Hay días de derrotas. Y el cuerpo pesa. Obsérvese éste. Mírese bien su arqueada tensión flotante. Tratando de sujetar un volumen que se le viene encima. Haciendo lo imposible por contener una presión cuya señal no da toda su medida soterraña. Intentando evitar el desbordamiento de los días. En el esfuerzo, el cuerpo quiere dar de sí todo. Se concentra para detener el ejercicio que la masa desploma sobre sus espaldas. Se expande para abarcar unas energías que supone aliadas. Se trasunta en materia que enfrenta la materia. En su arrojo tienta los límites de la voluntad. En su conversión en bruto pierde la conciencia. En su audaz metamorfosis se transforma en piedra. Pero la piedra crece y él no da más en los márgenes de su fuerza. Pero la piedra piedra y la piedra hombre tienen conglomerados diferentes. Y ambas se reparten las impurezas de sus tallas por igual. Pero la piedra aguanta y el hombre se deforma. Pero la piedra comprime y el hombre quiebra. Pero la piedra es fría y la sangre no puede contenerse dentro de ti. La distensión traerá de seguido una contracción. Y el puente que une las dos manifestaciones del ejercicio puede revelarse débil en cualquier momento. Y su taimada solidez herirse con el filo del tensado aliento. Y ahí, en un punto mal calculado de la arquitectura de tu brío, puedes romperte. Y en esa tenaz resistencia la piedra y tú pereceréis. Déjate caer y recupera la armonía. Siempre podrás decir que fue un sueño tu vida enfrentada a otras vidas.
(Escultura de Pedro Monje)
(Escultura de Pedro Monje)
La obra es magnífica.
ResponderEliminarParte del texto es mi vida ahora.
Recuperaré la anterior con lo que he aprendido.
Armonía
Vaya, no pretendía ser exégeta de nadie. Está bien aprender y recuperar. Aunque no se recupera lo mismo. Ni falta que hace.
ResponderEliminarUn buen homenaje a la resistencia, sí señor.
ResponderEliminarUn punto mal calculado...¿puede ser tan pequeño como la gota de agua que colma el vaso?
Dejarse caer... no sé. ¿Dejarse caer y recuperar la armonía?
¿El límite al que te refieres, es tán rígido como la piedra?
¿Podrías darme alguna idea, hermano?
A estas conclusiones he llegado yo: Si el resistente caído, se dejara caer, la obra perdería su fuerza. El hombre se recompondría en un collage, en el mejor de los casos.
Y la piedra siempre sería otra obra de arte natural, esta vez, por impacto y resquebrajamiento. Cosas que tiene el ser piedra. Eternidad.
Intrigada me quedo con la escultura humana resultante.
Cómo siempre,Fackel, haciendonos pensar.
Gracias por esta fotografía de un resistente resistiendo.
Salud, Fackel. Siempre salud.
O un homenaje a la contención, simplemente. Tal vez sea lo mismo.
ResponderEliminarTodas tus preguntas son justificadas. Son producto de otras perspectivas, de otros criterios. No tengo respuestas. Y tampoco quiero darle vueltas. De momento. Aunque el tema está abierto a nuevos interlocutores. Igual ellos nos aportan nuevas visiones.
Y la fotografía, o mejor dicho, la escultura es lo que vale. Por cierto es parte de una obra que yo ofrezco aquí incompleta. Acaso otro día...
Gracias por andar por aquí. Buenas noches.
...si estaría bien ver la escultura completa...
ResponderEliminaraunque si, a veces es mejor dejarse caer, hay posiciones o posturas imposibles de sostener.
un beso
Me encantaría verla entera...
ResponderEliminarMe intrigan varias cosas.
Saludos a todos
No sólo podrá decir que fue un sueño sino que en verdad toda esa lucha, todo ese esfuerzo, se convertirá en un sueño que habrá soñado otro que ya no será el mismo que se dejó caer.
ResponderEliminarTula, trataré de completar la imagen. Ya se sabe, no hay resistente sin atacante. O algo parecido.
ResponderEliminarAquí, haré lo posible para mostrarla, si la parte oculta -hasta ahora- me sugiere algo. Si no...
ResponderEliminarBien. Eso es una metamorfosis, Rat, has dado en el clavo. No s eme había ocurrido. Que haya habido una conversión positiva o no es otro tema.
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