John Donne, La prohibición.
Te cansaste de esperar. Me harté de esperar. Esperar no es un verbo dirigido solamente al sujeto. También al objeto. Qué debimos esperar. Qué nos esperaba después. Por qué aquella espera que se demoraba. Qué situación anhelada puede ser posible tras un letargo que no entiende de conjugaciones verbales y menos de declinaciones pusilánimes. Una espera implica casi siempre una nube imaginaria de realizaciones a las que se aspiran. Si los hechos no acontecen, ¿no constituye la espera una frustración? Si lo que se obtiene no es lo soñado, ¿no se siente un desvanecimiento? No voy a ser víctima de las expectativas, dijiste. Yo tampoco de las indecisiones, repliqué airado. Tu cuerpo cerró con el mío el discurso. Ninguno de los dos quedó encerrado dentro del otro.
*Fotografía de Jean-François Jonvelle
Es más importante el camino que la meta. Con la espera imagino sucede lo mismo, la imaginación sale ganando.
ResponderEliminarEl problema de las esperas es que generan desasosiego y a la postre abandono (de objetivos, de metas, de finalidades)
EliminarAlto nivel. Mañana, esa historia, dormirá el sueño de amor que merecen todos los actos poéticos.
ResponderEliminarChiloé
Los actos poéticos son siempre evanescentes. Como los otros. Humo.
Eliminar¿Se está apoderando de ti el taedium vitae, Fackel? ¿Has perdido el juicio? ¿Cómo puede decir alguien que La prohibición es humo?
EliminarChiloé
Los actos poéticos. No creo que el taedium me aceche, tal vez algo una cierta clase de fastidium.
EliminarNo se que decirte, pero si no esperas no sabes lo que vendrá ¿bueno?, ¿malo?...
ResponderEliminarMuy razonable tú. Interrogaciones siempre.
EliminarLa vida es una larga preparación para algo que nunca ocurre (William.Butler. Yeats)
ResponderEliminarUn perpetuo esperar.
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