¿Me creíste cuando profeticé en secreto y solo para ti?, me ha espetado Icteo, que hoy venía con ganas de ser más explícito. Te prevengo, porque te tengo en estima, me ha dicho. Vives en ese territorio del tiempo en que te engañas como si no tuvieras edad y donde crees que flotas como si fueras joven y, por tanto, puedes cometer las mayores locuras. A Icteo le gusta ser oscuro en sus opiniones, y me ha dejado sobrecogido. No sé qué pensar, mi dilecta Safo. Ni como mirarme a mí mismo.
(Fotografía de Duane Michals)
en la casa de las Musas, Safo enamoró muchas jovencitas
ResponderEliminarsus secretos ya no son tales
considero que Icteo ha hablado de más, revelando todo
saludos
Los juegos literarios superaban con guiños e ironías a las relaciones, y no es evidente que Safo participara del amor de mujeres.
EliminarGracias, Omar, un abrazo.