No cesa en su juego el chaval. Se le sube a las narices al sabio. ¿A que no te duele?, le pregunta. ¿Acaso me quejo?, responde el viejo con acento suabo. No sé si te habrás dado cuenta pero sigo siendo masa aunque ya no tengo la misma energía. El niño le pisa, se balancea, le da cachetes al conversador impasible. ¿Por qué? Eso, ¿qué quiere decir? Eres tan divertido, aunque con ese pelo y ese bigote pareces de otro mundo. El otro, tan hierático. Fácil, pequeño. ¿Acaso percibes calor en mí? La criatura se abraza al bronce. No, estás muy frío, ¿de qué estás hecho? El viejo se lo piensa. De materia, todos estamos hechos de materia. Materia más fría o más caliente. ¿Qué es la materia?, interpela el juguetón. Ah, amigo, exclama la estatua. Ya lo irás conociendo. Todo. Lo que se ve y lo que no se ve. Lo que está cerca y lo lejano. Lo que se encuentra fuera y lo que hay dentro. Lo que se toca y lo que se siente. Lo que se comprueba y lo que se imagina. Lo que se obtiene y lo que se desea. Una materia está hecha siempre de otra materia. ¿Yo también? Tú, al igual que yo, también. ¿Como las estrellas? Sobre todo como ellas.
Si no estuviera en plan hierático, se sacaría esa materia en expansión y más nueva, de encima.
ResponderEliminarEl estoicismo de la edad, más que la de una estatua, puede tragar con todo.
EliminarLa genialidad que tienen los niños al preguntar y dejarte reflexionando lo dejas plasmado; y así me voy, pensando.
ResponderEliminarPues ya ves que uno sigue pensando sobre imágenes de atrás y de circunstancias gozosas con una criatura a la que no le faltó incentivo.
EliminarRico diálogo habría sido, sí.
ResponderEliminarHermosa tu ficción.
Mucho.
Abrazo
Los niños se hacen amigos de todos. Sean animales que respiran u objetos llamados inanimados, pero que resultan muy simbólicos. Gracias, Bis.
EliminarSi es un sabio, no creo que le importe que le toquen las narices.
ResponderEliminarSaludos
Hay sabios muy quisquillosos, ahora bien como estatua no sé.
EliminarUn principio de ser sabio es la de tocar las narices en todo lo que investigas, por lo tanto tambien debes de estar para que te las toquen.
EliminarEn efecto, y eso vale también para pensadores, y esto nos llevaría a debatir cómo el pensamiento y la filosofía han cambiado debido al avance científico y a los efectos de su aplicación y conocimiento. Aunque algunos, incluidos los charlatanes de paraísos inexistentes, se resisten a cambiar.
EliminarM'agraden molt aquests paral·lelismes, el darrer "Lo que se obtiene y lo que se desea", el millor.
ResponderEliminarMás que paralelismos son opuestos. Hace muchos años había un programa en la tele en que unos muñecos enseñaban los opuestos a los niños.
EliminarLos dos están hechos del material con el que se crean los sueños.
ResponderEliminarCieryamente. ¿Será algo abundante en la materia pero que en muchas ocasiones no percibimos?
EliminarExtraño esos niños Fackel. Hoy, están atrapados de un celular y pegados de juegos que los mantienen lejos de cosas tan divertidas y simples como jugar con una estatua. ¡Qué será de estas nuevas generaciones! donde no cultivan la creatividad. Todo lo tienen listo y se molestan si les obligas a pensar. Pensar para ellos les complica, porque es fácil buscar la respuesta en Internet.
ResponderEliminarExtraño esos niños, me recuerda a uno de mis hijos que cuando era pequeño le gustaba tocar las estatuas y sentir si algo latía en su interior.
Abrazos
Palpar es parte del juego y del conocimiento, como subirse encima de una estatua, a un árbol, sobre una tapia...todo eso y más que algunos hicimos en tiempos ya inmemoriables. Las técnicas y juguetes de hoy no sé ya si aportan y potencian imaginación o la reducen.
EliminarFáckel:
ResponderEliminareternidad e inocencia.
Salu2.
Una excelente calificación de la escena, habría valido para título de la entrada.
EliminarCon ese niño uno redescubre las preguntas que hacíamos. La materia está llena de otra materia. Unas reflexiones oportunas y bien resueltas.
ResponderEliminarUn abrazo
Bueno, es lo que este otro niño mayor ha venido descubriendo, y sigue en el empeño. Gracias, Albada.
EliminarTodas las estatuas deberían tener un niño que les de algún sentido a su existencia...
ResponderEliminarMira, no me parece una idea descabellada. Sobre todo este tipo de estatuas al alcance. No me imagino a un niño jugando con un condottiero en su pedestal.
Eliminarno creo que se crea lo de las estrellas.
ResponderEliminarEsta en la edad de no creerse cosas? Aunque no sean mentira.
Solo porque no le cuadran?
También hay que distinguir entre lo que le dice el abuelo y lo que le diga otro.
abrazoo
No olvides el factor de que a los niños también les gusta de fingir que les gusta.
EliminarCiertamente el individuo se encuentra tanto de niño como de mayor en la tesitura de que le cuenten versiones diferentes según quién y con qué cariñosa o aviesa intención.
A descoberta do Mundo.. atrever-se a tocar, a questionar...
ResponderEliminarBrilhante....
Beijos e abraços
Marta
Y llevar a su mundo a una figura inerte pero que al niño se le antoja digna de tocar las narices.
EliminarSin entrar en materia sobre la materia (soy lego en el asunto), veo un niño que explora el entorno con mucho atrevimiento y libertad... Una imagen que encaja muy bien en el relato que te ha sugerido la misma...
ResponderEliminarY, Lavoisier mediante, la estatua tiene razón de que una materia está hecha de otra materia...
Y elabora materia. El propio organismo la elabora de manera primaria (los cálculos de riñón o de vesícula, por ejemplo, y hay muchos más, esos son iluistrativos) Pero también la capacidad transformadora del hombre.
EliminarTambién aquí soy Impersonem... Estoy intentando arreglarlo...
EliminarGracias por la aclaración.
EliminarSobre todo como ellas... Precioso final para un bello momento. ¡Qué bien te lo pasas con "el chaval"! Y nosotros que lo disfrutamos por los textos que te inspira.
ResponderEliminarBesos
Pues sí, me lo paso bien, y eso que son fotografías ya algo lejanas. Es que los juegos de niños dan eso, juego. Einstein lo agradecerá.
EliminarAl leer tu respuesta al comentario anterior llegué al libro "Einstein nunca memorizó, aprendió jugando”. Me pilla tarde para leerlo, aunque pensándolo bien nunca es tarde, gracias por la pista.
ResponderEliminarNo entiendo lo que significa el acento suabo, errata o tiene algún sentido?
En cuanto a la materia que somos (creo que algo más sútil que polvo de estrellas, diría que emoción vibrante que crea la apariencia de materia ji,ji) me viene a la cabeza, como no, Carl Sagan y lo de que nuestros átomos y todo lo que existe, está hecho de restos de estrellas antiguas que murieron hace muchísimo tiempo. No sé si ésta es la idea que la estatua pretendía mostrar al niño un tanto poética y también contrastada por la ciencia.
Y me pillas rollista jajajajajaja curiosa expresión la de "no me toques las narices" la fotografía seguramente da una pista de dónde viene, todos los niños de pequeñitos se ceban en nuestro rostro, a mi me parece que es por su ansia de experienciar lo que ven delante.
Te agradezco la indicación sobre ese libro de Einstein nunca memorizó, etc. No sabía. Pienso hojearlo si lo encuentro, me has dado una idea acaso para regalárselo al niño que juega en las fotos y ya está crecidito.
EliminarEl acento suabo es de Suabia, la región del sur de Alemania de donde creo que procedía Einstein, o al menos sus familias. Lo he puesto así por capricho para que alguien como tú preguntara (y me pusiera en evidencia, de paso) Así que premio por tu perspicacia.
Citar a Carl Sagan es siempre muy sabio, Ana. Lástima que falleciera a una edad aún productiva intelectualmente. No le busques tres pies al niño, las estrellas siempre son un recurso esperanzador, pero también representan en su extenso macrocosmos la idea de los orígenes de nuestro planeta.
Bueno, voy a tener que confesártelo: también yo le he llegado a tocar las narices, las orejas y a tirarle del pelo. Pero ni por esas. Imperturbable.