"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





jueves, 10 de julio de 2008

Incubación


Uno empieza con una palabra que le ronda
Tras esa palabra hay otras o acaso ella sola pero que se repite y se repite obcecadamente
Como si quisiera configurarse en una entidad llena de sugerencias
La idea apenas existe o es tan vaga que no se sabe bien si primero es la palabra o la idea
Esa palabra puede empezar a fluir a través de un paseo en una fábrica entre unas sábanas
Lo mejor sería apuntarla y anotar también todo tipo de insinuaciones que arrastre consigo ese término
La mayoría de las veces no se hace esto y la palabra se extravía por el camino
Otras veces llegas a casa y permanece bullendo dentro de ti
Se repite da vueltas quiere que la tomes
Entonces te pones sobre el teclado y surgen hilaciones analogías correspondencias
Palabras que se juntan que se concatenan que se buscan por azar
Inicialmente sin ningún fin en sí mismo
Es como si quisieran encontrar el motivo para la idea
Como si las palabras lo fueran todo en ese principio que actúa en un viaje de ida y vuelta
Por supuesto las palabras tienen significado y entonces empiezas a moverlas en una u otra dirección
Unas veces para arriba otras para abajo otras contra ellas mismas otras al vacío
Algunos vocablos no llegan a nacer y se quedan en tus entrañas
Abortan o simplemente no se ha producido la fecundación pertinente
O simplemente vagan se desplazan como almas incongruentes como cuerpos huérfanos
A las cuatro o cinco líneas te das cuenta de que has formado un sentido
Leve e insuficiente
Pero que te permite avanzar
¿Cómo avanzas?
Simplemente reflexionas diciendo aquí tengo que decir algo más
Diciendo si hay alguien abstracto que empieza a hacer algo concreto es que hay vida detrás Pueden manifestarse elementos naturales
Pueden surgir actitudes gestos sentidos que resultan humanos
Y vienen los vínculos
Si alguien se arrastra es porque no puede levantarse
Es obvio
O porque ya no sabe hacer otra cosa más que arrastrarse
Podrías plantearte por qué ha caído
A veces no te gusta una interrogación directa porque te parece plana
Entonces te sigues arrastrando como la figura que lo hace en el texto
Necesitas sentir las piedras afiladas del camino el calor farragoso y cruel del desprecio o el frío de los abandonos
Necesitas percibir la ignorancia de lo que te rodea
Sentirte dolorido o sediento o agotado
Desde lo físico pasas a las percepciones sensoriales y emocionales
Y a un mundo que consideras de sentimientos aunque desconozcas si los sentimientos configuran un mundo
Y en ese punto concibes que hay alguien inconcreto pero menos etéreo en tus letras
Alguien que podría ser sin ser
Que podría definirse sin que su identificación venga a cuento
Una sombra acaso
Un perfil que va creciendo
En realidad todo es un esbozo
Un ejercicio día a día porque dibujas trazos
Trazas líneas
Alineas contornos en diversas direcciones
Diriges intuiciones sospechas agudezas
Se te ocurre reconocer en la materia de elementos terminológicos y de sintaxis
Rostros humanos
Y entonces sucede lo inevitable que lo humano se rebela contra ti
Pero a la vez te revela el inmenso poder de su manifestación
Donde puedes y debes prospectar mirar alzar sujetar tender afianzar
Para que un boceto se constituya en un dibujo medianamente inteligible
O al menos con cierta coherencia
Ya que ser entendido no es una exigencia de lo coherente necesariamente
Y te quedas flotando en algún punto
Porque te sientes estúpido
Quieres pretendes intentas persigues
Presuntuosamente
Ser un demiurgo de la construcción de las palabras
Pero no pasas de mendigar en tu propio interior


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