Son dos Españas que están en las antípodas. Dos Españas que se repelen mutuamente. La de arriba es la de las letras. La de abajo, la de las armas. A la de abajo, la de arriba le causa odio. A la de arriba, la de abajo le produce pavor. La superior representa el intento constante por edificar con la lengua el pensamiento y hacerlo evolucionar. La inferior sólo sabe de destrucción del pensamiento que avanza sin cesar. Ambas se miran de reojo, pero no miran ambas de la misma manera. La primera mira de frente. Nada tiene que ocultar, más bien todo que captar y edificar. La segunda mira de reojo. Se basa en la sospecha, en la envidia y en la desconfianza. La de arriba es perdedora a la corta. La de abajo es triunfadora a la corta. Aunque los tiempos hayan sido largos. La de arriba es la de la esperanza, la de abajo la de la frustración. No son dos Españas iguales. Sólo una tiene que ceder si quiere buscar una convergencia con la otra. La violenta, la reduccionista, la dogmática, la que se cree que el país es patrimonio suyo. Cuando Machado dijo aquello de que una de las dos España iba a helar nuestro corazón no lo decía porque pensara que era un sorteo y que podía ser cualquiera de las dos. No. Sabía perfectamente qué España iba a helar el país durante la noche de los tiempos.
(Nota. La lápida sencilla del Tránsito dos gramáticos está en una calle de Santiago de Compostela. La lápida ceremonial del Dictador se encuentra en una calle de Ávila. No, no nos equivoquemos. No son las dos Españas ni Santiago ni Ávila. Aunque sí la mentalidad de ciertas fuerzas vivas que permiten que exista una u otra representación. Ambas lápidas tienen hasta una diferencia estética -y para mi la estética define también una moral, y ahora más que nunca- y no hay comparación entre las letras esbeltas del Tránsito y la cutrez del medallón obsoleto)
(Nota. La lápida sencilla del Tránsito dos gramáticos está en una calle de Santiago de Compostela. La lápida ceremonial del Dictador se encuentra en una calle de Ávila. No, no nos equivoquemos. No son las dos Españas ni Santiago ni Ávila. Aunque sí la mentalidad de ciertas fuerzas vivas que permiten que exista una u otra representación. Ambas lápidas tienen hasta una diferencia estética -y para mi la estética define también una moral, y ahora más que nunca- y no hay comparación entre las letras esbeltas del Tránsito y la cutrez del medallón obsoleto)
Efectivamente, no era un sorteo. Sabía a cuál de las dos se refería... No me digas tú. No me digas que es normal un país que permite, todavía, ciertas cosas. Como hay esa connivencia tan viva algunos nos sentimos taaaan mal. Ojalá solamente existiera espacio para los gramáticos, es decir, para los que hablan, no para los que imponen.
ResponderEliminarPor desgracia nunca ha sido una rifa o sorte y,al apostre,siempre se ha impuesto la de las armas,la de la intolerancia,la del odio.
ResponderEliminarSin embargo,la otra España,aunque perdededora,es la auténtica.
Es la España de la dignidad,la de la igualdad,la de la justicia social.
Que se queden con sus armas y su odio.Nosotros nos quedamos con los sentimientos más nobles del ser humanos.
Abrazos
La democracia consiste en no considerar al que no piensa como tú un enemigo a batir, sino sólo... un oponente. Aquello de "no estoy de acuerdo con sus ideas pero moriría por su derecho a defenderlas" es lo que muchos no han entendido. Siguen en guerra. La civilización es otra cosa.
ResponderEliminarSaludos de hiniare.
Estoy de acuerdo con lo que dices, Hiniare. Por eso mismo, si nos retrotraemos a 1936 podremos comprobar cómo un sector de la sociedad española precisamente no respetó el derecho a expresarse de otro sector. Es decir, que unos (quiénes fueron ya lo dicen las investigaciones de los historiadores modernos) se saltaron a la torera las opiniones de otros encarnadas en los resultados electorales de febrero de 1936, conspiraron y trataron de derrocar un gobierno con el resultado de que desataron encima una guerra civil cruenta...y lo que vino después.
ResponderEliminarY esos mismos no sólo no respetaron la legalidad democrática, sino que se impusieron cruentamente y totalitariamente.
Me temo que hay todavía en ciertos sectores actuales la idea (tal vez suavizada y edulcorada) de que siguen en guerra.
Saludos, y bien por incorporarte a estos pequeños debates.
Ramón. No te sorprendas de que aún haya lugares en que perviven nombres de calles. Este tema depende de los consistorios y en muchas urbes y pueblos los ayuntamientos siguen siendo derechosísimos y eso sí, se las dan de demócratas y europeos, pero la memoria del Abuelo es de lealtad para ellos.
ResponderEliminarY sí, ojalá los espacios fueran ocupados no por los gramáticos sino por los argumentadores. En eso estamos, ¿no?
Abrazo.
Felipe. Acaso las dos españas son auténticas, pero cada una en un palo ético y convivencial diferente.
ResponderEliminarDe todos modos hay que luchar por la convivencia y el diálogo. Lo que dice Hiniare, aunque no estemos de acuerdo hay que demostrar que el espacio de la expresión es para todos. Claro, siempre que ese otro sector no se ponga en lo peor, porque...¿qué pasaría si en las próximas elecciones generales no ganara tampoco el PP? ¿Seguirían respetando las reglas democráticas? Porque han tenido cada gesto que les cuestiona...
Salud.
Fackel:
ResponderEliminarme estremece lo que cuentas y ojalá no tuvieras que contarlo como lo haces: ojalá existiera reconciliación y una entrada tan certera como ésta no fuera necesaria.
Por desgracia, tal cosa parece una quimera. Vivimos en un país donde la mitad de la población parece entregada a una desaforada barbarie, al desmantelamiento de los pocos logros que se han ido asentando en los últimos años.
Cuando los atentados de Atocha, algunos representantes de esa España cerril, embrutecida, zafia e ignorante gritaron aquellas palabras que me helaron la sangre en las venas:
"Por 200 muertos de mierda perdimos las elecciones"
Las personas así quedan invalidadas para cualquier posible interlocución.
Salud y visión, hermano.
Suscribo las palabras de Hiniare.
ResponderEliminarStalker. Yo también escuché esa alevosa y egoísta frase de algún desalmado. Pero te contaré que a una semana del atentado pasé por Atocha y me sorprendió que entre los miles de grafitis, papelitos, carteles manuales y pintadas que había colgados con flores en los muros de la Estación de ferrocarril casi todos los textos culpaban al Gobierno de Aznar, por tomar parte en una invasión (Irak) junto a los yanquis, que ni nos iba ni nos venía. Y es que si se ahonda y se piensa, aunque los ejecutores del atentado fueron los fundamentalistas (cosa que no quería admitir esa derecha mentirosa) la gente a quien veía como motivadora indirecta era a Aznar y su política.
ResponderEliminarCosas veredes y habrá mucha vida por delante.
Más me preocupa ahora mismo que veo que la Santa Alianza de siempre, a través de judicaturas, Iglesia y cargos de autonomías, trata de parar ortra Ley vital para la sociedad como es la del aborto. Siempre, las santas Alianzas.
Resistir, controlarse y desarrollar pensamiento, hermano.
RAB, gracias por opinar.
ResponderEliminarAntonio Machado habló de una España fría, la España que no podíamos elegir y tampoco quisimos. Una España que perdió las elecciones y en el nombre de España la cargo de guerra y de cadenas, y la empequeñeció en la mentira para llamarla grande y libre.
ResponderEliminarAhora pretenden resurgir con las "manos limpias". Porque quién no tuvo reparos en ejercer el crimen, menos aún los tendrá en proclamar la mentira. Al fin y al cabo, cuarenta años de censura fueron precisamente eso, la persecución de verdades vergonzantes.
No es extraño que con poder económico suficiente para establecer el dominio de medios de comunicación, se esté forjando otro "modelo de democracia". Con un poder judicial rendido a la extrema derecha habremos de ver nuevas miserias, nuevos fríos y nuevos hielos.
Tú lo dices perfectamente, Gaia. Me ha gustado tu argumentación mucho. Hoy ocultan el crimen, pero alzan -siguen alzando- la voz de la mentira. Y enhebrando el tejido de las santas alianza de los poderes de facto y de iure que les permita dominar con plenas garantías.
ResponderEliminarEl tiempo dirá de qué son capaces. Y la sociedad española también dirá si quiere ser pastora o borrega.
Un abrazo.
Decíamos ayer y hablábamos de barbarie. Aquí la tenemos, pues, todavía dominando en demasiados puntos.
ResponderEliminarStalker habla de reconciliación, pero para ello, primero ha de haber reconocimiento.
Un abrazo
¿Reconciliación = Reconocimiento? Si entramos en materia histórica, yo viví los estertores de la dictadura en que nada menos que el PCE lanzó su consigna de Reconciliación sin exigir el Reconocimiento. En este sentido, la izquierda o, al menos, un sector de ella ha sido ejemplar siempre. Ha tomado la iniciativa siempre.
ResponderEliminarLa cuestión no es ni de lenguaje ni de sentimientos ni de voluntad. La cuestión es que la derecha trata de hilar un control lo más absoluto posible de los resortes de poder. Y mientras tratan de obtenerlo hacen la vida imposible a los que gobiernan, sean socialistas o izquierdaunidistas o nacionalistas periféricos, poniendo recursos jurídicos a troche y moche, generando desconfianza, metiendo la basura bajo la alfombra, tratando de que se quite importancia moral a la mierda de la corrupción, fomentando el desgaste aunque para ello se queme el sentido de la democracia. ¿Les va a valer aquello de o nosotros o el caos?
Ya quisiera yo, ya, que hubiera primero reconocimientos...
Un abrazo, Ataúlfa.
Conciso y pedagógico.
ResponderEliminarAgradezco que expreses tu valoración, Fernando. Saludos.
ResponderEliminar"Una de las dos Españas ha de helarte el corazón".
ResponderEliminarAsí fue.
Años de silencio y de represión que equivalen a siglos.
Siento que siguen existiendo dos Españas.Lo descubro cuando estoy allá y lo percibo aquí, cuando españoles aluden con desprecio a los "nietos e hijos de los rojos".
Es "demasiado" frecuente.
Y es el discurso de la "derecha"
No asimilaron el tenor de las barbaries cometidas .Están de acuerdo con ellas.Ocupan la tarima de los " vencedores".
Eluden el verdadero significado de la justicia y de la historia.
Hay una sola verdad : La España Republicana.
Pero mientras el fascismo continúe tejiendo estrategias ... seguirá esparciendo hielo y mentiras.
Carmela. Muchas ideas como catarata en tu texto. Comparto tu sentimiento. No sé si la única verdad (depende de lo que se entienda como verdad) es la España Republicana. Me conformo con aquella laicidad, con aquella forma de Estado, con aquel sentimiento popular deseado que rompía siglos de condición de súbditos. No ha quedado invalidado. Otra cosa es que hoy cierta parte de la población del país no piense y se deje llevar por caballo ganador y por lo fácil, la inercia, aunque sea cutre y seas un vasallo.
ResponderEliminarSi ahí en tu nación percibes las dos España sólo en base a comentarios, imagínate aquí fundamentados en comportamientos, actitudes, gestos, símbolos y lenguaje.
Y luego, lo peor: no querer preguntarse por lo acontecido en el pasado. Hay mucha gente a la que mencionas la palabra "memoria" y se espanta, y reacciona mal y despreciativo, sin darse cuenta de que escupen contra sí mismos.
Agradezco tu intervención, cuento con tus opiniones.