En la pesadilla Gemma sale de la multitud, se para ante mí y me abofetea, sin dirigirme reproche alguno. No puedo entender si lo hace a causa de mi injusta superioridad de infancia o por mi cobarde indecisión de madurez.
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O por ambas. Aunque yo más bien me inclino a pensar que no es por ninguna de las dos citadas.
ResponderEliminarTentado ando de preguntarte qué te hace pensar eso, no creas, Loam...
EliminarPor el modo y las circunstancias, yo diría que Gemma te ama.
EliminarEl sueño no lo ha procesado por ese lado, pero nunca se sabe...ni se sabrá, ya no están los mismos personajes, acaso nunca existieron.
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