Tiéndela
no hay motivos para no dejarse tentar
por el paraíso
entrelázala
asirás al menos
el último calor de la noche
sujétala
¿lees en esa palma
los designios que se te reservan?
ahora date la vuelta
y reposa
estás demasiado febril
para hallar respuestas adecuadas
en tu carne
(Ralph Gibson es el autor de la foto)
De regreso de un viajecito, me gusta comprobar que sigas en forma, pese a tu silencio mineral.
ResponderEliminarAbrazos
Tu expresión me encanta: ¿qué otra cosa puede ser un hombre sino un silencio mineral? Si no, cómo palparía su propia materia?
ResponderEliminarBienvenido de tu viaje.
Hola, Fakel. De vuelta de la otra orilla del charco, aquí de nuevo.
ResponderEliminarMe sorprendo con tu lírica, que no es nada lírica. Arremetedor te veo. Me pregunto si eres el rayo que no cesas, porque es así, no cesas.
Un abrazo, boludo.
Ya hasta te llaman boludo, caballero andante... Eso es un grado, no creas.
ResponderEliminarPor el silencio mineral me refería a tu elocuente silencio vía mail, jeje.
Abrazos
Celebro esés repuesto, Juanjo. Te remito al comentario a Stalker en otro post.
ResponderEliminarTe remito a Hesse: sólo escucho la sangre que murmura dentro de mi.
Lo demás son rótulos, pero me niego a reconocerme en un producto. Ah, y cesar o no cesar, this is not my problem!
Un abrazo.
Tranquilo, que te comentaré algo sobre el libro. Lo tengo desde hace un mes pero no encuentro el momento de centrarme en él.
ResponderEliminarSalud y generosidad.