Laberinto
El lenguaje, creedme, es discordia
en la que un término nos otorga otro distinto.
Deseo y duda viven continuamente
en discrepancia, donde la palabra
hace burla de lo que ama.
¿Qué es lo que hace germinar? ¿Muerte y nacimiento a un tiempo?
Permanezco en su seno y nada he perpetrado.
¿Cómo llegué a ese mágico lugar?
Es la palabra tamiz que criba el mundo.
Der Irrgarten, Karl Kraus.
En ese enorme laberinto que son las palabras existen grietas más o menos grandes que somos incapaces de rellenar…será porque deben estar vacías, porque los huecos deben permanecer para respirar entre palabra y palabra o su significado?
ResponderEliminarO tal vez esas grietas es el lugar por donde transitamos, y con el paso del tiempo las grandes lajas de piedra nos son ignoradas. ¿Dónde el camino realmente? ¿En la apariencia a la que se nos trata de someter o en los resquicios por donde podemos permitirnos circular? No olvidemos que somos hormiguitas...Gracias.
ResponderEliminarMe llevo prestado el poema, que conocía de antes pero había olvidado; me lo llevo como hormiguita, para pasar la estación seca...
ResponderEliminarVd., Hacker, debe saber o controlar mucho de poesía. Yo soy sólo un amateur que necesita que le descubran las frutas ricas...Pero de verdad, uno no da abasto. Además de que para ser receptivo a la poesía hay que tener cierta tendencia, cierta disposición, cierta alma y ciert pathos...Es de lo más hermoso que existe, pero por eso mismo resulta difícil. No es como leer una prosa novelada, por ejemplo, con líneas más cercanas a nuestra interpretación. La poesía está a medio camino entre el sufrimiento hmano y la música, ¿o no? Buenas noches, hacker.
ResponderEliminarSaludos, Fackel:
ResponderEliminarno me llames de usted, jeje, que aún ando por los 31 y sin corbata ;)
Es cierto lo que dices sobre la poesía, pero también lo es que eres una persona muy receptiva a ella, la prueba es este blog y la sensibilidad que destila. Muchas de sus entradas son prosa poética de una gran categoría, eso cualquier lo ve.
Este servidor no ha olvidado la reseña al libro de Maillard (llegue a este blog buscando material de esta escritora), delicada, precisa y sentida, cuando en otras partes se publicaban aberraciones sobre ese mismo libro.
Para la poesía tan sólo hace falta el momento para remansarse en ella; entonces nos convoca y no podemos negarnos. Si esa luz está en lo más hondo no hay que apresurarse: ya emergerá. El tiempo, entonces, es lo de menos.
Un abrazo y te sigo leyendo.
Hacker, no me suplantes, jajaj
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