"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





viernes, 27 de febrero de 2009

Las dudas de Eva



¿Qué te hace desistir de morderla?
¿El temor a la condena que intuyes?
¿El riesgo de convertirte en mito
para siempre?
¿El abandono de la tutela imprecisa
por parte de un demiurgo infalible
e improbable?

Pero si no la catas,
si no das las dentelladas incisivas
que te trasladen su aroma al paladar,
¿de qué te servirá un edén inmortal
donde tu cuerpo apasionado
no ponga a prueba sus sentidos?

No renuncies al desafío
de la tentación
ni desproveas tu alimento.
El bien y el mal pueden esperar.
El conocimiento puede demorarse.
Aún el reptil no se ha consagrado
como símbolo.
Come y da de comer de tu mano
el manjar aplazado largo tiempo.


(Fotografía de Leonard Nimoy)

2 comentarios:

  1. me parece tan sensual la imagen de eva tomando desnuda la manzana y mordiéndola, ciertamente, ¿por qué la manzana tiene que ser el símbolo del conocimiento?, ¿acaso no puede ser la manzana en sí misma, sólo la manzana, la tentación? ah, me ha gustado el poema.

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  2. Es el mito del Génesis el que traigo a colación. Y el que me gusta contraplantear. Según el Génesis, fue la serpiente la que ofreció la manzana a Adán y Eva. La serpiente es uno de los animales más cargados de simbolismo en los mitos de todas las culturas. Mientras que el cristianismo ha retenido sólo los aspectos negativos y malditos de la serpiente, para otras culturas su simbolismo está cargado de vida. Entre otos significados están: fuente de la vida, alma y líbido, autofecundadora, la estabilidad del cosmos, principio vital de todas las fuerzas de la naturaleza, representación de los ciclos temporales, es el relámpago, el principio de los tiempos, es la medicina, es el dios del agua, es el fluido de la Templanza (recogido incluso en el Tarot), es la ambivalencia sexual, etc.etc. Es la serpiente la verdadera protagonista de esta parte del Génesis: ni Yahvé, ni la pareja ideal, ni la manzana, ni el árbol de la fruta prohibida.


    El árbol de cuyos frutos prohibió Yahvé comer a Adán y Eva, ¿era realmente el árbol del conocimiento? Si era así, lógicamente, la manzana era su fruto y la serpiente, en la mejor tradición mitológica de muchas otras culturas, cargada de vida y por lo tanto de tentación -¿de qué otra manera podríamos plantearnos la existencia?- ofrecía el fruto a la pareja humana del Edén.

    Pero ya es sabido que la condena y expulsión del Paraíso está motivada por un doble desafío: el desafío a la Ley y la apetencia humana por conocer. No olvidemos que los mitos, incluídos los cristianos (hay mucha gente que cree que los mitos de las demás culturas son eso, mitos, y que la Biblia es verdad y revelación, pero eso es un problema de desinformación, claro) se manifiestn a través de la translación oral generación tras generación de pensamientos, normas, tradiciones, leyes no escritas, formas de adaptación, representaciones del poder, etc. agrupadas en un corpus de imágenes simbólicas.

    Todo tiene un algo simbólico detrás. La manzana por sí misma es una manzana. Depende de quién y como nos la ofrezcan es atracción o no.

    Por otra parte, la fotografía, aun siendo bonita me recuerda demasiado a una escultura neoclasicista de Canova, por ejemplo. La posición del brazo y la mano sujetando con ligereza la manzana es muy bella. ¿Sabes lo que me gusta sobre todo? Que no es una imagen oferente directa. Pero indirectamente, la manzana está sobre un regazo especialmente recóndito y simbólico. Ahí, el fotógrafo acierta con la tentación.

    Gracias por comentar, Ana.

    Buena noche.

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