Ni sé si he nacido, ni sé si me he muerto. Al mirarme advierto que desconozco mi estado. Puedo estar en formación de un ente que no sabría situar en el mundo de las especies. O tal vez es la imagen que brinda mi propia descomposición, sin que logre recordar si antes tuve otra identidad.
En este espacio de inmersión que me oculta las sensaciones tengo la impresión de estar habitado por otros seres. Puede que sea la suma de todos ellos. Adheridos a mi cuerpo irreconocible me impregnan, me mecen, procuran mi abrigo, me colonizan. No soy. Soy de todos ellos.
Tanta humedad ha penetrado en la materia de origen. Ignoro si soy transformación o una condición amorfa. De no verme de este modo jamás hubiera pensado que la vida fuera tan plural y llegara a poseerme. Acaso a haberme hecho. La pluralidad compitiendo consigo misma. Yo, en una situación en la que no me reconozco.
Otras vidas se imponen a la que supuestamente tuve. Anclado en un fondo arenoso mi secuestro es una liberación. Si alguna vez fui otro lo he olvidado. Ahora me veo solamente como masa. Una masa olfateada por multitud de especies. Corroída por la salinidad. Engrosada por una sucesión de elementos que no sé descifrar. Mis pies se hunden, tal vez sean vago recuerdo. A veces siento oscilaciones. Cuando no derribos.
Pienso ahora en los que viven. Creen ingenuamente que son algo. Que son. Necesitan saberse en sus relaciones, sus posesiones, sus experiencias. Se identifican más con un estatus que con las propias sensaciones. Aquellos filósofos que se pasearon alguna vez junto a mí gustaban de debatir sobre la existencia. Según ellos allí yo era un ser. Pero aquí soy la nada. La preñez de la naturaleza marina que se empeñó en darme cobijo.
Llevo mucho tiempo en las profundidades y no he visto nunca a ningún ser fantástico que marinos y exploradores nombraban como reales. Ni siquiera las sirenas de aquel que decía sentirse acosado por ellas y buscaba eternamente un retorno al origen. ¿Seré yo una quimera o simplemente un error intrascendente? Los hombres viven cultivando la ilusión, fomentando la construcción endeble de una trascendencia. ¿Fui yo una vez como cualquiera de ellos?
Desecho o fango, soy la secuela de mi propia pérdida. La huella extraviada de algún pasado cuya interpretación me es privada.
*Imagen del Atleta de Fano
Solo la conciencia de la propia inexistencia puede darnos un poco de sentido.
ResponderEliminarSer conscientes de la nimiedad ayuda a sobrevivir.
EliminarSoy o no soy, esa es la cuestión, estoy o no estoy, si estoy bien, si no estoy ¿para que sirve hacerse la pregunta?; otra cuestión para saber si uno está o no, es pelliscarse, si puedes y duele, estás y si no puedes estás fiambre o no existes.
ResponderEliminarHacernos preguntas nunca está de más. Dar que tenemos respuestas puede ser engañoso.
EliminarDentro de nosotros podría haber un universo, o nosotros estamos dentro de un universo, dentro de un cuerpo, es cuestión de tamaños, de dimensiones,
ResponderEliminarTodo es más plural de lo que solemos pensar, desde el interior del individuo hasta dimensiones del Universo que no alcanzamos. Pasando por esas difíciles y complicadas relaciones humanas. Conque veas ciertas situaciones de estos días en los ámbitos que nos rodean es para reconocer más que la singularidad siempre es una trampa. O al menos una insuficiencia.
EliminarNo nos pongamos dramaticos. Ha ido a recoger los huevos al gallinero y se ha tropezado y se ha dado en la cabeza. Ahora no se scuerda de nada; Un tac y un vaso de agua cada 8 horas y msñana como nuevo.
ResponderEliminarLa gente se hace un mundo por nada.
Abrazooo
O sea que más que lodo o lacra submarina es cagada de granja. ¿Por qué no? ¿Acaso nos considerábamos puros?
Eliminarla energía ni se crea ni se destruye, solo se transforma... Antoine-Laurent Lavoisier ( 1743-1794)
ResponderEliminarLa naturaleza juega con la energía. Los humanos como parte también de la naturaleza procuramos utilizarla. Tiene su coste. También nuestro beneficio. No siemopre.
EliminarMás parece un barro moldeado, en proceso de creatividad, de un ser en desarrollo, un proyecto de humanoide en ciernes.
ResponderEliminarEn el primero que pensé al ver la imagen fue en el Golem de la leyenda que tan bien describió con aire fantástico el vienés Gustav Meyrink.
EliminarNo he leído el libro, pero sí vi la pelicula expresionista, basada en la leyenda.
EliminarEs verdad, es una peli del cine mudo, más de un siglo.
EliminarUn relato borgeano! Un exorcismo para expulsar sensaciones y hasta cierto estado de anestesia y confusión. Muy bien escrito! Ese atleta de Fano, le viene de perlas.
ResponderEliminar¿Borgeano nada menos? Pobre de mí. Estoy de acuerdo contigo en que hay que observar cada vez más el mundo o, mejor dicho, todos los mundos, con mirada borgeana. Hay demasiada mierda y demasiados mierdosos con la que no podemos pringarnos ni dejar que nos pringuen. El atleta debe mucho al mundo en que estuvo desaparecido durante siglos.
EliminarPonerte en la piel ha sido maravilloso, qué pensaría quien habite allí para la eternidad.
ResponderEliminarPero existió, y sintió. Un abrazo
Nuestra relación con la naturaleza es conflictiva, compleja y no siempre ni muchos menos respetuosa. No sabemos hacer nada si no obtenemos ganancia. Pero también hemos abierto caminos de comunicación con ella. ¿O acaso ella sabe llegar a nosotros porque nos considera parte suya? Es el caso de esta figura. Deberemos prestar más atención.
EliminarCreio que todos temos esse tipo de conflito: quem somos, qual é o nosso papel...há imensos caminhos a desbravar...fé, paixão, traição...
ResponderEliminarBeijos e abraços
Marta
Y la vida consiste en eso: ir desentrañando, desechando, desguazando...
EliminarDicen que sólo seremos recuerdo, y eso mientras haya alguien que nos recuerde... en el caso de quienes buscaban alcanzar la gloria dejando rastro de su paso con alguna estatua en su homenaje, qué equivocados estaban! ni sombra de quienes fueron queda.
ResponderEliminarAl final la gente se acuerda como mucho de la estatua. Como de los nombres de personajes -muchos personajillos- que abundan en las calles de nuestras ciudades. Sin que la gente sepa quiénes eran esos que nombramos cuando pedimos a un taxi que nos lleve.
Eliminar"Se identifican más con un estatus que con las propias sensaciones": "situar-se, fer l'amor, guanyar diners per gastar-los en fatxenderies", deia un prologuista de Esmorzar a Can Tiffany's. La tinc gravada a la memòria, aquesta frase.
ResponderEliminarAh, ¿en la película o en la novela de Truman?
EliminarEn la novel·la, i en català. Jo retinc moltíssimes cites com aquesta, no hi puc fer res. Cadascú per on l'enfila, als que els agrada el futbol retenen totes les alineacions.
EliminarPues no me preguntes por alineaciones, creo que desde la adolescencia empecé a olvidar y antes tampoco me sabía ni las justas.
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