Baile o fuga. O la danza de la huida. Muchas veces no sabemos por qué y para qué la interpretamos. Al fin y al cabo danzar es emprender una fuga, como lo es contar una historia o interpretar un papel o perseguir pensamientos. Se podría aseverar a su vez lo opuesto, que toda escapada tiene mucho de ritmo ejecutado. Delimitados por los claroscuros somos sombras huidizas. Perfiles imprecisos en los que no nos reconocemos. Y, sin embargo, en ocasiones hay que fugarse. Antes de que nuestra torpe figura se diluya en la oscuridad. Es demasiado pegajoso el suelo que pisamos y excesivamente denso el aire. Las otras manos ya no dan calor. Las costas del hombre le niegan las flores. Suenan tan perversos los cantos de las sirenas. Y además el oleaje carece de espuma. Y el corazón ya no escucha. Ah, si pudieras fugarte. Ah, si una noche de otoño un farero...
(Fotografía de Yuki Onodera)
El arte de la fuga, también podría decirse.
ResponderEliminarQue no es igual que el arte del suicidio, entendiendo en este caso no por arte belleza sino artificio, destreza simplemente.
EliminarUna fuga hacia ninguna parte y sin final.
ResponderEliminarSaludos,
J.
La desnudez interior es sabia, a veces se prefiere sentirse uno en ella que no en el mundo de artificios e intereses abyectos que vemos todos los días. Mataron incluso la política, ya mataron hace tiempo la ética.
EliminarCreo, con tu permiso, que a la ética no la han matado.
ResponderEliminarLa ética no es más que el estudio de la moral, ese es su significado, y la moral puede estar, puede ser "in", o sea no utilizarla, o puede ser "a" y no existir para el sujeto por desconocerla.
Puedo comprender que junto a la política pongamos la ética, pero deberíamos, creo, poner moral y alejar la palabra aristotélica de ética para no liarnos en confusiones.
Por todo lo demás, perfecto, incluso decirte que si, que los cantos de sirena suenan perversos. Nada que objetar.
Un abrazo
salut
Las éticas y las tétricas se reproducen cual esporas de cuerpos en absoluto libres de toda sospecha, sospecho. Estoy de acuerdo con tus matizaciones. Lo curioso de todo es que hubo cantos de sirena en cada edad del hombre. Tal vez no hay elección, o creemos en unos cantos u otros, o nos decantamos por el escepticismo más amplio posible (no necesariamente absoluto) Salut.
EliminarMuchas veces, una necesidad.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo la concibo ya no solo como necesidad perentoria sino como norma (¿ética, Miquel?) para el transcurso de los días que me queden.
EliminarTodos necesitamos, cada tanto, una excusa para intentar escapar un poco.
ResponderEliminarEs sano.
Vivir ¿ya es una fuga en sí y más a medida que nos hacemos mayores o solo una sucesión de fugas con excusas incorporadas? Es.
EliminarA veces hay que fugarse hacia adentro, cuando no queda otra.
ResponderEliminarLos antiguos guerreros lo llamaban retirada a los cuarteles de invierno, el símil está bien pero es duro, salvo que uno se considere un milites de la vida cotidiana donde debe soslayar lo que le afecta pero se ve obligado a afrontar lo que nos llega desde múltiples ángulos. En Alepo lo tienen muuuuuuuuucho peor.
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