Hace mil cien años largos un extraordinario estudiante de música llamado Ziryab fue acogido por la corte del califa Harun al-Rashid de Bagdad y se cuenta que causó tal impresión a éste que suscitó los celos de su maestro y se vio obligado a escoger el camino de la diáspora. Tras viajar por Siria, Egipto y otras ciudades del Norte de África, acabó instalandóse en Córdoba para fortuna de la cultura andalusí.
Escuchar las composiciones y los modos (maqáms) de las manos de plata y con el espíritu entregado del joven intérprete iraquí Naseer Shamma es un regalo para los sentidos. ¡Cuánto nos queda por conocer! Shamma ha sugerido toda una trayectoria desde el Eúfrates hasta el Guadalquivir (así se titula el disco que estoy escuchando) vinculando la herencia de Ziryab con sus recreaciones. Temas de meditación, de tristeza, de estética, de nostalgias mesopotámicas, de configuraciones mitológicas, de simbologías cósmicas, de alegorías (del Discurso del Alma dice el mismo autor que "representa la infancia el alma y su empeño sublime por superar los momentos de cambio y dolor"), de descripciones sobre Ziryab y su entorno y, cómo no, del amor.
Entonces uno descubre la vieja sabiduría: cómo los maqáms fueron formas de filosofía, cuyo instrumento no lo constituyó tanto la palabra como la música. Una dimensión que proyecta nuestras fantasías a través de un sinfín de modulaciones y tonos precisos. Un camino que lleva a una absorción espiritual por parte del músico, que recuerda esa entrega incondicional de los hombres del jazz. El soul de estos nos resulta más familiar por ser un fenómeno más reciente en el tiempo y más popularizado en Occidente, pero en absoluto los tocadores de laúd árabes les van a la zaga.
Naseer Shamma nos ofrece al final del disco con su espléndida voz unos versos del genial poeta sevillano del siglo XII Abú Medyán:
"¡Oh corazón!, visitaste al amado y no se apaciguó esta pasión.
¡Qué maravillosa es para un corazón que se abrasa en la dicha!
Creció el amor alejándose la paciencia y al intentarlo ante la visita, se ocultó.
Las llamas del amor las avivó un jardín, y ante él la voluntad se liberó de la paciencia."
Impresionante: Naseer Shamma ha inventado incluso un método de tocar el laúd con una sola mano, pensando en los mutilados de la desgraciada e impuesta guerra de Irak. Cuando se ven estas cosas, la capacidad de recuperación de la especie humana emociona. Y uno desea mantener aún la esperanza.
Había oído hablar de un músico iraquí que había inventado una técnica para los lisiados, pero no sabía que se trataba del que mencionas. Nunca he oído a este Naser. Sí, realmente sabemos tan poco que, como mínimo, nos tiene que dar vergüenza. Y en España, con especial y lujosa herencia árabe, nos hemos creído el ombligo del mundo. Gracias por darlo a conocer en el blog.
ResponderEliminarBuen domingo fértil.
Me alegro conocer tu blog. Yo sí que había escuchado algunas composiciones anteriores del laudista de Basora, pero ésta no la conocía. Trataré de encontrarla. Me parece fundamental conocer las culturas en todas sus dimensiones, eso nos ayudaría bastante a un entendimiento. Que la música en el Bagdad del siglo octavo o noveno fuera filosofía ya dice mucho del nivel que había en el mundo árabe de aquel tiempo. Espero que sigas poniéndonos en la pista de otros hallazgos. Me parece que igual que te pasa a ti, muchos estamos necesitados de conocer y evolucionar.
ResponderEliminarHasta otra.
Gracias Fackel, siempre me sorprendo cuando paseo por tu blog. Cuentas cosas muy interesantes.Se nota que lo sientes, que hablas desde dentro, eso es como la música.
ResponderEliminarUn saludo
A mi me parece que el problema que tenemos ciertas generaciones (¿todas las generaciones?) de este país es que nuestra cultura musical es ínfima. Así que al menos es un placer ver que seguimos descubriendo corrientes y modos de hacer música. Yo había oído que la música tenía mucho que ver con la matemática, pero no me imaginaba que pudiera ser también un sistema filosofíco aceptado por mandatarios, pero por lo que veo...
ResponderEliminarVerdadera cuenta pendiente la de los españoles con la cultura y la tradición árabiga. Con esforzarnos más en conocer lo que supueso ésta en técnicas, economía, recursos, inventos, filosofía, arte, literatura...sólo con que intentáramos conocer ese pasado OCULTADO (la tradición católica tiene mucho que ver con esta ocultación) ya tendríamos saldado el débito. Siempre me indignó mucho esta ignorancia manifiesta e infiel por parte nuestra.
ResponderEliminarGracias por vuestros comentarios de seguimiento. Los temas seculares e históricos suelen ser temas pendientes en nuestro país. Para mi que su desconocimiento, visión limitada o partidista, o escasa aportación investogadora ha aportado poco al entendimiento social. Vivimos más pendientes del día a día, dando por hecho que lo sedimentado ya es sabiduría y buena dirección, cuando sólamente ha sido transcurso y acontecimiento. A veces , experiencia y si ha sido asumida, ya es un lujo.
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