Hoy se inaugura esa carrera anual, que los nativos denominan encierros, en que una pequeña manada de toros y cabestros corren, seguramente despavoridos, delante de una masa de energúmenos vociferantes pertenecientes a la especie humana, poco bravos y sí extremadamente gregarios. Mucha suerte a unas y a otras reses.
Cuesta entender cómo algunas de las sociedades supuestamente más avanzadas y cultas del planeta pueden elegir para que les representen a cierto tipo de individuos. Un informe británico ha desvelado las mentiras en las que su premier incurrió, e incluso éste pretende entonar un cierto mea culpa. Por supuesto, ingenuo sería esperar que el comparsa español hiciera algo semejante. No perdamos las esperanzas. Aquella caja de los truenos de Irak se abrió y de aquella invasión esta oleada de terror creciente en la Mesopotamia y en tantos lugares del mundo.
Aunque el género humano, a través de sus culturas sofisticadas, convierte todo en juego, da igual que se trate de encierros, de guerras, de elecciones parlamentarias o de entretenimientos virtuales, hay actividades de apariencia inocente que suscitan sonrisas. Cuando lo simbólico polariza las manifestaciones de la naturaleza humana, reconduciendo pacíficamente la agresividad, la competencia, el valor y la medida de las propias fuerzas, da gusto. Es como si de pronto el mundo real se hubiera parado y todo resultara una ficción.
La figura de un festivo personaje pamplonés llamado kiliki siempre me fascinó. En la infancia me espantó. Recibir los golpes de una verga de cerdo hinchada no causa daño alguno. Sin embargo, los rostros de los seres de cartón piedra y sus movimientos ágiles persiguiendo al público, infantil o adulto, pueden horrorizar a las almas cándidas. Los padres se empeñan en confrontar los temores infantiles a esas representaciones dieciochescas, en un intento de rito de superación o algo parecido. Algunos no lo logramos nunca.
Pues eso: ¡Viva San Fermín! (Otro personaje, obispo según dicen, que han logrado que sea más importante que Pompeyo, el fundador de la ciudad en la época de Roma. No obstante, hoy día, salvo para sus fervorosos seguidores, apenas es un grito anual, otros dirán que invocación, y se ha impuesto como el reclamo de la fiesta pagana y del negocio de los mercaderes. No obstante, uno tiene su punto de reconocimiento y, principalmente, de riqueza de recuerdos)
Si en vez de toros fueran vacas, ¿los festejos serían un corre-ubres?
ResponderEliminarNada hay más valioso que tener suma querencia y reconocimiento a todas las ubres que nos han nutrido a los mamíferos. Nos ganan al menos dos a uno sus portadoras.
EliminarInteresantísima entrada. Gracias por recordarme que los políticos mienten. Hay ganado bovino, cierto es, pero también ganado bobino, esos que creen votar a políticos que nunca mienten. Que pases un buen día. Adios.
ResponderEliminarPor cierto, he mirado la Biblia y en el Génesis no se habla nada de Aznar. El pecado original, la Caída, origen de todas las desgracias que asolan el planeta, fue unos milenios antes de lo que tú crees. Tienes mucha fe en los mitos de los progres.
Por supuesto, participo de alguna de tus opiniones respecto a los que votan.
Eliminar¿Fe? La vida me enseñó a creer en lo que veo. Y veo que los mitos son los mitos y las realidades crueles de los hombres son tangibles.
Salud y bien estar, te lo deseo.
A esos tres sí que los ponía yo delante de la manada de bovinos. Hasta el bigote se le despeinaría.
ResponderEliminarNo quieras tan mal a los bovinos, Carmela.
Eliminarjajajaja no creo que se atrevieran a rozarlos siquiera, son listos los bovinos. :)
EliminarNo pierden el tiempo ni empitonándolos, salvo...
EliminarCreemos que cambia la vida y los que cambiamos somos nosotros.
ResponderEliminarLo que ántes miraba con afecto hoy ya no lo hago. Y me pasa con mí Barcelona. San Fermín eran unas fiestas patronales. Así de simple y sencillo. Sin más que alegrar la vida a una población que trabajaba sin denuedo y donde la economía se basaba principalmente en el campo. Hoy es a la inversa, viven de la fiesta, y un mes antes ya están empezando a hacer caja.
Siendo todo igual, todo es diferente. Ya digo que puede ser que el que cambie sea yo, pero se me da que esta fiesta no tiene nada que ver con la que hace tan sólo una generación.
Con respecto a los tres cerditos nada que decir, tan sólo que falta el lobo, en este caso el Lobby, o sea, las fábricas de armas que presionaron para limpiar el arsenal que ya empezaba a estar caduco y obsoleto.
Así de triste, así de fácil.
Un abrazo
Corroboro en gran parte tu comentario sobre Sanfermí, aunque es más complejo. Dejaron de ser más auténticas ya hace décadas, yo aún llegué a tiempo de ver cuando no había masa ni tanto negocio. Recuerdo que se quejaban los comerciantes de que la gente que iba no se gastaba un duro, en fin, tema complejo que algún día comentaremos.
EliminarEl lobby, los lobbys correspondientes (no olvides que el negocio hospitalario y farmacéutico y de comidas preparadas, por ejemplo, es colateral al de las armas y les interesan las guerras) cuida la guarida, permanece en la oscuridad, pone y depone cuando quiere, etc. Así de asqueroso, vamos. Un abrazo.
Es urgente desmantelar la opinión generalizada de que somos individuos libres. Una falsedad descomunal.
ResponderEliminarManipulación, cada vez más sofisticada, para pastorear una masa de gente acrítica que no somete a análisis las patrañas que destilan los medios.Votan a Le Pen, como podrían votar a su contrario, es cuestión de cómo se difunde el mensaje y se aprovecha el momento crítico de una sociedad confundida.
San Fermines, ni aunque me pagaran. Es un rito que proyecta la estupidización de quienes asisten a una fiesta que consiste en esperar a unos pobres animales asustados para correr delante.
Estuve en mi juventud y ya entonces me pareció una idiotez.
Hedor insoportable de esa masa de individuos que no se entera de dónde está ni el porqué. En fin, cuanto más salga en la tele, más gente irá.
Ya digo que la masificación y el comercio turístico han adulterado una fiesta que hace décadas tenía más campechaníay autenticidad, sin entrar ahora en el asunto corridas, etc. Porque siempre había otras actividades que no han cundido en los medios, pero estos tiempos son diferentes o la gente lo es o los jóvenes lo banalizan todo de otra manera, ya no sé.
EliminarLo anterior. Siempre recuerdo una de las frases favoritas de infinidad de películas de Hollywood: estoy en un país libre, refiriéndose a EEUU, decía algún protagonista o segundón en las películas. Este eslogan lo tenían calado los ciudadanos, aunque luego votaran a quienes les coartaban los derechos civiles.