"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





domingo, 17 de agosto de 2008

Haiku huésped


Ante su puerta,
mi golpear ya urgente:
susurros quedos.

2 comentarios:

  1. Le tientan los llamadores, ya ha reproducido varios. Algo que ha caído en desuso pero que está cargado de simbolismo. En los puestos y tiendas de los chamarileros se pueden encontrar. Las manos que están a todas las quitaron de las puertas o de los derribos. Pero su sitio es ése, colocados en vertical. Es extremadamente curiosa su atracción por los llamadores, sí.

    Saludos, intenresante blog.

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  2. Gracias por tu comentario. El llamador es un elemento que se utilizaba en mi niñez, y eso que entonces las puertas estaban más abiertas que ahora. Pero ya se sabía: el cartero, el lechero, el panadero...y si la llamada era más brusca e insistente, la policía, desgraciadamente. En muchos pueblos de la España profunda siguen figurando en las puertas de las casas, y por lo que he visto últimamente en Portugal también.

    Vuelve cuando quieras, Armando.

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