"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





sábado, 13 de octubre de 2012

trece de octubre




ayer fue doce de octubre, ahora que caigo; no fui a trabajar; no te hacen ir a trabajar de momento, está pactado por el calendario laboral; en mi infancia era fiesta grande grande grande; grandilocuente, vamos; se conjuntaba la exaltación de una virgen patria con la de una hazaña ejemplar tal cual la conquista de un continente; la remuneración pagá y bien pagá a la religión del Estado se añadía a la evocación mítica de un pasado imperial cuestionable; y esos mitos hacían tan grande a la fecha...; siempre a la sombra de la otra, naturalmente, la más grande, la cruzada y la victoria ya sabéis sobre qué; sobre los propios: no os engañéis, ellos no vencieron a nada ni a nadie de fuera, ni por sí mismos ni con la ayuda divina; aplastaron solo a sus hijos; es la tradición de la historia española de los últimos siglos: el cainismo de los de siempre contra los de casa y los de siempre; sí, la fiesta era una y grande; libre, no (¿recordáis aquel pasaje de los presos políticos en la cárcel, en la novela de Rivas El lápiz del carpintero, cuando ante el triple grito del jerifalte de turno sobre el ¡España! ellos responden únicamente pero atronadores como un solo hombre a la tercera invocación: ¡¡¡libre!!!?); pero mi infancia, como todas las infancias del pasado, ha muerto; y la de ellos también; ahora que algunos personajillos quieren que volvamos a la infancia de la mente, del comportamiento y de la dignidad, ayer me quedé en la cama; no sé por qué me venía al magín cierta canción de Brassens; y yo a pierna suelta


(Grabado de Jacques Caillot)

6 comentarios:

  1. Sí, yo tuve todo el día, también, esa canción en la cabeza. El cainismo, siempre latente, se despierta y exacerba.

    http://youtube/IM3IBOkkeCw

    Un abrazo.

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  2. ¿...y si tú y yo montamos una revolución? Octubre es el mejor mes para las revoluciones.

    Hace poco me preguntaron ¿quién mató a Caín? Evidentemente advertí la trampa y no contesté: Abel. Por desgracia España sigue siendo una país de trampas.

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  3. Redondo, te ha salido redondo.

    También lo llamaban (¡y se me ponen los pelos de punta!) el día de la raza.

    Y Brassens a parte, hablando de conquistas me viene a la cabeza la canción de Les Luthiers y el coro de indios cantando "¡Nos descubrieron, por fin nos descubrieron!

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  4. Sala, las canciones de Brassens son muy saludables. Por cierto, ese enlace no me va.

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  5. Las revoluciones, mi querido idealista, no se montan (entiéndaseme): caen encima inexorables. Otra cosa es estar preparados y en la onda. Viendo los titulares de El País de hoy sobre el FMi en este planeta puede pasar de todo.

    Lo del país de trampas...te quedas corto. La picaresca y eñ engaño vienen de antiguo. Están en la idiosincrasia de esta tierra.

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  6. Cierto, Enric, y me has sugerido unas apostillas...

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