"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





martes, 28 de octubre de 2008

Disparos


Los impactos se han sucedido, una retina ha llegado hasta la otra, ambas han ocultado el territorio amable y hostil del pensamiento, uno ha agredido al otro con la pretensión de modificar el curso de la naturaleza que tendía a desviarse, el otro se ha dejado corregir para seguir manteniendo incólume su capacidad de visión, hay fotografías del exterior, hay calcografías del alma, hay imágenes de las emociones, el mundo visual nunca es lo que parece, ni los fotógrafos son meros actores testimoniales, ni puros técnicos de dejar constancia de momentos o hechos, lo importante es el ojo, el de quien está ahí, se trate del que detecta y ejecuta, se trate del ojo percibido, el ojo que aparenta, el ojo que ve y no siempre ve, el ojo que calibra, el ojo que no acierta en su apreciación de los objetos, el ojo que clarifica, los disparos han ido uno tras otro, fogonazos de reconstrucción, la naturaleza del ojo con sus múltiples caras...

(Fotografía de Feininger)

1 comentario:

  1. Me ha venido a la mente el Kino-ojo de Dziga Vertov y "El hombre de la cámara"...

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