"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





martes, 17 de febrero de 2009

Insensibilidad



Al agarrar el racimo de estrellas
Tu mano ardió.
Toda la luz te parecía poca
Para llenar el pecho.
Después enmudeciste.
Y el dolor ni siquiera paría
Exclamaciones.
Tras el suceso la herida detuvo
Tus pasos.
Cada pisada era un gesto inmóvil.
Cada palabra nacía muerta.
Cada sonrisa, una mueca envenenada.
Ya no extiendes la mano
Hacia ninguna hoguera.
Ya no sientes.


(Dibujo de Manuel Boix)

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