"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





martes, 22 de julio de 2008

Erasmo


Os pregunto: ¿puede amar a alguien el que a sí mismo se odia? ¿Puede estar de acuerdo con una persona el que no está de acuerdo consigo mismo? ¿Qué alegría puede proporcionar a otro quien se siente pesado y molesto? Creo que nadie respondería afirmativamente, de no ser más necio que la necedad misma.

Pero, ¿qué pasaría si quisierais prescindir de mi? Que nadie podría soportar a otro. Y, además, cada uno tendría tal asco de sí mismo, que sus cosas le parecerían viles y resultaría intolerable a sí mismo.


Erasmo de Rotterdam. Elogio de la locura.

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