipe Hamlet, ¿verdad?- proporciona no tanto una serie de informaciones que para sus emisores y receptores ya están asimiladas hace tiempo, sino una muestra espléndida para la consideración cívica. Por ejemplo, hasta el más despreciado ciudadano puede preguntarse: ¿qué tipo de trileros están dirigiendo el planeta en todas las naciones, en todos los foros mundiales, en las grandes empresas y en los fondos financieros y monetarios que cortan el bacalao y la sardina? Todos estos personajes que extorsionan y se chantajean, que se compran y venden, que arriesgan las vidas de humanos y la estabilidad de los países para lograr sus proyectos hegemónicos y obtener más beneficios en sus contabilidades ¿son los que luego exigen esfuerzos, sacrificios y paciencia a los habitantes del planeta? ¿Ellos son los modelos de perfección? ¿Cómo podemos estar en manos de esa gente? Y, sin embargo, ahí siguen, y todos los días se levantan diciendo a la humanidad: trágala perro.
De momento, la cacería se ha iniciado y van a por el mensajero que ha traído y llevado las noticias de cuanto los hombres de gobierno han practicado nefastamente. Pienso entonces en los versos de César Vallejo y me estremezco, no sin ira:
Y si después de tantas palabras,
Bien, se dirá: desde el principio de los tiempos los hombres han obrado bastante arteramente. Nada nuevo bajo el sol. Cierto. Y los hombres de gobierno además lo han hecho multiplicado por mil. Los hombres de gobierno han obrado con alevosía, cálculo y medios. Han puesto en marcha picardías, tretas, presiones, sobornos, pillerías, cohechos, falsas o verdaderas promesas, felonías, tortura, aniquilaciones. Todo para obtener información que les permitiera conseguir oscuros fines. Información obtenida no ya sin ética alguna, condenada ésta a las tinieblas exteriores desde lejanos tiempos, sino con desprecio, humillación y calumnia. Fines para cuyo logro no han reparado en dineros, influencias o perjuicio físico de personas y naciones.
Se sospechaba. Los historiadores, a través de análisis de la documentación de épocas pasadas, lo habían comprobado, pero apenas lo sabían ellos y no de manera fresca. Pero verlo en directo, y a disposición de toda la humanidad que quiera enterarse casi en lo que llaman ahora tiempo real, eso es lo novedoso. Y toda esa antigua práctica retorcida, sucia y maloliente es lo que está saliendo a relucir con la filtración por parte de Assange y Wikileaks de los cables entre embajadas de los Estados Unidos de América y sus gobiernos súbditos por todo el globo terráqueo.
El destape de la olla -cuánto olía a podrido en Dinamarca, eh, príncipe Hamlet, ¿verdad?- proporciona no tanto una serie de informaciones que para sus emisores y receptores ya están asimiladas hace tiempo, sino una muestra espléndida para la consideración cívica. Por ejemplo, hasta el más despreciado ciudadano puede preguntarse: ¿qué tipo de trileros están dirigiendo el planeta en todas las naciones, en todos los foros mundiales, en las grandes empresas y en los fondos financieros y monetarios que cortan el bacalao y la sardina? Todos estos personajes que extorsionan y se chantajean, que se compran y venden, que arriesgan las vidas de humanos y la estabilidad de los países para lograr sus proyectos hegemónicos y obtener más beneficios en sus contabilidades ¿son los que luego exigen esfuerzos, sacrificios y paciencia a los habitantes del planeta? ¿Ellos son los modelos de perfección? ¿Cómo podemos estar en manos de esa gente? Y, sin embargo, ahí siguen, y todos los días se levantan diciendo a la humanidad: trágala perro.
De momento, la cacería se ha iniciado y van a por el mensajero que ha traído y llevado las noticias de cuanto los hombres de gobierno han practicado nefastamente. Pienso entonces en los versos de César Vallejo y me estremezco, no sin ira:
Y si después de tantas palabras,
no sobrevive la palabra!
Si después de las alas de los pájaros,
no sobrevive el pájaro parado!
¡Más valdría, en verdad,
que se lo coman todo y acabemos!
(Por supuesto, la ilustración es una litografía de Goya, de su serie Caprichos)
Acabar con esas palabras de César Vallejo, del gran César Vallejo, no puede más que zarandearme, o mejor, empujarme definitivamente, pues tu artículo me zarandeó ya suficiente. Y por supuesto esto significa que toda tu entrada, desde lo tuyo a lo prestado (Vallejo, Goya), configura una estampa horrible, muy puta, y sin embargo qué real, Fackel, qué real, y qué conseguida. Se ha destapado la olla y ahora comprendemos el mundo. Mi análisis coincide tanto con el tuyo que en estos días he observado que voy por el mundo con una mirada de compasión generalizada. Hoy, en la cola del súper, miraba a las chiquillas y pensaba, joder, ocho horas pasando latas, de esas que contribuyen a ensuciar el mundo, por mil tristes euros. Y no lo tienen mejor que ayer, lo tienen, lo tenemos, bastante peor.
ResponderEliminarMe siento engañado y estafado.
(Los caprichos de Goya son geniales. Vi una exposición maravillosa en... Berlín!! Los alemanes se daban de tortas por conocer a Goya. Impresionante. Esos alemanes gigantes poniendo la cara a medio palmo de los caprichos, que son pequeñitos, una hoja de cuartilla, con esa frase tremenda debajo. Yo creo que alucinaban con las mozas y las viejas, drogadas, subidas a sus escobas... qué mundo atroz y alucinado el de Goya, aunque nos siga gritando que traguemos y traguemos, y traguemos más).
Ramón. Te recomiendo efusivamente la introducción a Memoria de la melancolía, del inglés Robert Burton, que vivió a caballo entre los siglos XVI y XVII, un erudito lector de mirada incisiva) La Revista de la Asociación Española de Neuropsiquiatría lo publicó hace quince años. La Memoria... completa también la publicó dicha entidad. Tal vez también venga en internet. Esa introducción me sirvió tanto que aún echo mano con frecuencia de ella. Está plagada de citas y autores y lo esencial para mi: que lo que pasa ahora ya pasaba antiguamente. Me permitió despojarme del ese complejo de crecimiento que nos decía que lo que nos pasa a cada uno, a cada época o a cada sociedad sólo nos pasa a nosotros, a nuestra época y a nuestra sociedad. Utilísimo y estimulante.
ResponderEliminarCuando tengo una visión trágica (en el sentido griego, no meramente lacrimal y depre) de la existencia vinculo enseguida a los que también la tenían y supieron expresarlo tan genial e ilustrativamente. Tomaron la quintaesencia de los acontecimientos profundos del ser y de la vida. Ese Burton, ese Goya, ese Vallejo...y otros más.
Toda la obra goyesca es enorme, hasta las pinturas religiosas de la primera época, que eran más convencionales. El retrato de los Borbones es una bestialidad maravillosa. Los de ahora son igualicos que aquellos. No te cuento otros retratos, los mas históricos que él vivió, los tapices, sus litografís y ese remate increíble, único, que son las pinturas negras. Interpretan España y el Hombre y su mundo interior de una manera transtodo.
No me extraña que los alemanes se quedaran colgados de Goya. Con el genial expresionismo que han tenido (malgré Hitler o mejor dicho, gracias a Hitler, entiéndase) probablemente han descubierto que Goya ptacticaba ese expresionismo siglo y pico antes, y otros géneros más.
Opinión de ánimo: Nadie se siente engañado y estafado si no desea que le engañen y que le estafen. Otra cosa es que a uno le maten.
Mira, encuentro esto en la red:
ResponderEliminarhttp://documentacion.aen.es/pdf/revista-aen/1995/revista-56/02-anatomia-de-la-melancolia.pdf
Salud y Disfrute.
Querido Fackel:
ResponderEliminarla "Anatomía de la melancolía" ("Memoria" la llamas) ha sido para mí una compañía inolvidable en noches de insomnio. Siguen las sintonías...
Respecto a lo de wikileaks, estoy contigo pero se me activa el principio de sospecha: parece todo demasiado calculado, demasiado "limpio". Me explico: no se ha revelado nada, más o menos nada que no sepamos ya. Sólo alguien muy ingenuo puede sentirse sorprendido por la iniquidad de los gobiernos. Pero da la impresión de que se ha revelado sólo una parte, lo que "podía salir a la luz". Estoy seguro de que hay cosas más oscuras, secretos dentro de secretos, mantas de las que nadie ha tirado. Quizá esto ha sido una forma de hacer negocio de forma encubierta: quizá quienes revelan esto están vendiendo información, otra información, a escondidas y a muy buen precio.
Todo esto son sólo sospechas, suposiciones, muy vagas, además. Pero me resisto a creer que Wikileaks sea un hada madrina y haya decidido mostrar la urdimbre de Matrix a los temerosos mortales. Algo me dice que aquí hay gato encerrado (el gato de Schrödinger, que no se sabe si está vivo o muerto).
Me gustaría equivocarme, pero ya ves: mi desconfianza en estos aspectos es total.
Por lo demás, celebro que estés volviendo a las lecturas refrescantes como el joven Burton: es lo que necesitamos en un mundo cultural tan desnortado e "impracticable",
salve
También creo que es un negocio.
ResponderEliminarSaludos
Lapsus, Stalker, del subconsciente, obviamente es Anatomía, no Memoria.
ResponderEliminarComparto tus dudas sobre intenciones, oscuridades, etc. del tema Wikileaks. Ya lo he comentado en el blog "vivir de buena gana". Pero eso no invalida la reflexión que yo he pretendido. Y si las informaciones que se han filtrado son verídicas, independientemente de las intenciones que pueda haber para su divulgación, y nos dicen algo, pues bienvenidas, ¿no?
Tiempo al tiempo, y acaso negocio, ya veremos.
Puede ser, Aquí, pero ¿no te parecen importantes o al menos sustanciosas algunas revelaciones?
ResponderEliminarSalud.
De todos modos, las cosas que están revelando las filtraciones me parecen sumamente graves, se llegue a donde se llegue y sean cuales sean los motivos por los que fluyen. La actitud de los USA es tan avasalladora que no es para ignorarlo.
ResponderEliminarDeberíamos fijarnos más en esto. Que el árbol no nos oculte el bosque. Y el bosque no es precisamente de hadas.
Salud.
¿predamos o somos predados?.
ResponderEliminarNadie puede desafiar al imperio, el imperio informa y desinforma, tiene sus mensajeros..
Miremos al cielo, no al dedo que señala.
camino personal...única via.
un abrazo.
Tozuda que es una, pienso una vez más: ¿dónde reside la verdad? ¿Será Wiki una estrategia más de ese poder transversal? ¿Será esa supuesta verdad plantada de repente frente a tantos ojos, la verdad antes camuflada como subversiva, ahora la muestra evidente de aquello que antes negaron y ahora no confirman?
ResponderEliminarComo Stalker me pongo en sospecha, me quedo en suspenso. Esto se está dividiendo a su vez en varias brechas: el derecho a la libre expresión y el libre pensamiento sin que te etiqueten de ... y la capacidad que tienen los gobiernos de etiquetarte de... ante la opinión pública en una trama convertida en una novela inédita en tiempo de real a los Stieg Larsson. Tenemos la verdad tan a la vista que nos empeñamos en seguir hurgando tras los matorrales. Y entre estos existe la posibilidad de una trampa.
Vallejo y Goya, lúcidos tremendos.
Tula. Predadores y depredadores, y además depredados. Depredados por nosotros mismos. Mira en derredor. Homo homini homo, rectificando a Tito Macio Plauto que la sacó en una de sus comedias y mucho tiempo después míster Hobbes la divulgó. Porque el lobo no tiene la culpa de que le carguemos todos los males.
ResponderEliminarEl Imperio puede ser desafiado y llevas de entrada las de perder. Pero el Imperio puede pinchar, como muchos imperios anteriores lo han hecho en la Historia. El mal está en su interior. Pero claro, si sigue abusando, perjudica a otros. Y si pincha arrastra como juego de dominó a parte de la humanidad.
Miremos lo que hay más allá de los árboles y del bosque. Pero al dedo que señala hay que procurar observarlo también para que no nos equivoque. Y el símil sirve para muchas cosas. Puede que tú te refieras al denunciante Wikileaks. Pero recuerda el célebre dedo del tío Sam: ¿a cuántos no habrá llevado a la tumba, directa o indirectamente, porque miraron su dedo? O todos los dedos juntos en una palma extendida ¡al cielo! por ciertos payasos europeos que jugaban a emperadores de pacotilla. O todos los dedos empuñados ¡también al cielo! para esclavizar en plan rusificación en nombre de lo inalcanzado y de los buenos deseos de millones de gente.
Obviamente, el camino es siempre personal, muy personal, pero su suerte está vinculada también a otros caminos personales, pienso.
Salud y amplia vía.
Ata, por un momento te vi como Pilatos preguntando a un Cristo que no soy yo ni falta que me hace. Es broma. Si te refieres a la veracidad de las informaciones,bueno, ahí están y parece que escuecen a muchos. Diles a los familiares de Couso que dudamos de su veracidad. Por ejemplo.
ResponderEliminarPor supuesto, mi posición es también precavida, pero atenta. Si todo lo que sale, de mayor o menor relieve, ha tenido lugar, se ha dicho, se ha maniobrado...obviamente es muy útil saberlo con esa precisión. Pero otro tema es que la información va a estar cada vez más controlada, no me cabe duda. De que irán las potencias y los potentados a poner clausus en los buscadores, a dictar leyes restrictivas, a a censurar a los periodismos verídicos, a sujetar a los hackers. Aunque pienso, por otro lado, que acaso ni haga falta. Es tal, o puede ser tal la cantidad de la información que circule que nos desborde a todos y por lo tanto nos agobie y nos lleve a desinteresarnos. Pero yo prefiero que circule, que se sepa.
De todos modos esto me recuerda viejos tiempos. Acontecimientos o simples moscas cojoneras montaban (montábamos) historias que parecía que hubiera poderes ocultos detrás, intenciones aviesas y estrategias a largo plazo. Y eran simples moscas cojoneras.
El tiempo dirá si esto es una trampa y de qué calibre. Puede haber intención honesta, juegos a varias bandas, apropiación deshonesta de la buena voluntad de los unos por los otros, utilización de una opinión generalizada para hacer saltar algo más gordo...¿Y si fuera un esfuerzo auténtico de una tribu obsesionada con la información frente a la opacidad y los despropósitos de los oligarcas? Pero sí, siempre está la posibilidad de la trampa.
Por mi parte, sigo con los nutrientes Goya, Vallejo y los expresionistas.
Mientras, calma y disfrute, sin diazepanes a ser posible.
Esa última pregunta que te haces, me la hago yo también muchas veces. Pero es tan fina la línea de la verdad...Foucault ya nos avisó, pero deberíamos tener un gran cúmulo de pensadores empecinados en aplicar su método a tal cantidad de noticias. De ahí mi desconfianza y el agobio en el laberinto.
ResponderEliminarSe intentará, reduciendo diazepanes parece ser.