"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





lunes, 17 de mayo de 2010

Primitivas convergencias (VIII)


Van sabiendo que nada es posible sin aquél que utiliza una herramienta infrecuente. Aquél que cuando algunos se desesperan logra que se detengan al borde de la locura. Aquél que se interpone entre el caballero y el débil y evita un desmán. Aquél que cuando algunos quieren retornar sin esperanzas hace que se fijen en su el triunfo de haber llegado tan lejos. Aquél que impresiona al hombre de la voz soberbia y de la espada. Aquél que alienta las razones, sin imponerlas. Aquél que invita a confiar en la insospechada fuerza del individuo, no en la mera corriente de euforia del grupo. Aquél que desaparece tras cada uno, para ser uno más. Aquél cuya palabra es una entonación, y no orden alguna. Aquél para quien los himnos no deben reducir la mirada en derredor. Aquél para quien los territorios en los que se adentran no son hostiles, si ellos no quieren que lo sean. Aquél que no suplanta el aún leve edificio de la racionalidad, y se aleja de las imágenes de la superstición. Aquél que habla de pisar el suelo como su suelo, y de palpar la arcilla como su arcilla, y de fecundar el limo como su limo. Van sabiendo que todo es posible si todos son aquél dentro de sí mismos.

2 comentarios:

  1. Van sabiendo, dices...mmm, muy optimista te veo...

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  2. Ese "Van sabiendo" se trata de una mera forma posibilista, Rat. O no tan simple. Pero así es la marcha de la Humanidad. Aunque no sea el único perfil de ésta. Ello implica con frecuencia su contrario: que crean que no saben. Y ay de ellos, de nosotros, cuando no queramos saber.

    Gracias. Buen día luminoso.

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