Cada vez sabe menos. El paisaje -el paisaje que no es mero espacio, que es sobre todo tiempo, y principalmente ocupación- se le manifiesta cada vez más inabarcable. Crece tanto que esa zona de extensión nueva que se abre le empequeñece. Cuanto más mira para el pasado, y cuando creía ir comprendiendo algo, más enigmas se le dispensan. Cuanta más atención presta al entorno, más se diluye su mirada abstracta y el acontecimiento en tránsito le produce más desconcierto. Cabalga entre tiempos diferentes y no se conforma con echarles un vistazo. Sabe menos, y se siente un náufrago del conocimiento. Pero su acendrado optimismo le sostiene.
(Fotografía de Jorge Molder)
El paisaje es tiempo, es cierto. Un abrazo y un bravo por este poema moral.
ResponderEliminarCuanto más tratamos de saber, más se amplía el objeto de conocimiento, y uno tiene más bien la sensación de que en lugar de saber más realmente conoce menos.
ResponderEliminarLo de poema moral me ha gustado, no es frecuente una calificación de este tipo.
Un abrazo, Ramón.
Ay el optimismo, ay!
ResponderEliminarBuena madrugada tenga Usted. El nuevo día le deparará más paisaje; prepare una sonrisa (o más)
Un beso desvelado y alegre, desde Aquí.
Salud, hermano Fackel.
Salud, viviente. Tras este tiempo enajenado, espero que llegues renovada al mundo del optimismo, jaj.
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