"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





sábado, 12 de diciembre de 2015

Niebla: sólo eclipse, sólo invisibilidad












Cuánta sombra hay en un beso. Dos rostros, como dos planetas que se atraen pero se desconocen, proyectan opacidad el uno en el otro. En ese instante el eclipse hace desaparecer a los amantes en otras instancias de sus cuerpos. Ellos se pretenden totalidad y en el encuentro de las bocas dan lugar a una partenogénesis emocional donde también se relegan otras motivaciones. A partir de esa fusión ellos mismos han generado nuevos seres, no se sabe si más avezados o más retraídos, más plurales o más restringidos, pues toda aproximación nueva puede dar lugar a reacciones imprevistas e incluso contrarias a lo esperado. Pero el comportamiento de los cuerpos celestes es caprichoso. Pretenden obtener una luz única desde un apagamiento. Es fulgor, exhalación, deslumbramiento. Invisibilidad. 



(Fotografía de Anders Petersen)


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