No son y sí son fotos-espectáculo. Sí en cuanto responden a al afán de nuestras sociedades en lo que se refiere a hacer espectáculo de todo: de lo público, de lo privado, de lo íntimo y, por lo tanto, trivializar los comportamientos. No en cuanto que hay elementos de reflexión sobre la condición humana que se pueden llevar más allá de la anécdota. Por ejemplo la consideración del macho varón y el macho toro. Los machos varones de la especie humana se crecen en su nunca suficientemente cantada gesta de testosterona cuando están con otros hombres y tienen que demostrar a otros hombres lo que valen. Personalmente difiero del concepto valor aplicado como el no va más a la mera muestra de ejercicio de desafío y fuerza bruta que, no obstante lo que nos asombra en ocasiones, nos defrauda a la larga. Harto está uno de ver ejercicios de fuerza-macho sobre otros individuos del mismo género o del femenino sobre todo cuando se actúa en grupo. El grupo, ya se sabe, confiere un crecimiento del complejo de fuerza; incluso a los que no la tienen individualmente o es muy restringida el clan les potencia, les hace creer que son lo que no son. Pero, ay amigo, el valor, la valentía, la potencia, queda en entredicho cuando el macho humano afronta el desafío -que probablemente no lo es, sino defensa de su espacio y de su capacidad- del toro. Basta ver las fotos de los encierros de los días pasados para comprobar el pánico del macho humano que luego, si sale bien parado o aunque no salga indemne, tenderá a cantar el riesgo a que se ha sometido. Antiguo el desafío de intentar echar un pulso a la fiera de verdad. El toro, una vez más, se ocupa de poner en orden a los machos humanos. Pero, por favor, no se les culpe si hacen correr sangre. No es el toro quien tienta al hombre. Es la estupidez ¿necesaria? del macho humano la que camina siempre hacia su destino sangriento. Aunque, como en este caso, sea un mero espectáculo que deja dinero. Para machos machos, Ellos, los bóvidos.
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Yo destacaría, además, el noble comportamiento de los bóvidos. Durante el tiempo que duró el "tapón" -estúpidamente propiciado por los "sapiens"-, los toros mantuvieron la testuz elevada evitando cornear a cuantos estaban a su alcance. Por su actitud y su expresión, parecían comprender y afrontar la situación con un instinto y un "sentido común" del que carecían los aterrorizados corredores. Habría bastado que agacharan y agitaran sus poderosas cabezas a diestro y siniestro para provocar una tremenda carnicería.
ResponderEliminarTaurus 1, San fermín 0.
No creo, no obstante, que los toros se rijan por conductas humanas. Lo más seguro es que estén en un momento así a salvar su situación, su cuerpo, su vida. Los toros saltaron por encima de todos los machos humanos, verdaderamente acojonados, simplemente por instinto de supervivencia. Ni su biología les plantea en ese instante arremeter, algo más propio de cuando están solos y confusos frente a un enemigo que les zahiere. Los hombres suelen echar mano de armas, también es su biología cultural desarrollada, también es su supervivencia (piénsese en los campos de batalla o las algaradas de navajeros de fin de semana) El pelirgo en ese intante estuvo de hombres sobre hombres (el tapón), las bestias, como solemos decir, salieron airosas. Curiosamente, entrando en tu dialéctica, es como si no quisieran saber nada de los asuntos humanos...
EliminarCuanto más circo y más entretenidos mejor, no piensan, se emborrachan, pierden la conciencia y adquieren membrecía de grupo, también en los juegos de masa, aunque empufados-financiados por el imperio...
ResponderEliminarbasura más basura, el poder nos tiene bien agarrados....
fractalmente
Tula
Tradición, seña de identidad, antropología populachera...temas que están ahí. Ahora sobre todo es negocio. La masificación es la que ha puesto la banderilla de un ejercicio que en principio no revestía, posiblemente, más que un pulso ritual. Pero de eso hace ya más de un siglo. Los tipos duros humanos no son tan duros cuando se ven en una de esas. Lo paradójico es que el hombre quiere que el riesgo sea ligth, hombre, eso no tiene mérito. A pencar con las duras y las maduras.
EliminarAmigo Fackel, ya sabes que estoy un poco apartado del universo bloguero, visito de vez en cuando los blogs de los amigos y al ver esta entrada tuya no puedo pasar sin dejar un comentario de indignación ante esta brutalidad, ante esta pandilla de energúmenos que no hacen otra cosa que confirmar aquello que decía el poeta, que en España la cabeza se utiliza más para embestir que para pensar.
ResponderEliminarDe esta mamarrachada hacen espectáculo, de la incultura de las masas se llenan los bolsillos unos cuantos y el pueblo continua amontonándose, tan bruto como los propios brutos, dando muestras de animalidad, machismo y sinrazón. Es una pena, y así las cosas tenemos los gobernantes que nos merecemos.
Un saludo desde mi retiro estival.
Francesc Cornadó
Me ha gustado esa expresión de que la cabeza se usa más para embestir que para pensar. ¿Identificación acérrima y secular con el toro? Pues mira, yo, que no soy nada taurino, pero que he oído de todo, pienso ahora en aquellos que dicen que el toro es un animal noble. ¡No me cabe duda! Mira cómo se zafan de la masa humana -¿intuyen un riesgo para ellos ese alud de personas ridículas que se atrapan a sí mismas?- y buscan salvarse. Pienso en los pobrecitos humanos: que cuando se sienten cercados montan sus ametralladoras y descargan la munición sobre otros humanos. Hay que sacar lecciones de todo. Claro que...muchos españoles se habrán quedado con la mera imagen morbosa de la imagen, y algunos incluso culparán a los toros. ¡Como si estos se hubieran puesto por medio a propósito!
EliminarFeliz retiro relajado.
Es verdad, en este pais la cabeza se usa más para embestir que para pensar, pero dentro de esta frase tenemos dos grandes grupos. El de San Fermin, que me parece que al toro solo lo hacen correr por unas calles y el otro grupo es el de los lanceros, los que le ponen fuego en los cuernos, petardos, y otras gracias que sería mejor que se lo hicieran entre lo que entros ellos se hacen llamar humanos.
ResponderEliminarAh!, por cierto, en televisión, hoy como despedida decian muy orgullosos que es la fiesta que mas españoles reune.
Pais...
Cierto. Coincido contigo en que el encierro de Pamplona -aunque tiene un final de corrida y muerte de los toros y no obstante algunos machitos patanes- tendría quer algo limpio. Carrera y sortear a los toros y punto. La masa dificulta lo que hace décadas era ejercicio limpio y fluido. Por otra parte, desde ese punto de vista llevo peor los lanceros desde caballo, los que ponen bolas de fuego o les sujetan con una maroma...Tradiciones bestiales humanas, no bestiales porque los humanos "jueguen" con las bestias sino porque sale el lado más hiriente y menos bondadoso de la especie humana.
EliminarSalud.