"La mayoría de los hombres preferirá siempre, a la verdad degradada por el vulgo
-por ejemplo: dos y dos, igual a cuatro- la mentira ingeniosa o la tontería sutil,
puesta hábilmente más allá del alcance de los tontos".
Antonio Machado, Habla Juan de Mairena a sus alumnos.
El atardecer está desprovisto de nubes. Ahora sé que los colores del día son guiños caprichosos de la luz. La luz se extasía en sí misma, sin importarle el efecto que cause sobre nosotros. Siendo todo pasajero, pareciéndonos que se repitiera un paisaje análogo, sintiendo la certidumbre de que cuanto vivimos ya lo hubiéramos experimentado, ¿serán solamente guiños lo que nos quede por ver en adelante? Uno piensa que, en medio de la edad, la coyuntura y el lugar, nos hemos ido instalado en la broma, onerosa y burda, donde no cabe esperar demasiadas satisfacciones. La broma nos ha acompañado y nos ha envuelto desde hace más tiempo del que imaginamos. La broma es una soga que se trenza en torno a todos y que no se desata nunca. Nada se resuelve, nada tiene desenlace, nada se corrige, nada se endereza. La broma es una continua demora. Para qué va a servir que se invoque algo ejemplar, si todo el mundo se desentiende. Individuos e instituciones no afrontan las realidades y la espiral virtual se ofrece como entretenimiento, siendo como está al servicio del beneficio práctico de unos cuantos. Burla, bufonada, distracción. Rien ne va plus, lenguaje apto para esta sociedad casino que nos toca vivir. Aquí, ahora.
(Fotografía de Francesc Català-Roca)
(Fotografía de Francesc Català-Roca)
Tienes razón, la estupidez burda y cansina empieza a ser infame. Nunca mejor degollada una luz!!!
ResponderEliminarMachado lo supo ver en su tiempo, solo que entonces no había los falsos árboles de nuestros días que ocultan el bosque al personal. Los políticos solo juegan al Pokémon ese y la sociedad ni se sabe a qué juega.
EliminarPero nos queda el pensamiento para intentar descifrar el sentido de esa aparente burla y el valor del sentimiento que nos inspira nuestra propia contradicción.
ResponderEliminarMe quedo pensando...
Un abrazo.
P.d
extrañaba pasar por aquí.
=)
Y yo que tardaras tanto en dejarte ver por aquí.
EliminarSí, el pensamiento, ay, un pensamiento que busca el triunfo de la Razón en medio del marasmo de la broma. Y la imaginación, para crear márgenes donde no naufragar. Pero así y todo...
Un abrazo, Neo. ¿Cómo va de crecido el Paraná?
Yo cada vez conozco menos personas que disfruten con un atardecer. Visto uno, creen que ya lo han visto para siempre y que no van a encontrar nada diferente.
ResponderEliminarPonles enfrente cualquier otra cosa, una pantalla celular gigante con promesas necias y se quedarán pasmados día tras días. A veces me siento un bicho raro. Vivimos en un mundo de idiotas y perdona la palabra, pero la mayoría comulga con elefantes y les da lo mismo. Política, economía, moda, consumismo.... todo va a peor. La sociedad prefiere a los pokemón, Fackel.
Un abrazo.
Yo mismo, es rarísimo el día que contemplo el atardecer. Los quehaceres, la vida endogámica en la ciudad, la pérdida del sentido de la belleza natural...no sabe uno qué es. Ciertamente, esa vida paralela, virtual, se impone. No es que antes no haya existido una análoga, pues las religiones han cumplido ese papel, prometiendo vidas inexistentes, cielos metafísicos y salvaciones incomprobadas, obviamente. Tampoco la virtualidad de ahora va a solucionar el afianzamiento de la personalidad del individuo, sino que usurpa a éste. Si algún día caen las bombas, ¿qué pensará el personal que es aquello? (Lamento el símil, pero era por poner un ejemplo extremo) Y sin llegar a ese extremo, las noticias sobre lo que no funciona en la sociedad española ya son abrumadoras. La corrupción ha tocado a cada ciudadano, hoy leo sobre no sé cuántas viviendas irregulares, es que aquí cada quisqui ha hecho de su capa un sayo. El mendigo se ha creído príncipe, y los reyes se han pensado dioses, y así nos va.
Eliminarhttp://economia.elpais.com/economia/2016/07/25/actualidad/1469473131_614152.html
Gracias!!
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