Certeras palabras, Fackel. Esa imagen me recuerda a la acción de sembrar pero la fortuna (utilidad) o infortunio de las semillas dependerá de la inteligencia del mismo a la hora de elegir superficie donde repartir el grano e insisto, más inteligencia aún para transformar el infortunio agreste en tierra fértil. Terrazas, p.e. escalones. En la tierra de mis ancestros conocen bien el arte de cavar y excavar, un verdadero honor y fortuna que casi nadie asume como tal. Y para cavar hace falta energía y solo los más aptos para el esfuerzo saben transformar hambre en sacrificio para obtenerla. Se trata de la selección natural de naturaleza. La misma que barrerá la blandenguería y gregariedad humanas de la superficie del planeta, y lo hará ciegamente entre ataques de furia, como siempre. Injusta siempre. Ese es nuestro origen y conviene asumirlo. Hace falta mas inteligencia aún para transformar sus ciegos impulsos en energía de supervivencia global. En la actualidad tan solo sobreviven los más ínfimos organismos, quizás porque se oculten del común ojo humano y se adapten mejor a la circunstancia del entorno. Todo lo demás como la política p.e., se me antojan subterfugios.
Ya ve vd. seguramente sean palabras de cadáver social pero aún apto para rendir energía al planeta aunque sea en forma de humus, es decir, microscópica. Para sentirse de continuo feliz parece que resulta imprescindible la despersonalización individual, una verdadera fortuna que pocos reconocemos como tal. A los más infortunados no les suele quedar otro camino, pero lo ignoran porque no lo han elegido. Todo esto lo aprendí de mi padre a través de su ejemplo. Él se sentía rico y afortunado por el hecho de haber nacido aunque socialmente naciera y muriera (en mis brazos, hace 37 años) mas pobre que las ratas. Políticamente hablando nunca soportó la prepotencia del azul cuyos vicios sufrió ni las quejas del rojo cuya traición también padeció produciéndole la mayor herida personal, de la cual soy su único fruto. Espero que mi postura y posterior desarrollo quede claro. Todos somos consecuencias mas o menos afortunadas solo eso. Procuraré no volver a abusar de su espacio a partir de ahora, sirva de pobre justificación que tanto sus palabras como las imágenes que nos ofrece me inspiran y soy tan débil... Quedo agradecida.
No digas que abusas, ni reprimas tus expresiones, aquí tienes toda la cancha que desees para explayarte, disentir o conspirar contra los lugares comunes que borran el entendimiento.
"Yo he elegido ser un poeta troyano. Pertenezco decididamente a la facción de los perdedores: los perdedores, privados del derecho a dejar huella de su derrota, privados hasta del derecho a proclamarla. Ahora bien, acepto la derrota, no la rendición". Poeta palestino Mahmud Darwish.
EL PASEANTE VALLISOLETANO
POSTALES DE OTOÑO. NEPTUNO
TÚ, LA EVANESCENTE
El alma condenada. De Bernini a Bartolozzi
CHITÓN
El mar de Aral
LA SILLA DE K
TAKLAMAKÁN
DICHOS Y CONTRADICHOS
LA DAME AU CHIEN
EL INGENIOSO HIDALGO DON QUIJOTE DE LA MANCHA
"-¡Ay! -respondió Sancho llorando-. No se muera vuesa merced, señor mío, sino tome mi consejo, y viva muchos años; porque la mayor locura que puede hacer un hombre en esta vida es dejarse morir, sin más ni más, sin que nadie le mate, ni otras manos le acaben que las de la melancolía."
Certeras palabras, Fackel. Esa imagen me recuerda a la acción de sembrar pero la fortuna (utilidad) o infortunio de las semillas dependerá de la inteligencia del mismo a la hora de elegir superficie donde repartir el grano e insisto, más inteligencia aún para transformar el infortunio agreste en tierra fértil. Terrazas, p.e. escalones. En la tierra de mis ancestros conocen bien el arte de cavar y excavar, un verdadero honor y fortuna que casi nadie asume como tal. Y para cavar hace falta energía y solo los más aptos para el esfuerzo saben transformar hambre en sacrificio para obtenerla. Se trata de la selección natural de naturaleza. La misma que barrerá la blandenguería y gregariedad humanas de la superficie del planeta, y lo hará ciegamente entre ataques de furia, como siempre. Injusta siempre. Ese es nuestro origen y conviene asumirlo. Hace falta mas inteligencia aún para transformar sus ciegos impulsos en energía de supervivencia global. En la actualidad tan solo sobreviven los más ínfimos organismos, quizás porque se oculten del común ojo humano y se adapten mejor a la circunstancia del entorno. Todo lo demás como la política p.e., se me antojan subterfugios.
ResponderEliminarYa ve vd. seguramente sean palabras de cadáver social pero aún apto para rendir energía al planeta aunque sea en forma de humus, es decir, microscópica. Para sentirse de continuo feliz parece que resulta imprescindible la despersonalización individual, una verdadera fortuna que pocos reconocemos como tal.
A los más infortunados no les suele quedar otro camino, pero lo ignoran porque no lo han elegido.
Todo esto lo aprendí de mi padre a través de su ejemplo. Él se sentía rico y afortunado por el hecho de haber nacido aunque socialmente naciera y muriera (en mis brazos, hace 37 años) mas pobre que las ratas.
Políticamente hablando nunca soportó la prepotencia del azul cuyos vicios sufrió ni las quejas del rojo cuya traición también padeció produciéndole la mayor herida personal, de la cual soy su único fruto. Espero que mi postura y posterior desarrollo quede claro. Todos somos consecuencias mas o menos afortunadas solo eso.
Procuraré no volver a abusar de su espacio a partir de ahora, sirva de pobre justificación que tanto sus palabras como las imágenes que nos ofrece me inspiran y soy tan débil... Quedo agradecida.
No digas que abusas, ni reprimas tus expresiones, aquí tienes toda la cancha que desees para explayarte, disentir o conspirar contra los lugares comunes que borran el entendimiento.
EliminarLa desnudez de un hombre, tal vez sea el mito de su vestimenta.
ResponderEliminarUna dimensión más allá de la misma piel.
EliminarSolo la creación y el amor nos convierten en seres humanos. Y la desnudez es necesaria para reivindicar lo esencial.
ResponderEliminarLa desnudez es necesaria, aunque no sepa decir para llegar a dónde u obtener qué. Las palabras esconden tantas inexistencias...
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