Lluvia, y cielo inexistente. La luz oculta. Los rostros sin ojos. Asomarse a la ventana. Calles anodinas, como de otra época. Parálisis enmascarada. Mirar adentro. Abrir un libro al albur. Activar. Seguir mirando más adentro. Los sentidos en una dirección. El extraño placer de los conceptos. Adecuación del cuerpo. Territorio cercado a las invasiones superfluas. Destellos en espiral. Ritmo pausado. Consecuencia. Leer un poema tao. Ritmo más agitado, muy profundo. Tres palabras y una sola pronunciación. Estremecerse. Tres tiempos y una enunciación contra sí misma. Emocionarse. Tres posibilidades y un apariencia. Dejar de ser uno. Sentirse afuera aunque se encuentre uno arraigado en su materia. Wislawa Szymborska:
Las tres palabras más extrañas
Cuando pronuncio la palabra Futuro,
la primera sílaba pertenece ya al pasado.
Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.
Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.
Wislawa Szymborska, de su obra Instante.
Me gustan tus semblanzas de poetas, ojalá hicieras más.
ResponderEliminarsalud
Ya. A mi me ha cautivado el poema. Su precisión, su brevedad, su temporalidad son únicas. Es la esencia del título del libro: Instante. La vida, ese instante, que creemos que se prolonga y que sin embargo nos permitimos despilfarrar de mala manera. Larga labor la de los humanos: tener que comprender la existencia como Instante y desarrollar tanta energía para propiciar lo superfluo. Hay que parar y captar. Eso me ha sucedido hoy con Szymborska. Me he pasado el día parado, poco hablador, ausente...pero gracias a ella lleno de mi. Instante.
ResponderEliminarGracias, Stalker, por seguir ahí. Y demostrarlo.
szymborska. sencillez y peso. a veces, muchas veces, es necesario. buscaré a esta autora.
ResponderEliminarun abrazo.
Ana. Tras la aparente levedad formal hay peso, como tú dices, en muchos textos. Apenas me he aproximado a la poeta polaca, pero ya lo intuyo. Pasa en más autores. Eso es grande.
ResponderEliminarSalud y palabra, hermana.