De ellos no se habla. Cincuenta mineros palentinos están encerrados desde hace varios días para reivindicar el pago de sus nóminas de julio, agosto y lo que llevan de septiembre, que se les adeuda. También lo están para que se dé prioridad al consumo de carbón nacional, una medida que el gobierno parchea y regatea. De que no les paguen, ¿qué decir? Es simple. Cuando un empresario no paga a sus empleados es que roba. Y esto es o debiera ser delito grave. Y además resulta de lo más repugnante moralmente hablando. Pero ¿qué puedes pedir? Por mucho que la cínica gramática social utilice para designar a los que venden su fuerza de trabajo los términos neutros de
trabajadores, productores, obreros, empleados, técnicos, profesionales o colaboradores, todas estas palabras resonantes no son sino eufemismos frente a un vocablo que uniformiza y rebaja a todos: el de mercancía.
Las mercancías humanas, en circunstancias de inestabilidad del mercado, están tan en riesgo como las instalaciones obsoletas o los stocks a los que no se da salida o una flaca cartera de pedidos. A la mercancía humana no gusta reconocerse como tal. Prefiere la apariencia, la falsedad del estatus, la competencia. Y así le va. Ya se sabe, hay mercancías con un precio y mercancías con otro. Es decir que hay muchas mercancías humanas con mucha diversidad de coste. La clave reside en hasta cuándo les va a gustar sentirse mercancía y padecer los riesgos de una mercancía. El mercado se vuelve cada vez más cruel y las mercancías humanas son las primeras en sentirlo. Nada más ilustrativo que las declaraciones del vídeo adjunto. Al que le parezcan burdas y simples las opiniones de un minero que le conceda el margen de la comprensión. Que donde le parezca oir tosquedad vea rabia. Que donde escuche tono alto oberve indignación. Que quien solo contemple fraseología de macho piense en la rudeza del oficio y en el hastío. Que se ponga en su lugar. Que ejercite el pensamiento y piense en las causas de los problemas. Algo muy profundo sigue sin cambiar en nuestras sociedades engreídas y del sálvese quien pueda.
No olvidemos a nuestros mineros. Ellos no son mediáticos. Pero persiguen lo que les pertenece.
Sí, sí se habla de ellos, cada día más. Pero es cierto que no son mediáticos. Está claro que estamos con ellos, en algo así como un espacio de solidaridad laboral. Reivindico la solidaridad laboral, algo tan poco de moda (ahí te doy la razón). Será porque sigo siendo de izquierdas, signifique lo que signifique ello.
ResponderEliminarlos hombres-topo, Fackel, los de pulmones calcinados y corto pronóstico de vida. los que desentierran el oro que otro se llevará, por un salario miserable, y al excavar incluyen, en la prestación de su servicio, su capacidad respiratoria, la textura de su piel y la aceleración del tiempo que les ha sido concedido.
ResponderEliminarseguramente alguien ya estará escribiendo el best-seller sobre los mineros chilenos atrapados y alguien comprando los derechos para producir la película dramática y heroica acerca de cómo el pobre se las arregla para sobrevivir, bajo tierra.
Arriba también se las arregla para sobrevivir y a eso podríamos definirlo como genocidio económico silencioso.
¿Qué es la vida, Fackel? ¿Es vida la de un ascensorista que abre y cierra una misma puerta ocho horas al día o la de una cajera de supermercado? Vivir no es sólo poder comer y no dormir en la calle. Es también alfabetizarse y poder soñar.
Los que se rasgan las vestiduras frente al aborto porque consideran que "ahí adentro" hay un "ser vivo" ¿recordarán que "aquí afuera" hay tantos "medio muertos"?
Supongo que hemos avanzado desde las cuevas de Altamira hasta el Imperio Romano y desde Augusto a Obama ... ¿supongo bien? ... las formas de esclavitud modernas son formas sofisticadas de esclavitud y supongo (¿bien?) que ya el hecho de poder reconocer a la esclavitud como tal es un avance.
Después, estoy leyendo una y otra vez las Tesis sobre el concepto de historia de Walter Benjamin (hay un librito de Malcolm Löwy excepcional que las transcribe y las comenta) y siento que nada de lo que Benjamin dijo se ha escuchado, excepto para bastardear su escritura en carne viva en pastiches posmodernos de ocasión. Y eso me revuelve las tripas.
Estamos acá un rato, sólo un rato, y no quiero ver lo que estoy viendo.
Entonces vuelvo a las novelas del S. XIX o leo poesía o escucho música. ¿Otra manera de no ver? Escribo. Al menos para no ser escrita, para dejar constancia, mínima e inútil, pero necesaria para poder dormirme, de que todo esto no sólo me enfurece, sino que me da asco.
De Silicon Valley a los mineros muriéndose en cuotas en cuevas subterráneas, hay un lazo quebrado. La brecha, la fractura, que divide a los que suben al tren de los que sueñan no ya con que el tren vuele en pedazos sino con que se digne permitirles subir, aunque sea colgados del techo.
Deseo que algún día los humillados y resentidos del mundo se venguen. El resentido es alguien que indudablemente no la ha pasado bien. Ayer escuché a alguien decir: "al nacer ya uno debiera ser indemnizado". Es cierto. Nadie pide nacer y mucho menos a un mundo de mierda.
Deseo, como deseaba Gramsci, una venganza (¿para qué usar metáforas), una venganza en forma.
besos,
Mariel
Hasta los güevos, dice el minero, y está en su derecho, pues el patrón no paga la remuneración establecida en el contrato laboral.Pecata minuta pues no deja de ser algo que se resuelve con dinero, y pagándoles lo convenido seguirán trabajando y volverán a sus casas,tan ¿contentos? ¿satisfechos?... Estamos en el primer mundo, y hay unas leyes y bla bla bla y todo lo que sale en los telediarios.
ResponderEliminarPero pienso que hay otros robos más peligrosos: la"cínica gramática" que convierte al hombre en mercancía humana que menciona Fackel, y el temible Angel del Progreso que como dice Pájaro de China fue vislumbrado por Benjamin y unos cuantos más. He de decir que hace unos días ví Amandla!, un documental sobre el apartheid en Suráfrica, y aun a riesgo de vuestras críticas, confieso que el problema laboral de los mineros palentinos,el asunto del carbón y su precio en los mercados ,etc. etc. me dejan indiferente.
Un saludo
k
No creo que los mineros chilenos sean mediáticos.
ResponderEliminarEstán viviendo una situación límite que nunca querría para mí.
¿ Lograrán salir con vida? Veremos.
Los de aquí, pueden quedarse o salir. Sin negar , por supuesto, que la situación que están viviendo, es injusta.
Algo habrá que hacer con las minas, si dicen que el carbón contamina.
A mí, me duele lo de allá y lo de aquí.
Saludos
Ramón. Creo que ambos estamos de acuerdo. No se habla apenas de los problemas de la minería española y de sus agentes directos en la producción. Tal vez quieren las empresas y las autoridades que se mueran de asco. Tal vez desaparezca la minería. Los mineros son mercancías de segunda categoría. Ya no es la fuente de energía que fue, no sé si porque técnicamente está superada o porque no da los dividendos que dio antes. Cómo cambian los tiempos.
ResponderEliminarMariel. No sé añadir ni un ápice a tu comentario. Hemos avanzado desde el Neolítico en unas direcciones, pero no hemos cubierto aún todas. Y muchos caminos recorridos pueden desandarse en cierto modo si se baja la guardia. Todo lo que expones lo participo como criterio.
ResponderEliminarSólo una cuestión. La némesis. Estoy de acuerdo en que todos los humillados y maltratados incuban su espíritu de revancha. También los que han tenido bienes; cuando piensan que van a perder su estatus, lo incuban. Es uno de los elementos sangrientos de las guerras, civiles o no civiles (todas las guerras lo son de una manera u otra)
Yo mismo estoy viviendo de cerca los cambios en las empresas. Las nuevas formas de producción de organización del trabajo, la robotización, la selectividad extrema de los empleados, más la psicología integradora, la inteligencia emocional y otras zarandajas van dirigidas a actualizar y sacar el jugo de la capacidad de los trabajadores. Y poder ofrecer lo antes posible esa competitividad y productividad que ansían los propietarios. ¿Formas de esclavismo moderno? Probablemente, y además por doble partida. Puesto que el nivel de consumo que se proponen hoy día al menos ciertos sectores de los trabajadores les ata dos veces. Es como un autochantaje.
Desde luego, no entiendo la vida como una repetición de actos y menos laborales, aunque por ello hemos ido pasando unos y otros. Cada cual sabrá cuáles han sido sus alternativas para romper este tedio donde uno no se siente nadie.
Sí, estamos acá un rato, como bien dices. Nadie nos lo había advertido. Yo tampoco quiero ver lo que veo y cada vez me abruma y me repugna más. Pero la palabra o la tenemos todos o no hay salida.
Vaya, siempre acabamos en pesimismos. Sobre Benjamin, Gramsci y otros...olvidados, ya tendremos oportunidad de seguir hablando. Los clarividentes no perecen.
Un beso.
Karmen. No sé de qué va ese documental pero seguro que tienes razón. Supongo que te refieres a que las condiciones de trabajo, vida y relaciones sociales en muchas zonas del mundo distan lo suyo de las nuestras. Que la explotación es más dura y somete a muchos hombres y mujeres a miserables condiciones de trabajo. Las fotos de los garimpeiros de Sebastiao Salgado siempre me turbaron. ¡Aún existen muchos hombres así!
ResponderEliminarEvidentemente, en comparación con los miserables de la tierra, lo de nuestros mineros parece de bondad. Entiendo y comparto tu rabia y tu sensibilidad. Sin embargo, no creo que se trate de olvidar unos problemas justificándonos con la existencia de las penurias de otros. Su comprensión y solidaridad puede y debe ser compartida. Pienso.
Comparto también tu ironía mordaz (la he sentido como mía propia) sobre lo de pagar a los mineros palentinos y solucionar el problema. Pero también hay una cuestión de precio el sistema de trabajo de los mineros surafricanos u otros trabajadores. Aunque habrá más trasfondo, obviamente.
Un abrazo.
Aquí. No he dicho que ellos -los mineros chilenos- quieran ser expresamente mediáticos. Primero, querrán salir del enterramiento, evidentemente. Lo mediático no lo han inventado ellos, pero todos sabemos, como dice Mariel, que hay muchos ojos puestos en la aventura, en la operación y en el desenlace.
ResponderEliminarClaro que están sufriendo una situación límite, donde el azar, hasta ahora, y las condiciones técnicas de la mina han posibilitado al menos que salven la vida. Todos hemos leído como periódicamente tienen lugar accidentes terribles en minas de China, Ruisa, países africanos, etc. donde la gente ha perecido. Y de ello nunca se ha hablado demasiado.
Insisto. Debemos valorar los problemas de cada cual y no tratarlos superficialmente, o cayendo en comparaciones que no vienen a cuento porque, en el fondo, desvirtúan los problemas concretos y nos hace lavarnos las manos ante todas las situaciones.
A mi también me duele lo de allá y lo de aquí. Pero me duele más quedarme en el dolor.
Un abrazo
El oficio de minero es un estandarte de la clase trabajadora. La dureza del trabajo, las draconianas condiciones laborales que han sufrido durante siglos y la poca sensiblidad de los Estados y de la patronal para con ellos han hecho de la minería un símbolo de clase. En muchos casos, el minero, solidario entre los suyos como pocos, ha sido vanguardia de la lucha obrera, de tal manera que buena parte de la sociedad ha empatizado con su causa. Quizá por eso, los resortes del poder del sistema silencian, siempre que pueden, los conflictos mineros, porque son suscepctibles de convertirse en un grana alud que arrastre a la protesta a otros sectores laborales que sufren también los rigores del capitalismo feroz
ResponderEliminarDe manera que ¡adelante con la lucha, mineros palentinos! ¡Y mucha suerte para los mineros chilenos!
¡Salud!
PObrecito hablador... ¿Será que los mineros recuerdan al viejo topo que horada el suelo sobre el que se aposenta el sistema y por eso los temen? Estoy de acuerdo contigo en el significado y símbolo histórico de los asturianos, leoneses y palentinos. No en vano, uno de los pilares de la frustrada y deseada revolución proletaria en España estaba asentada en esas zonas. Pero en la medida en que en este país las minas han dejado de ser los centros de trabajo importantes y decisivos para la economía que han sido también pierde fuelle la influencia de las luchas de los mineros. E independientemente de eso, es que hoy se silencia casi todas las protestas. Me temo que la lucha obrera no es noticia en principio, según los cánones y los libros de estilo de la prensa, radio y televisión.
ResponderEliminarEn fin, no soy tan optimista como tú, pero yo también deseo que salgan a flote las vidas de los mineros chilenos (que se ha convertido su rescate, por cierto, en cuestión de Estado) y salgan a flote los palentinos y leoneses que pringan por causa fel choricismo de los empresarios del sector.
Gracias por tu opinión.