ADORMECIMIENTO que trae el impetuoso rumor de los días. Superposición de imágenes sobre cristales rotos. Falsos reconocimientos, angustiosas llamadas de los sentimientos arruinados, estéril reclamación de amores imaginarios, antiguos compromisos devenidos adversos. Onerosas contorsiones que tratan de evitar una mala caída. La vida ordinaria late sin carácter. ¿Que no tienes vigor ni talante para cambiar el rumbo de tu deriva? Ruega que la línea de flotación de las horas no te arroje contra el filo inclemente de la desventura.
(Philip Trager photo)
...Pero suplica que no te domestiquen ni te desprovean de ingenuidad y cordura para distinguir entre el engaño y la realidad.
ResponderEliminar...¿Sería por esas razones por las que el contorsionista se resistía a cesar en sus piruetas, arriesgando con sus saltos en el vacío su propia vida, conjurando con su movimiento perpetuo el tedio y el amilanamiento con que la disciplina ordinaria suele condenar a los humanos?
Eliminar...Sería por eso, sin duda, y por su lucha a ultranza contra la indeclinable condición de tramposos de los que pretenden amputar la sensatez, prudencia y sabiduría. A aquel que vieses combatir de esa manera no debes intentar cambiarle nunca.
EliminarPero el hombre se sabía hastiado y las fuerzas le mermaban, tal vez debería buscar su castillo de invierno y ponerse a salvo de la obscenidad de los lugares comunes que tratan de vencer al pensamiento.
Eliminar...O bien trocarse en faquir para dominar el soroche que le producen sus saltos.
EliminarLos males de altura también se producen en la mente de bajura de muchos, sí.
EliminarILACIÓN: Para sobrellevar el soroche colocarse espalda contra espalda -emulando a los samurais- con alguna persona que posea bondad e inteligencia -difícil conjunción- y mirar las estrellas.
EliminarVaya, lo tendré en cuenta, no obstante no verme sometido habitualmente al mal de altura. Pero esa propuesta, sin necesidad de la planta al uso para el mal, es digna de tener en consideración; ya lo creo. (Me ha hecho pensar, pero sí, he conocido individuos que articulaban bondad e inteligencia, no obstante su personalidad dura para defenderse de la adversidad)
EliminarLa gravedad siempre se impone, por eso a veces conviene vivir en los sueños ingrávidos.
ResponderEliminarCierto, pero ¿y cuándo a veces la ingravidez onírica se alía con las horas fatigosas con que nos suele atizar la conciencia?
EliminarEn eso estamos, intentándolo.
ResponderEliminarUn abrazo de contorsionista que apuesta a soñar todavía.
Lo importante es caer bien y no desde demasiada altura. Un abrazo.
EliminarEn fin, hay quien se tira sabiendo que la piscina está vacía, pero eso, supongo será otro cantar.
ResponderEliminarSalut
Desde luego, eso debe ser muy grave. Trastorno ya no sé si transitorio o endémico, que pasa.
EliminarLos movimientos siempre acordes a la condición de cada cual. Nada debe ser forzado pero tampoco abrumarse.
ResponderEliminarConsejo zen, salomónico, estoico. A tener en cuenta.
EliminarCreo apreciar en la imagen la caída de Ícaro.
ResponderEliminarSalud
Más o menos, aunque recuerda que Hendrick Goltzius lo dibujaba mejor. Salud y hacer.
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