Hasta ahora parecía que la censura sobre los humoristas gráficos era patrimonio de países totalitarios, teocracias, ex regímenes del realismo socialista e intolerantes metidos a sembradores del terror (eecuérdese la matanza en Charlie Hebdo) Pero cuando la ves ejecutarse en un medio del ¿eufemísticamente? denominado mundo libre tiemblas. Si se empieza censurando la crítica de las viñetas, ¿dónde se puede acabar? Súmese a la gravedad que la censura en el caso de The New York Times no proviene de un juez o un gobernador, por ejemplo, sino de la misma dirección del medio. Una viñeta crítica en que Trump lleva de la correa a un perro con la cara de Netanyahu, publicada hace más de dos meses, ha sido descalificada por el periódico mismo y las obras del autor -Antonio Moreira- así como las de otros dibujantes suspendidas en el futuro. La edición exterior del poderoso periódico no ofrecerá ya viñetas de talante satírico.
La tradición satírica es tan antigua como eficiente y necesaria, además de constituir un derecho expresivo. Una imagen dice tanto donde las palabras a veces solo transmiten vacío...En el asunto de la censura en cuestión resulta vergonzoso que cualquier crítica a dirigentes o a su política sea considerada enseguida como ataque a un Estado, a un pueblo o a una tradición. El sionismo sabe enseguida relacionarlo y tachar de antisemitismo cualquier denuncia, crítica o divergencia. Algo no cuadra ni en la democracia israelí ni en la norteamericana. Por mal camino vamos.
En la fotografía Antonio Moreira Gomes con su viñeta descalificada.
https://elpais.com/sociedad/2019/06/11/actualidad/1560271902_318005.html
https://elpais.com/cultura/2019/06/12/television/1560340884_749543.html#?ref=rss&format=simple&link=guid
Cuándo lo leí, aluciné. Increíble!
ResponderEliminarSaludos.
Yo también; luego reflexioné. Los amos de los medios tienen a su vez otros amos y responden a políticas más amplias y a presiones de grupos poderosos.
EliminarParafraseando el título de aquella película, "la delgada línea roja" que separa la libertad de expresión de la ofensa es tan fina que nunca sabremos si nos hemos quedado en un campo o en el otro. ¡Y sin tener en cuenta las apreciaciones personales! Quiero creer que la clave está en el dibujante (en este caso), en su sensibilidad.
ResponderEliminarEstamos llegando a un punto desconcertante: los periódicos ya no publican "inocentadas" por miedo a que la gente se las crea, no publican determinadas cosas por miedo al boicoteo de la gente, al cierre del grifo económico de las empresas, a ser tachado de "fascista, homófobo, xenófobo, machista, etc, etc, etc". Un sin fin de razones.
Y cada cual tiene sus razones para sentirse ofendido.
Le pongo a usted un ejemplo: hay una revista satírica llamada "Mongolia". Es tal el aborrecimiento que le tengo a esa palabra, por sus denigrantes connotaciones, que me niego a leerla. No la prohibiría, por supuesto, pero no pienso echarle ni un vistazo.
En fin el tema da para mucho, como todos los que usted propone. Supongo que me voy por las ramas. Gracias y un saludo.
Sobre esa Mongolia no tengo opinión porque no la veo. Pero me acojo a que tradicionalmente se ha ejercitado una prensa satírica (no solo viñetas sueltos, sino periódicos enteros) que cada cual tenía sus seguidores y complacía a quien deseara engancharse a ella, y esa prensa satírica la había de todos los colores y bandos. España tiene un tradición secular muy divertida y de mucha calidad. Naturalmente si vemos ahora periódicos del XIX o primera parte del XX necesitamos saber qué ocurría para comprender las andanadas lanzadas desde sus articulistas y dibujantes. Los hermanos Bécquer, sí el poeta y el dibujante, hicieron escenas tremendas criticando las veleidades privadas de la corte de Isabel II, hay un libro titulado "Los Borbones en pelota", cuyo título ya lo expresa todo. El humor debería ser algo sacro, pero claro también la calidad dice. Luego que cada uno elija si le gusta o no o expresa sus tendencias críticas. Y no, no te vas por las ramas, lo que sucede es que son temas que, en efecto, nos tendrían horas entretenidos para desglosarlos, aunque no llegáramos a mucho, pero simplemente un intercambio ya valdría la pena.
EliminarHe visto las caricaturas que vd menciona sobre la lascivia de Isabel II. Comparadas con la famosa caricatura de Leticia y Felipe VI, ésta última parecen dibujos de Primaria. En cuanto a osadía, me refiero.
EliminarEl humor y la sátira son altamente recomendables para la salud personal y de un país.
La revista El Jueves, me encanta. Y toda la avalancha de memes que se suele hacer por cada acontecimiento también es bien recibida.
No obstante, creo que a veces es el dibujante el que debería buscar la forma más adecuada para denunciar.
Un saludo y gracias por sus respuestas.
En efecto, de Primaria. La calidad de los dibujantes becquerianos (aunque se llamen SEM) es extraordinaria. Parece ser que la Reina Isabel y la Corte de los Milagros, incluido su padre espiritual, se lo había buscado. Yo antes veía más las revistas satíricas, pero ya no me incentivan. Gracias a ti por aportar al debate.
EliminarSí, por mal camino vamos. Si me llegan a decir en los años 80 o 90 que íbamos a ver resurgir lo peor, lo más cutre y casposo de las prácticas políticas antiguas, no me lo hubiera creído.
ResponderEliminarUn saludo, Fackel.
Nos engañamos, Cayetano, con respecto a lo que sucede fuera y a lo que tiene lugar dentro. El deseo de romper con las lacras del pasado nos deslumbró, pero la realidad y los intereses son constantemente cíclicos, y hay quien dice que lo peor está por llegar. Qué mal, ¿no?
EliminarNo me sorprende en absoluto, tan solo quizá el hecho de que la dirección del periódico haya tomado cartas sin campaña de Twitter previa. Lo peor es que este ciclo de intolerancia va haciendo que engorde una hidra aún más dañina para el ya escuálido mundo de la cultura: la autocensura. Llegará un momento en el que no habrá que censurar, simplemente porque nadie se atreverá a decir-dibujar-sugerir ciertas cosas en ciertos medios.
ResponderEliminarSaludos.
Las presiones de los poderes fácticos deben ser tremendas, y es mejor presentar una censura como optativa por parte de la empresa periodística que aplicando algún recoveco de la ley, que podría ser más problemático para esos poderes. Supongo que hay maneras efectivas de presionar, y más cuando se trata de la influencia de lobbys poderosísimos de los que todos hemos oído hablar. Saludos.
EliminarPor encima de políticas y pareceres las miserias humanas.
ResponderEliminarNunca te creas nada niña, que te engañaran!, me decían. Visto lo visto no le faltaba razón al viejo, le faltó añadir “y además te engañarás”
Lo cierto es que cuando viví y recorrí casi todo el territorio norteamericano allá por 1966, el grueso de la población me pareció muy retrógrada comparada con la formación de mi escuela y la naturaleza familiar donde me nacieron.
Alguna excepción había y seguirá habiendo, como mi muy querida profe norteamericana de literatura.
Mi familia de acogida era buena gente pero horriblemente conservadora ... y mira quien lo sentía... una niña nacida en plena dictadura!
Eso que cuentas ya lo he escuchado en otros casos. El conservadurismo estadounidense, y más en unas zonas y Estados que en otras, debe ser de lo más recalcitrante. El otro día oí que entre el 60 y el 70 por cien de la población cree en el demonio. Un ejemplo. Debe ser por esa razón por la que se arman, aunque, que se sepa, no han acabado con el demonio.
EliminarLo escuché por la radio y alucinaba. Es que sin sátira o sentido del humor no sé cómo entender la actualidad.
ResponderEliminarPor los humoristas gráficos, que con tres frases en un "bocadillo", resumen mejor que nadie los acontecimientos. Un abrazo
Lo cierto es que sin sátira ni crítica ni gracia nos reiríamos también, porque la estupidez y el humor malsano que destilan gran parte de los políticos por sí mismos ya es para carcajada ¡pero de pena! Y de miedo incluso. Ya en serio: sí, el papel exorcizante de los humoristas gráficos es necesario. No te pierdas la viñeta de hoy de El Roto en El País.
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