"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





martes, 2 de diciembre de 2008

Metamorfosis de Asterión


transfigúrame
el laberinto permite la huída a los audaces

cabalgarás sobre mi hasta que el caballo azul
alcance el confín del desierto

las ciudades estarán esperando
el amanecer y llegaremos de improviso

entrarás en mi embocadura
y abriré para ti de par en par el universo

la sangre será dulce
y ambos seremos las víctimas del sacrificio

y la ofrenda tendrá sentido
pues es imprescindible perder la conciencia

el olvido dará en parir nuevos signos
sobre los cuerpos y las vidas de los prófugos

haré de ti otra materia y segregaré otra sustancia
que te fije en el barro de los orígenes

entonces, Asterión, habrás perdido tu destino fatal
mas no temas pues tu dominio no es ya la salvación

haremos del laberinto una de las ciudades enterradas
en la memoria impura de los hombres

dormirás a mi lado el sueño de las bestias perplejas
que supieron al fin encontrar el camino

y la luz de mi piel derretirá tu máscara fiera
y me pedirás que te dé hijas del deseo

mis brazos te ceñirán sin miedo a tu presencia
sólo excitados por la galopada sedienta

entonces oirás la historia nueva y haré sangrar tus labios
hasta la extenuación de mi misma


(Recogido por el viajero culto Ibn-al-Moussarek-al-Qtubi de una tradición grecolatina. Cuadro de Picasso)

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