No sé quién inventó aquella frase Más vale morir de pie que vivir de rodillas, que en mis años de revuelta antifranquista se usaba mucho. Sonaba fuerte, demasiado épica. Se pretendía movilizar pero sobre todo resistir. Porque aquello fue una larga resistencia. También sonaba a justificación. Muchos se ungieron con esa frase, independientemente de que bastantes arribistas recogieran las nueces caídas. Porque caídos hubo a mansalva por el mero hecho de alzarse y permanecer en pie. No ha dejado de haberlos; no ha dejado de faltar motivos; no ha dejado de mostrarse que muchos prefieran vivir de pie. Vivir de pie significa vivir con dignidad. Y después se desglosa esto y significa también buscar materializar muchos otras aspiraciones que parecen abstractas, ya se sabe, la justicia, la libertad, la verdad. Válido para España y para cualquier país del mundo. No nos hagamos ilusiones. Nada se nos da por añadidura.La vida es un trueque. Aprender en la escuela o en la universidad es un trueque. Trabajar es un trueque. Consumir es un trueque. Envejecer es un trueque (pregunten en los geriátricos privados) Hasta morir es un trueque (si alguien tiene dudas que pregunte a las funerarias) ¿Todo eso es lo que llamamos vivir? ¿Y eso es vivir de pie?
En las protestas de Turquía de estos días, la resistencia pacífica (si alguien sigue teniendo dudas que pregunte a la policía y al gobierno turcos dónde se origina la violencia) da muestras de un valor extraordinario. La figura del hombre en pie es también el símbolo del hombre de pie. He aquí cómo dos preposiciones pueden expresar tanto y formar un nexo. Una posición erguida en una concentración expresa el deseo de querer vivir que cierta gente está transmitiendo a los poderes. Estamos en pie para vivir de pie. No sabía yo de que un coreógrafo llamado Erden Gunduz impulsara esa arriesgada perfomance. Cuando el escenario es la calle pura y dura la obra puede resultar un drama seguro. Parece ser que Gunduz fue cacheado por la policía y en el mismo lugar decidió permanecer quieto, en pie y de pie, durante ocho horas, frente a una imagen de Mustafá Kemal Atatürk, fundador de la república turca. Hasta que fue arrestado, naturalmente. Tanta pasividad formal resulta demasiada actividad subversiva para un gobierno cada vez más autoritario. Pero el gesto ya está cundiendo. Muchos otros manifestantes adoptaron postura análoga. Nunca dos preposiciones, ya digo, pueden dar tanto juego si se se saben combinar en la sintaxis de la vida y de la resistencia.
Mi último acto de rebeldía consistirá en no pagar nada por morir, es decir en que no paguen los demás porque haya existido mi persona. Seré "un verde", mi cuerpo "despiezado" en probetas de formol para prácticas de los estudiantes de medicina. Si te asomas al tercero de mis blogs, el de la abuelita, quizás se entienda mejor la actitud. Bs.
ResponderEliminarPues es una manera de romper la rutina hasta después de tu muerte incluso, MJ. A ver si lo que te obsesiona es perseguir la continuación de algo de tu materia o que se parezca a ella y de ahí tu donación. Una mujer entregada, sí zeñó. Un abrazo.
EliminarLa vida es un trueque, lo es la propia biología, un intercambio de experiencias la primera y de nutrientes la segunda. Intercambiar y resistir, quien resiste vence. Pero, ¡ay amigo! las mangueras, las porras abaten a cualquiera y la lucha es dificil, pero no por ello debemos dejar de intercambiar, de luchar.
ResponderEliminarSalud
Francesc Cornadó
Los intercambios naturales y los trueques artificiales confluyen probablemente en que ambos beben y se nutren y crecen en la misma materia. Hay un pasaje bíblico muy antiguo en que cierto personaje cede su primogenitura por el plato de lentejas. Siempre me pareció muy metafórico y de lo que nunca sabemos lo que nos puede tocar...
EliminarCabal. Tras leer tu magnífico escrito, he buscado un adjetivo con el que designarlo y con el que comenzar mi comentario. Cabal. Ese es el adjetivo, aplicable igualmente a la digna actitud de ese turco en pie. No "en pie de guerra", sino en pie de humano, en pie de persona, en pie de dignidad, en pie firme.
ResponderEliminarSalud
Me hace ilusión la elección por tu parte del término cabal. Mi padre lo usaba mucho y con medida (redundancia) Lo he empezado a entender en estos tiempos en que la usura moral y la prostitución de ideas y aspiraciones están a la orden del día.
EliminarChapeau, Fackel...!!
ResponderEliminarChapeau por Erden Gunduz!!
¡Que crezcan por doquier los Gunduz de esa talla!
EliminarVivir con dignidad, que difícil cuando todo esta cuantificado y los principios se venden al mejor postor, pero es alentador ver a alguien mantenerse en pie, y más aún que lo hayas expuesto y des pie a que podamos comentarlo. Hay muchas razones para resistir aunque el peso de la opresión trate de doblarnos las rodillas.
ResponderEliminarUn abrazo
Creo que hay mucha gente digna. Pero es silenciosa. Corre el riesgo de conceder demasiado sin querer, por eso mismo, por ser digna. Un abrazo.
Eliminar...cinco prostitutas o pupilas del prostíbulo “La Catalana” de Puerto San Julián que se negaron a tener sexo con los soldados-fusiladores de obreros y realizaron su propia “huelga” (1922)
ResponderEliminar.
en toda comunidad, en todos los sexos, atravezando incluso las clases sociales...la dignidad siempre se expresa, quizás no en la medida esperada, quizás con voz ronca, quizás indecorosamente para los dictados de la moda, pero siempre se expresa
saludos Fackel
El testimonio que nos transmites -no lo conocía- es de los que nos hace mantener fe en una cierta especie humana. Siempre se expresa, aunque tarde. Aunque se soterre. Salud siempre.
EliminarNo sé a que te refieres cuando hablas de dignidad silenciosa, a Gunduz que se rebela en silencio o al que por una especie de prudencia, o hastío, no se rebela de ninguna forma.
ResponderEliminarHombre, creo que en la vida cotidiana ha habido siempre gente que ha mantenido su dignidad sin conceder. Estoy pensando sobre todo en tiempos pasados, donde rebelarse era misión imposible.
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