"Creo que nos hemos equivocado terriblemente en esto de la Vida y la Muerte. Creo que lo que llamamos nuestra sombra, aquí, en la tierra, es nuestra sustancia verdadera. Creo que al contemplar las cosas espirituales nos parecemos demasiado a ostras que observan el sol a través del agua, y creen que esa agua tan densa es la más sutil de las atmósferas. Creo que nuestro cuerpo no es sino las heces de nuestra mejor parte. En suma: llévese mi cuerpo quien lo quiera, lléveselo repito: no es mi yo".
No sé a quién pretendería impresionar Herman Melville con este párrafo contundente de su Moby Dick. La sombra, la sustancia, nada es sin nuestro cuerpo. Las cosas espirituales nada son, ni siquiera aquella ficción y fantasía que puebla nuestra mente bajo esa denominación, sin nuestro cuerpo. Las heces no tendrían sentido sin nuestro cuerpo, pues ellas también son expresión de lo que nos alimenta, aunque sea el exponente de lo que no asimilamos o resulta superfluo. Y el cuerpo, obviamente, se lo llevará quien quiera llevárselo: nuestro agotamiento, la enfermedad, la mano alevosa de alguien externo a nosotros, el accidente fortuito o nuestra propia decisión. O se llevarán la verdadera sustancia de él: el haber permanecido vivo durante equis años. Pero si alguien se merece quedarse con nuestro cuerpo ése debe ser el demonio que llevamos dentro. Por lo mucho que sabe trabajar y trabaja en el episodio llamado vida de cada individuo. Sin él poco haríamos, poco activaríamos, apenas reaccionaríamos. Anda, al final he recurrido a una imagen metafórica, qué contradictorio me apetece ser. Pero acaso, ¿no es mi Yo mi cuerpo? ¿No me domina, no marca mis horas, no se desgasta, no me habla, no me chantajea, no me mima, no me invita a seguir para saberme yo mismo? Lo bueno de la aventura es que nunca lloraremos por la muerte de nuestro cuerpo, por la desaparición de nuestra sustancia, por la desposesión de la vida. Esa tarea emocional, de variados y ocultos significados particulares, se la dejamos siempre a otros, y no siempre otros nos lloran.
Bueno, me intrigó un poco la cita, y quise traerla aquí. Se admiten todas las disidencias posibles al respecto.
(Ilustración de Rockwell Kent)
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Lo siento hermano, mandé las opiniones a freír gárgaras, pues ando intentando tomar la mayor perspectiva que me resulte posible de la cuestión.....y no deseo darme de bruces con la personalidad en garras de materia, circunstancia culturo-espacial y tiempo.
ResponderEliminarEscrito desde la sombrita del acogedor limbo cultural(inevitablemente, de la circunstancia no nos podemos librar) al que con tanto esfuerzo y dolor me acogí.
Procurando que opiniones ajenas, incluidas las más intensas, por umbilicales, no me afecten. Y cuesta, claro, el mundo de la materia requiere mucho esfuerzo pues la cultura nos venda los sentidos en su beneficio.
Huy, he caído en la trampa! Por tanto, no te extrañen mis futuros silencios.
Un abrazo.
Descuida, hermana. Te comprendo y respeto cualquier actitud que tomes. Vivir cada día y un día a día que no es solo de la providencia, sino sobre todo tejido por nuestros pasados y las circunstancias que nos son dadas, y con cierto garbo y bien sentir, a ser posible, e sun eseo.
EliminarPreciso: en lo de la providencia no me refería a la etérea y casposa que nos decía la religión, sino a aquello que anteriormente en nuestras existencias nos fue dado, trabajado y adquirido, una parte por generosidad ajena, otra por azar y otra muy grande por esfuerzos propios.
EliminarEstamos de acuerdo, y pobres de quienes necesiten trascender con su personalidad en otros planos "superiores o etéreos", pero claro, comprendo la necesidad de la esperanza en aquellos cuya circunstancia, genética o fuerza les halla fallado desde el principio, algún "caramelito" habrá que prometer para que la esperanza alimente sus miserias. Tengo entendido que eso se llama "caridad".
Eliminar¡Te imaginas a tanto chala@ a dos patas, o sagas de idem como andan suelt@s por ahí manteniendo sus alocadas personalidades o "almas" per secula seculorum! Menos mal que la clave es la DISOLUCIÓN GRAL. al igual que ocurre con los elementos de la famosa Tabla de Elementos!
Si lo pensamos bien, que se disuelvan nuestras neuras al tiempo que lo hacen los elementos químicos de nuestro cuerpo puede resultar todo un alivio.
La cuestión seguramente consista en conseguir una cierta paz interior durante la vida o "conglomeración física de células + o - vibrantemente armonizadas" y tener tiempo de reparar todos los errores personales antes de disolvernos habiendo aprovechado lo mejor posible los + o - talentos y oportunidades que la vida nos haya ofrecido a cada cual dentro de su circunstancia, evidentemente. No me parece que se deban establecer juicios ni comparaciones de valor porque sería de necios perder el tiempo con ello. Allá cada cual con su patrimonio psicológico! ¡El mejor consuelo, a mi personal, por supuesto, modo de ver es podernos comunicar en longitudes de onda semejantes entre "elementos" relativamente afines!¡Como una buena composición musical, sin letra "para no fastidiarla", por supuesto, p.e.!
Por cierto que este tipo de razonamientos no me parece que resultan socialmente aceptables pues de lo contrario la pereza y el desánimo se apoderaría del personal y nadie pegaría un palo al agua. Para que el engranaje funcione debe resultar conveniente reforzar el concepto de valor, amor propio, personalidad, éxito social, familiar, etc., pero de ello ya se encargan "los guardianes del poder" prometiendo a diestro y siniestro lo que ellos creen, creen que deben creer, o simplemente les conviene hacer creer. Y esto va por cualquier sistema de pensamiento, desde el religioso hasta el político (que para mi beben de una misma fuente u origen psicológico)
Jajj, menos mal que me había despedido. Bueno,tómese este largo comentario como ampliación del anterior....es que estoy muy contenta porque he conseguido medio resolver un montón de problemas informáticos, médicos, y de diverso orden doméstico. Aún no he acabado pero ya comienzo a ver algún fulgor al final del tunel! Ya ves una que se anima sola con pequeñas cuestiones de lo más material.¡Así somos!
Me quedo con "Si lo pensamos bien, que se disuelvan nuestras neuras al tiempo que lo hacen los elementos químicos de nuestro cuerpo puede resultar todo un alivio", y mira que no tiene desperdicio todo tu comment.
EliminarPues mantenga vos esa alegría innata que a su vez es efecto del buen funcionamiento de su psiqué, porque resolver problemas siempre es un triunfo de la mencionada condición de uno mismo.
Esas palabras recogen una tradición filosófica -platónica- y también espiritual que ha ido punteando el desarrollo humano hasta hoy.
ResponderEliminarNuestro cuerpo se convertirá con el tiempo -y no hablo de la muerte-en un residuo biológico cada vez más débil. Somos nuestros pensamientos y día llegará en que esta revolución tecnológica de hoy, habrá provocado el siguiente salto evolutivo de la humanidad: mentes sin cobertura orgánica.
Lo que nos vamos a ahorrar en peluquería y en viajes de metro.
Entonces estaremos hablando de otra especie, posiblemente. No sé si los robots tendrán vida propia o una especie híbrida entre ellos y lo quede de homo sapiens. De lo que no me queda duda alguna es de que los cambios, si el planeta se mantiene, se seguirán produciendo entre los seres vivos. Estaremos olvidados y seremos objeto como mucho de arqueologías, antropologías y otras cuantas ciencias que nos tratarán de conocer a través de los registros que les hayamos dejado. Nos ahorraremos de todo, pero pueden venir nuevos gastos.
EliminarCreo que nuestro cuerpo no es sino las heces de nuestra mejor parte.
ResponderEliminarMe lleva esa frase de la cita de Melville a pensar en esas tripas llenas de heces que se limpiaban a golpe de canto de cuchillo en las frías aguas de los grifos de invierno. Tripas, no intestinos delgados y gruesos, aunque lo fueran. Tripas que luego se llenarían de lo más suculento de la matanza: el picadillo. O sea, de las heces del cerdo a las nuestras, pasando por el chorizo. ¿Lo que sobra de la comida es sombra? Ahí dejo esa pregunta. Y un refrán: así come el mulo así caga el culo. Por favor, no se quede quien lo lea con la literalidad: somos lo que comemos, lo que soñamos, lo que oímos, lo que nos educan/educamos.
Un abrazo en esta prevista tarde lluvionevosa, Fackel.
Me quedo yo con el refrán, muy olvidado por cierto. No sé responder a tu pregunta, sí parece que somos todo eso que dices que somos, incluso una fábrica de deseos, también de frustraciones. Y las tripas siempre fueron muy útiles, del cerdo dicen que todo vale para el hombre cristiano, al menos, ya se ve que otras religiones lo rechazan. Y lo que siempre me llamó la atención también es la misma vejiga del cerdo, lo que daba de sí y la manteca elaborada que podía almacenar durante meses. Hablo de décadas ya finiquitadas hace mucho.
EliminarSalud para sobrellevar el rigor que dicen siberiano, espero que sin gulag.
La percepción de la materia como algo realmente existente es solo un desarreglo espiritual momentáneo, nada grave. Llama la atencion que en tiempos de realidades virtuales sigamos teniendo tanta fe en la materia. Lean al obispo Berkeley.
ResponderEliminarBerkeley tenía fe en sus percepciones, yo también, pero tales percepciones no se sostienen en el éter llámese pensamiento o espíritu u otro yo o ser, se sostienen a la sombra de una cabez, un tronco y unas extremidades, en el caso humano, con toda la contundencia inteligente de un sistema nervioso, muscular y arterial de padre y señor mío. Sin tal edificio no caben ideas ni percepciones ni sueños. Ahora bien que otras materias tengan su vida propia no lo niego. Que las usamos para nuestro interés y hasta ahora necesidad, tampoco. Que el universo no es únicamente nuestro cuerpo, es obvio. Pero me he salido de madre y hace mucho frío para pasear a la ribera del lago de los sofismas.
Eliminar¿Sofismas o fallos del razonamiento?
EliminarPura vagancia probablemente, oiga.
EliminarOigo, bizarro paseante.
EliminarSolvitur ambulando.
EliminarSin duda que las cosas se solucionan caminando, o al menos se afrontan. Se hace camino al andar ya debía ser muy de Séneca y no solo de Machado.
EliminarLlueve, llueve mucho, hace un frío maravilloso y, entre visita y visita, asiento: Si alguien se merece quedarse con nuestro cuerpo ése debe ser el demonio que llevamos dentro. Pero también disiento y para explicarlo tomo prestado el potente antimaniqueísmo, la denuncia de la injusticia social y el canto al conocimiento y a la ciencia de la Plegaria de Baudelaire. ¿Hablábamos del cuerpo? Quizá el demonio que llevamos dentro merezca quedarse con él.
ResponderEliminarTú que lo sabes todo, gran rey de las cosas subterráneas
sanador familiar de las angustias humanas,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
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Tú que, lo mismo a los leprosos que a los parias malditos,
enseñas por el amor el gusto del Paraíso,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
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Tú que haces al proscrito esta mirada calma y alta
que condena todo un pueblo alrededor del patíbulo,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
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Tú que sabes en qué ángulos de las tierras envidiosas
el Dios celoso escondió las piedras preciosas,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
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Tú, en quien la mirada clara conoce los profundos arsenales
donde duerme amortajado el pueblo de los metales,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
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Tú, en quien la larga mano esconde los precipicios
al sonámbulo errante al borde de los edificios,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
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Tú, que para consolar al hombre frágil que sufre,
nos enseñas a mezclar el salitre y el azufre,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
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Tú, que pones tu marca, oh, cómplice sutil
en la frente de Creso despiadado y vil,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
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Bastón de los exiliados, lámpara de los inventores,
confesor de los ahorcados y de los conspiradores,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
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Padre adoptivo de estos que en su negra cólera
del paraíso terrestre ha expulsado Dios Padre,
¡Satán, ten piedad de mi larga miseria!
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Fantásticas las Letanías de Satán, de Baudelaire, soberbias. Creo que de todas las oraciones que el catolicismo nos impuso ninguna fue tan bella como esta que precisamente no nos enseñaron. Se agradece.
EliminarNo creo que nuestra sustancia sea el cuerpo y mucho menos su sombra (muy acertadas tus reflexiones sobre lo contradictorio de esa cita). Soy de la idea que mientras nuestro cuerpo se aja y desgasta con el paso del tiempo y las experiencias, nuestro yo interior -o verdadera sustancia- crece y se alimenta de nuestra aprendizaje vivencial. Lo que queda después de la muerte de nuestro cuerpo es nada, por lo que poco importa quién se lo lleve. En cambio sí queda lo que hicimos, dimos o sentimos, si lo sembramos en el corazón de quien nos sucede. Esa es nuestra trascendencia (al menos en este plano, en el otro, no sabemos...)
ResponderEliminar=)
Esa idea paradójica de que el cuerpo se aja -la vejez- y sin embargo la experiencia nos hace saber o creer que sabemos más es la que nos sostiene a ciertas edades. Pero por otra parte tampoco tenemos ya facultades -memoria, concentración, esfuerzo intelectual ágil- que nos permitan muchos vuelos. Sin embargo hay que practicar. Todo hay que practicar con las potencias corporales. Y coincido contigo en que la trascendencia está en esta vida y en nuestros actos, por supuesto. Yo recuerdo las bondades de aquellas personas que se portaron bien conmigo, también puedo acordarme de lo contrario, pero no me interesa. No estoy por la aflicción de los desencuentros.
EliminarDesde la noche muy fría y bajo la nevada, veremos cómo amanecemos. Un abrazo.
Dios mío ¡¡¡¡
ResponderEliminarHoy a las siete de la mañana me he largado el Rosario dentro de las cocinas de teresas de Calcuta.
después y ya cabreado, he tenido que escuchar las Letanías,
y de postre y pa joderme, las oraciones del día...
ya le he dicho a la superiora, y no era la ferrusola, y no va de broma....: hermanaaaaaaaaaaaaaa, porfa....estamos o no estamos por las ollas...que se quemannnnn.
Salut
Que te lo tengo dicho por activo y por pasivo: que puede que hagan el bien con los sin techo pero no se cansan de cumplir sus ritos y llevarse el gato de su axioma a su paraíso...a buen entendedor...
EliminarSalut. El diablo está a estas horas haciéndonos llegar el frío siberiano y hasta nieva.
Ay, siempre levantando conciencias, el cuerpo, ese que nos traiciona, que nos condiciona, que nos forma...somos cuerpo y algo más. Pero al final del tiempo, cabeza lúcida y conscientes, uno echa de menos no tener un cuerpo que le acompañe en la juventud del espíritu... podríamos decir que es el reflejo del tiempo y una enseñanza de humildald. Gracias por estar ahí.
ResponderEliminarBien saber de ti, Ico. Somos cuerpo y todo eso, lo que nos conforma, preserva, resguarda, atesora y manifiesta. El problema de "al final", ya que nombras algo que nos da a todos cierta aprensión, es que nos tenemos que mentalizar y adaptar, recordar sin melancolías nuestros comportamientos pasados, lo que fuimos y la energía que nos poseyó, y afrontar poco a poco las desavenencias que la naturaleza nos reserve a cada cual. Y malo quien no se cure en humildad, sufrirá mucho. Pero nada de perder la ironía y el humor, eh, nada.
EliminarAmigo Fackel, esto se acaba, ya no tiene sentido hablar de ánimas ni de sustancias espirituales "strictu senso". Como dice la filósofa de moda, ahora estamos en un estado póstumo, pasada la posmodernidad ya no cabe otra cosa que un estado humano decrépito que tenemos que afrontar con valentía. Los "cyborg" no van suplantando he aquí algunos "cuborgs" de ficción:
ResponderEliminarDarth Vader
Motoko Kusanagi
Franky
Cinder (novela de Marissa Meyer)
Kamen Rider (del tokusatsu japonés de la Era Showa. Un humano es remodelado por fuerzas malignas en cyborg para dominar el mundo)
Cyborg 009
Cybermen
Psychotron, de Countdown to Extinction,(1992).
Cyborg Superman
General Grievous
Cyrax
Sektor
Kano
Borg (aunque de origen no humano, también son criaturas que son mejoradas de forma artificial con ayuda de la tecnología)
N. Gin Saga Crash Bandicoot
Raiden Saga Metal Gear
Silverhawks
RoboCop
Virus (película de 1999)Gray Fox Saga Metal Gear
Genos
Adam Jensen deus ex: human revolution
Briareos Hecatonchires
La realidad, siempre supera la ficción y así nos podemos encontrar con cyborgs en: finazas, arte, medicina, militares, modificación corporal, etc. y las investigaciones siguen.
Salud
Francesc Cornadó
Huy, yo no quiero elegir entre ese repertorio, puestos a ello que hagan de su capa Tierra un sayo donde nosotros, y no digo los antiguos, no nos identificaremos en absoluto. Mira que yo tengo aún in mente la imagen del viejito de pueblo sentado con su cachava a la puerta de su casa. Los que tomen el control en próximas generaciones que se revistan del pontifical que deseen, no nos los presentarán. Claro que entre ciborgs y zombies (los que rigen la política española y en concreto los de la disputa catalana) prefiero probar lo nuevo. Yo espero ser en el futuro en que no seré simplemente un Muerto Tranquilo.
EliminarFrancesc, un ejemplo menor:
Eliminarhttps://www.metropoliabierta.com/el-pulso-de-la-ciudad/tecnologia/nuevo-amo-casa-robot_5208_102.html
os leo a todos, todos me llegáis a través de las ondas, ondas que no cuerpos ni sombras y me llegáis al alma, ondas cruzando hoy tormentas de agua, de frío y nieve, y me llegáis al hospital, donde estoy junto al cuerpo y el alma de mi ancianisimo padre, del cual ya solo queda una larga sombra de lo que fue, una sombra que quizá alguna tarde de necesidad nos cobre a hijos, nietos, bisnietos (ya no le quedan amigos)... Su cuerpo, cuando descanse, se hará cenizas y "dará verde a los tilos y amarillo a las genistas... "
ResponderEliminargracias a ese inspirador Ismael, gracias Fackel, gracias a todos por vuestra ondulante compañía.
He pasado por eso -quién no lo ha hecho cuyos padres hayan llegado a edad muy provecta- y solo deseo algo elemental y positivo para él, para ti y cuantos sean próximos: mucha suerte, mucha serenidad, mucha asimilación. Ánimo.
EliminarPues...
ResponderEliminarNo sé
Besos
¿No disiente, Luna? La disidencia es sana, piense en ello. Gracias.
Eliminar