Desde la cama contemplo la bombilla que a veces hace guiños. En la habitación hay también una mesilla, una butaca pequeña y baja y una cómoda de perfiles redondeados. Sobre ésta, el calzador del padre. Entra un ladrón y se pone a tirar de los cajones. Hurga atropelladamente en su contenido. Me tapo con las sábanas y escucho mis propios latidos con una tensión enervante. El ladrón se asusta también y huye precipitadamente. No se ha llevado siquiera el calzador.
Elon Musk blasts ‘undemocratic’ EU in ongoing feud
Hace 44 minutos
El Infierno moderno según Sartre en "A puerta Cerrada":
ResponderEliminarUna habitación de hotel con la luz siempre encendida y la puerta cerrada donde han de convivir eternamente tres personas que nunca se han visto. Imposible escapar a la mirada de los otros y se vive tan solo de su desprecio.
INÉS (lo mira sin miedo pero con una inmensa sorpresa): ¡Ah!
(Pausa) ¡Espere! ¡He comprendido; ya sé por qué nos metieron juntos!
GARCIN: Tenga cuidado con lo que va a decir.
INÉS:: Ya verán qué tontería. ¡Una verdadera tontería! No hay tortura física, ¿verdad? Y sin embargo estamos en el infierno.
Y no ha de venir nadie. Nadie. Nos quedaremos hasta el fin solos y juntos. ¿No es así? En suma, alguien falta aquí: el verdugo.
GARCIN: (a media voz): Ya lo se.
INÉS: Bueno, pues han hecho una economía de personal. Eso es todo. Los mismos clientes se ocupan del servicio, como en los restaurantes cooperativos.
ESTELLE: ¿Qué quiere usted decir?
INÉS: El verdugo es cada uno para los otros dos.
No hay necesidad de parrillas; el infierno son los demás.
Y cada cual de nosotros somos los demás. Bien por esa referencia a "A puerta cerrada", hombre.
EliminarHasta yo me asuste, jajaja. Muy bueno, Fackel!!
ResponderEliminarAbrazo.
¿Para qué crees que se inventaron las sábanas, Sara? Protegen a los fantasmas y a los asustadizos. Abrazo.
EliminarAnalíticamente pensando: 1- El supuesto ladrón va descalzo o bien calzado, en cuyo caso no necesita el calzador.
ResponderEliminar2 - A lo mejor el pobre también se asustó del estruendo bajo las sábanas y hubo de salir corriendo.
................. por decir algo.
Miedo, claro, siempre que un elemento ajeno se entromete de golpe, sin previo aviso y sin consideración en nuestras conciencias.
Si alguna vez mi persona ejerció de " supuesto ladrón", no sabe usted bien cuanto lo ha penado.
No, no voy a caer en la trampa de que, debido a las fechas del turismo religioso, vaya a hablar del buen y del mal ladrón, jej.
EliminarEl ladrón espera silencio, vacío y botín. Ya me dirás que sorpresa se llevó: bombilla que guiña, dueño en la casa y un simple calzador. Para asustarse, ¿no? Besos!
ResponderEliminarLos ladrones de las propiedades emocionales son los peores, Fedora. Piensa en ello. Y si no, pregunta, Besos.
EliminarEl que asusta a un ladrón tiene miles de latidos de perdón.
ResponderEliminar¿Igual no vuelve al lugar del crimen, puesto que no lo hubo? Exceptuando, claro, el de su propia torpeza...
Hay ladrones que quieren robar y ladrones que quieren hacerse notar. Y robos de otra dimensión cuyo objeto no es la simple propiedad privada...Salud, Zenon.
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