"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





lunes, 23 de marzo de 2020

Días de antisistema de mi cuerpo (Con Georges Brassens)





Como quien dice, al menos ya ha pasado una semana. A ver el metabolismo cómo se porta, bueno y la mente, y cualquier otro órgano o función. Imagino a mis piernas diciendo: qué le pasa a este que no nos activa. O al corazón: por qué no altera mi bombeo estos días más agitadamente. O al hígado: qué le pasará a mi jefe que no me intoxica tanto con lo habitual pero lo hace con su inacción. O a los ríñones: por qué nos recorrerá el curso de las aguas más lento que otras veces. O al intestino: qué extrema relajación que a este paso va a acabar en pérdida de conciencia de mis funciones. O a los pulmones: qué esta sucediendo que respiramos mejor que en semanas y meses y años anteriores. Y no digo a la vista: eh, que no me ejercitáis, que nos vamos a quedar cegatos los globos de la cara. Por no citar la boca y la garganta huérfanas de fonemas. Los brazos se quejan de que no se bambolean como en los paseos. Las endocrinas diciendo: ah, mis otrora revueltas hormonas, ni están todas las que son ni son todas las que están. ¿Y la mente? Oh, capitán, mi capitán, por qué me lleva mi hombre estos días a otros paisajes. Pero confío en él porque nunca carece de paisajes.

Los caminos habituales se han borrado. Qué desafío toparme con la habitación blanca o la habitación negra. Improvisar contra los colores y las geometrías de Malevich. Los tonos diluidos, los sonidos fugados. Me quejaba alguna vez que otra de la normalidad  cotidiana, de la monotonía insulsa, del tráfago de las calles. Y ahora, idiota de mí, me pregunto si lo verdaderamente saludable es esto. El mundo está parado: ni el lunes parece lunes ni mañana parecerá martes ni se sabe en qué día vivo. Vivir abstraído, descarrilado de actividades programadas de antemano, desconectado de tensiones y compromisos. Pues sí, es saludable. Resuena un grito íntimo. ¡Abajo el Gregoriano y todos los demás calendarios! se escucha al anarquista. Confusión de los días, purificación de la mente. O dicho de otra manera: no dejemos que se nos confunda la mente, porque a los días la purificación les trae al pairo. ¿No es esta la esencia del verdadero antisistema, si es que este existe? Adelante, por la causa de la vida,  mes frères, i miei fratelli, meine Brüder, hermanos míos, proletarios o no, total ¿qué importan varias semanas más de resistencia sin calendario si París bien vale una misa?


 (Grabado de Helios Gómez)








(Esta canción de Brassens va en recuerdo de Alfredo, que nos la cantaba con ironía aquellas tardes de antes de la primavera democrática, en compañía del brandy)


32 comentarios:

  1. Oh,capitán,mi capitán .Que belleza ver cómo respira el planeta.¿ Has visto los delfines en Venecia?.

    Adriana

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No, no los he visto. Haré por verlo. ¿Y si me dan envidia? Pero tengo a mano a Giacomo, que lo leo a saltos, a ver si en su tiempo también los había, y no solo Inquisición y pestes.

      Eliminar
  2. No dejemos que se nos confunda la mente y tampoco que la mente nos confunda. Sutil diferencia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La mente -es decir, nosotros- es un viaje continuo de ida y vuelta. Respirando aire puro de ese orden no es fácil contaminarse, ¿no? Pero el aire puro hay que buscarlo también, como todo.

      Eliminar
  3. El temor que tengo es que me asalten los recuerdos. Son traidores, y en esta situación soy como soldado sin trinchera.
    Salut

    Siempre me gustó Helios Gómez. tengo un par de entradas dedicadas a él, y soy de los pocos que visitó su celda y la capilla que pintó, en la cárcel Modelo, por cierto, muy cerca de mi casa.

    Te paso el enlace, y con él la aberración de la convergente NURIA de Gispert, aquella que dice que "los españoles son unos miserables, y que el que no le guste Cataluña se vaya a su tierra".

    te gustará la entrada, lo verás.
    salut

    https://totbarcelona.blogspot.com/search?q=Helios+G%C3%B3mez

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. El problema no reside en que los recuerdos nos asalten, porque eso pasa toda la vida. Sino en que no controlemos el ejercicio de recordar. Pero incluso no controlarlo supongo que jugará un papel y no tiene por qué ser nefasto. La mente tiene muchas posibilidades, hay que darla juego y, basándome en el texto que pongo, un juego libertario de supervivencia.

      Ostras, cómo me gustaría ver esa capilla cuando vaya a Barcelona. He visto fotos, creo que en tu blog alguna. Su estilo, además, me gusta mucho. Había muy buenos dibujantes y pintores en aquellos tiempos. Y el cartelismo -mucho más potente y abundante el del Gobierno legítimo, es decir, la República- para mí es de un nivel extraordinario, de primera línea creativa que ya hubieran querido las vanguardias rusas, por ejemplo.

      Veo el enlace. Y ya advierto constantemente contra mezquinos y canallas, sean cuatrabarrados o rojigualdas.

      Eliminar
    2. Si ya había puesto yo un comentario en esa entrada, ni me acordaba. Por cierto, ¿qué han sido entonces de esos frescos? No me queda claro. No me digas que se los han cargado...Me darías un disgusto.

      Eliminar
    3. Si, FACKEL...se pintaron con cal blanca, al menos los de su celda, gracias a la gran Nuria, toda una experta en denigrar aquello que no pertenezca a su "raza", la que tiene los chabolos al norte de la Diagonal.
      Salut

      Eliminar
    4. ¿Pero se derribó todo? ¡Analfabetos! ¿Y esa gente quiere gobernaros?

      Eliminar
  4. París siempre vale una misa.
    Bien por Brassens.
    Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya de origen fue una frase -y un acto- maniqueo y oportunista. Aunque vete a saber si realmente la pronunció. Que el hugonote Enrique de Navarra se hiciera católico para acceder al trono de Francia es uno de esos cambios de rumbo y maquiavelismos tan propios de los políticos a lo largo de la historia. En la Wiki lo cuentan:

      https://es.wikipedia.org/wiki/Par%C3%ADs_bien_vale_una_misa

      Brassens es entrañable para mí, tengo unos cuantos vinilos que casi nunca los pongo, pero el día que los pongo me vienen episodios vividos con gente que ya no está. Es la revancha del recuerdo.

      Eliminar
  5. Por suerte no todo es malo en este encierro forzoso. Hacer una vida más calmada sienta bien a casi todo el mundo. Y además observo que la falta de actividad humana aporta a mi localidad nuevos sonidos. Hacía años que no escuchaba a los pájaros con esa intensidad, están tan contentos con la llegada de la primavera que hasta contagian un poco esa emoción.

    Y muy agradable la canción que nos pones, aunque no entiendo bien la letra, mi francés no es bueno y el traductor de google tampoco me ha sido muy útil.

    ¡Salud y buen día!


    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ya me lo ha dicho más gente, lo de escuchar sonidos de la naturaleza, digamos. Y en la prensa local veo una foto de los pavos reales saliendo de su entorno habitual del parque, campeando a sus anchas, tomando espacios en apariencia reservados a los humanos. ¿No es para reflexionar, sorprendernos y empezar a corregir?

      Eliminar
  6. Qué despistada soy, nada más pulsar el comentario observo que debajo del vídeo tienes un enlace con la traducción impecable de la canción.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Tranqui, que eso pasa. Las letras siempre se pueden encontrar en la red, mejor o peor traducidas, claro, pero veo que estas son buenas. Cuidarse.

      Eliminar
  7. Puede que la nueva rutina cambie un cambio organizativo a nivel mundial

    saludos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. La rutina internacional -o global- lleva exigiendo desde hace tiempo cambios. Quién sabe si la crisis amplia que ha desatado el virus no será un aviso o un ultimatum. Está por ver. Yo sigo la actualidad internacional con más fervor que la española. Fuera está la clave de dentro.

      Eliminar
  8. Sea como sea, caiga quien caiga, la naturaleza se está tomando un respiro la mar de saludable: el aire se aclara, las aguas vuelven a ser cristalinas, no hay especímenes humanos por ahí echando porquería... No creo en las teorías de la conspiración; pero a veces pienso que todo esto es tan solo una estratagema de defensa del medio natural ante una especie numerosísima y destructora, una respuesta de la naturaleza. Está claro que para ella sobramos.
    Un saludo.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Yo tampoco quiero dar pábulos a lo conspiranoico, con tanto intermediario necio y de mala fe que hay por medio. Obviamente tampoco la naturaleza piensa a lo humano, pero acaso "piensa" en la llamada de sus orígenes, alterados por los humanos del XXI. Una cosa te digo: sea por o que sea que el virus ha mutado y está atacando a la especie humano sigo pensando que la contaminación ambiental ha tenido algo que contar. No solo en la capacidad de movilidad humana que los modernos medios de transporte proporcionan. Y aunque el virus tenga sus propias razones de cundir ¿no mueren al año miles de personas por neumonías, gripes, afecciones respiratorias varias de las que se sabe que la polución y el fumeque son la espada de damocles?

      Espero que tras esta crisis la cordura se instale en los gobiernos y la sociedad civil siga en la brega para defenderse frente a los intereses de los desaprensivos. Un abrazo.

      Eliminar
    2. No sé dónde quedaron las consignas del 68, ni el ánimo que inspiró la revolución antisistema de un París que no sé si existe ya. Pero bueno, es momento de plantearse, tal vez, una rebelión.

      Un abrazo y tarde bonita

      Eliminar
    3. El vídeo es secundario, me divertía la rebelión obligada contra el calendario.

      Eliminar
    4. No me venía a la mente intención del 68, simplemente escuchaba a Brassens, me acordé de un amigo, me gusta siempre Brassens, en realidad me trae más recuerdos de los setenta y tantos, y por otras circunstancias, que por los 60. Brassens es un eterno escéptico. No hay mayor rebeldía que la del escéptico.

      No sé si hoy la gente se va a plantear nada. El pollo que hay montado en la superestructura económica y política es tan gordo que igual sale lo mejor como lo más negro de todo esto. Ni sabemos si la rebelión va a ser del propio sistema que se bloquea o si va a tener corrección como otras veces. Pero que va a ser un año decisivo, no me cabe duda. ETcétera. Buena tarde, A.

      Eliminar
  9. Supongo que cada cual llevará esta coyuntura en función de sus circunstancias...

    Esa sugerente reflexión de los órganos que apuntas, “es más cerebral que visceral” (pienso). Nuestro reloj biológico se desajustará un poquito o un muchito (vamos a ver cuánto dura, aunque todo apunta que esto va para largo) y tendremos que aprender algunas pautas de organización y de gestión del yo y de las circunstancias (Ortega y Gasset parafraseado).

    Hemos perdido la libertad de movimientos; hemos perdido la libertad de tránsito; hemos perdido la gestión del tiempo libre... (alguien dijo algo así como "aprecia lo que tienes antes de que la vida te enseñe a apreciar lo que perdiste"). No sé, tal vez, cuando esto pase, una de las lecciones sea esa: apreciar todas esas libertades de gestión y disfrute del tiempo y del espacio que en estos días están fuera de nuestro control... incluso puede que aprendamos a valorarlos más y a cuidarlos (a cuidarnos) mejor...

    Me gusta esa figuración que haces del anarquista aboliendo el calendario Gregoriano, reglado hasta los tuétanos, incluidos los días D, y de todos los demás calendarios...

    No sé si el cumplimiento celoso de las pautas que nos han marcado, desde el criterio científico y desde la gestión política de ese criterio, valdrá una misa... pero nos interesa a todos obtener el mejor resultado en el menos tiempo posible... y si cumplirlo al pie de la letra nos lleva a ello, cada uno de nosotros tendremos que empujar para que pueda ser (Labordeta parafraseado)

    Abrazo

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Nada que objetar en esencia a tu texto. En este tema se podría decir que vale o valdrá una misa aquello que nos lleve a buen fin. Si aquel rey de Navarra lo tenía más claro que nosotros ahora pues calculó bien, si es que calculó. Lo nuestro es sin cálculos. No es solo que se nos haya roto todo: la disponibilidad de tiempo, la libertad de movimientos, los quehaceres externos, la disposición lujosa de tiempo libre que gastamos ordinariamente, sino que no disponemos de nosotros mismos. Que estamos en manos de otros. Pero en el estrecho margen de nuestros encierros, aprovechemos. ¿Cómo saldremos, cada individuo y la sociedad, después de esta experiencia? Curiosidad tengo, pero soy incapaz de responderme a mí mismo.

      La entrada es un juego en otro plano de discurso con mi cuerpo. Lo cerebral manda órdenes estos días a todo el cuerpo de que sigan actuando como siempre. ¿Obedecerán -es una forma de hablar- todos los órganos? En esta sociedad programada de pé a pá no hay cabida para la acracia salvo en el plano de la ficción. Pero siempre es una gozada interior preguntarnos: ¿en qué día vivimos?

      Sí, nos interesa el buen resultado. Luego vendrá la segunda parte en forma del virus económico, pero mejor lo dejo aquí, que al final nos atosigamos más de la cuenta. Salud y cuidados.

      Eliminar
  10. Bravo, Fackel.
    ...y es que la mente sabe que esos paisajes interiores que imaginamos pueden ser casi perfectos; aún esos soñados que el mundo actual -ese mundo roto que tenemos-, nos ha obligado en convertir en utopías, pero que podrían ser posibles, tal vez, si todos lo intentáramos... No crees?... Buenas noches.

    Y tú, "Tu t'es fait tout petit, aussi?...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. No sé si son los años, el repaso de la Historia o un escepticismo cada vez más de supervivencia resistente pero creo que ya no entiendo el concepto de utopía. Puedo entender los movimientos que se movieron y aquellos en los que participamos pero lo utópico como proyecto colectivo no tiene sitio. Es duro para los soñadores pero ya te digo que me falta fe.

      Je n'ai jamais cessé de devenir petit, María. Pero no por aquello que dicen que dijo no sé qué profeta que si no nos hacemos pequeños no entraremos en no sé qué reino. Si hay un reino o un paraíso -espacios imaginarios ambos- no sería otro que la fantasía.

      Eliminar
  11. Hola, Fackel:

    Hoy he hablado con mi hermano por teléfono. Era su cumpleaños. Tuvo un infarto de miocardio en febrero del año 2019. Ha tenido que hacer una dieta estricta y caminatas diarias de 6 a 12 km. Ahora no está pudiendo caminar. Solo está haciendo gimnasia con pesas. Y me ha dicho lo siguiente. Somos unos privilegiados por quedarnos en casa y poder comer no como otros que se mueren de hambre. Podernos lavar, no como otros que no tienen agua. Poder tener un sistema sanitario integral. No como otros que carecen de infraestructuras médicas básicas. Debemos sentirnos unos privilegiados por tener unos medios de comunicaciòn adecuados. No como otros que viven aislados. Así con todo. Tenemos Internet, teléfono, ropa, jabón, libros, revistas, fármacos, películas. No como otros que està en un campamento de refugiados. Tenemos un techo. No como otros que viven a la intemperie. Los mendigos.

    En fin... que solo son unos días y todo se solucionará... Y debemos ser las gracias porque nos haya pillado la cuarentena en España y no en Venezuela.

    Poco a poco saldremos adelante y luego nos reiremos de nosotros mismos. Eso espero...

    Un abrazo
    Y mucho ánimo a todos...

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Por supuesto. Ratifico al ciento uno por cien tu aseveración. Lo pensé desde el primer día. Veremos cómo se ceba el virus en los campos de refugiados sirios, por ejemplo.

      De momento la contención es de lujo. Después veremos otros efectos relacionados con el trabajo, que van a ser muy duros. Bueno, ya se están viendo. Pero de la situación que venga no me atrevo a decir nada. ¿Se normalizará o quedará tan tocado el sistema que se corregirá a sí mismo con sus consiguientes víctimas?

      Ahora puede haber un problema añadido. Voces que reclaman en abstracto una paralización total. ¿Eso qué es? ¿Que cuantos nos suministran agua, energía, alimentos, medicinas, servicios necesarios...queden paralizados? Todos esos que reclaman sin precisar ¿proponen que a la muerte por virus se le sustituya o añada por la de la inanición, el frío, la falta de medicamentos, etc.? Entonces sí que estaríamos a niveles de pobreza absoluta.

      Quienes exigen sin matizar deberían ser más precisos y menos bocazas. ¿O quieren sembrar el caos para sus espurias fantasías políticas?

      Mucho ánimo, temple, templanza, paciencia y resistencia.

      Eliminar
  12. El cuerpo suele ser el primero en acusar los cambios o los no cambios. Me tranquiliza ver que tu mente está clarita y activa.

    Cúidate

    Besos

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Activa está, pero tiene claroscuros. De momento no me invade el agobio, debe ser que he activado respiraderos...Gracias. Lo mismo.

      Eliminar
  13. Fáckel:
    todos los días parecen el mismo. Es extraño. Como si el tiempo se hubiese detenido. Como si viviésemos un presente continuo y , sin embargo, el tiempo pasa y pasa.
    En fin, saldremos.
    Salu2.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Desde ese punto de vista parecen lo mismo. Pero recuerdo el fragmento de Heráclito a través del cual sé que todo sigue en movimiento. Interiormente podemos saber qué hay de nuevo dentro de nosotros. Un desafío. Imaginemos por un momento lo que tiene que suponer estar en la agonía por el virus cruel y no volver. Dinámica también. Los días del afectado no son los mismos. Los que estamos -suponiendo que sanos y salvos- en nuestras casas somos de lujo.

      Eliminar