"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





domingo, 7 de octubre de 2007

Hexagramas


Y al levantar el cuerpo, sólo quedó la arruga y una hendidura cálida. Los límites del cansancio truecan en actividad el sueño abandonado. Convirtióse la ausencia en hexagramas. Y fue dicho: que la vida del hombre traicionará al oráculo. Nada hay establecido para siempre. Jamás la decisión sobre la vida proviene absolutamente de lo ajeno o es fruto exclusivo de lo propio. El origen es la probabilidad. El destino, una metáfora. Y el tiempo, una palabra malgastada. Y un día más, el azar y esa pequeña consistencia que dan los años acarician la piel que ya se arruga. Miras la luz de perfil (la luz nunca se deja mirar del todo de frente) Y respiras profundamente, a ver qué se alza desde lo más recóndito de ti mismo.

2 comentarios:

  1. En efecto, las arrugas más representativas no son las que se dejan sobre unas sábanas o un edredón, sino las que no pueden ya disimularse sobre una frente o unos carrillos. Pero las arrugas tienen a su favor que están cargadas de memoria. Saludos fuerte.

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  2. Cierto, Alex, muy cierto. Las arrugas cargadas de memoria, genial. Al final (recuerdo a mi padre en sus últimos años) llevaba adherida tanta memoria como arrugas sobre su piel cerebral. Gracias.

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