Y se admiró Yahvé al contemplar la huída de toda aquella masa de desesperados. Y comprendió el agravio de que estaban siendo objeto. Y con voz enfurecida habló Yahvé a los que un día pretendieron ser sus elegidos y ahora procuran la esclavitud de estos seres.
¿Por qué hacéis a vuestros hermanos aquello que no quisierais que os hicieran a vosotros? ¿Por qué resucitáis el sufrimiento que en otro tiempo padecisteis? ¿Por qué habéis sembrado el odio? ¿Qué esperabais recoger a cambio? ¿Contra quién habéis dirigido la venganza? ¿Por qué olvidáis los siglos en que no erais triunfantes? ¿Qué os hace pensar que sois los únicos que tenéis derecho a defenderos? ¿Qué palabra ensalzáis en mi nombre? ¿Qué acciones ejecutáis para salvaguardar lo que yo no os he enseñado? ¿A quién servís? ¿Aún no habéis aprendido que la ira genera ira? ¿Aún nos distinguís que la Tierra está para ser compartida? ¿Aún no se os cae el velo de vuestros ojos para comprender que el futuro es la fraternidad o de nuevo no habrá suelo bajo vuestros pies? ¿Por qué habéis desperdiciado vuestra suerte? ¿No habéis comprendido que la infamia tiene un precio? ¿Tan poco os interesa la sangre de los inocentes? ¿No captáis que la ignominia se paga con el descrédito? ¿Por qué no admitís la diversidad de derechos? ¿Todavía fingís que yo os ungí con mi dedo de elegidos? ¿Por qué cabalgáis entre ensoñaciones y proyectos imposibles? ¿No sabéis que o yo soy el Tiempo o éste no existe? ¿Por qué no admitís que el futuro debe ser de la convivencia, donde el miedo mutuo debe ser desterrado? ¿Por qué ese armarse desmesurado y sin fin que puede volverse contra vosotros? ¿No habéis asumido que el destino es como el origen, mezcla entre las mezclas? ¿No registrasteis en vuestro corazón que la pureza esgrimida por quienes os persiguieron con más saña en el siglo veinte no puede ser ahora utilizada como excusa por vosotros? ¿Por qué no reconocéis que no debe haber mejor imperio que el entendimiento? ¿Pensáis que ceder es renunciar? Y si renunciáis, ¿qué os hace pensar que vais a perder? Y si perdéis algo, ¿no conquistaréis al menos un beneficio mayor, la Paz con garantías? Diréis a la postre, rebelándoos contra mis preguntas, que yo os enseñé a odiar, sin querer caer en la cuenta de que vosotros mismos me creabais a mi a vuestra imagen y necesidades de semejanza. Ved ahora a estos hermanos vuestros. Derribando muros oprobiosos, huyendo de la penuria, marcándoos con el desprecio. Porque al necesitado le está permitido la búsqueda de la satisfacción. Porque habéis olvidado que esa imagen fue vuestra imagen. Porque no hay Palabras en el pasado sino Palabras en cada día que deben respetarse.
Y Yahvé contempló con tristeza y a la vez con alegría el paso hacinado de los habitantes de Gaza. Y se inhibió una vez más.
¿Por qué hacéis a vuestros hermanos aquello que no quisierais que os hicieran a vosotros? ¿Por qué resucitáis el sufrimiento que en otro tiempo padecisteis? ¿Por qué habéis sembrado el odio? ¿Qué esperabais recoger a cambio? ¿Contra quién habéis dirigido la venganza? ¿Por qué olvidáis los siglos en que no erais triunfantes? ¿Qué os hace pensar que sois los únicos que tenéis derecho a defenderos? ¿Qué palabra ensalzáis en mi nombre? ¿Qué acciones ejecutáis para salvaguardar lo que yo no os he enseñado? ¿A quién servís? ¿Aún no habéis aprendido que la ira genera ira? ¿Aún nos distinguís que la Tierra está para ser compartida? ¿Aún no se os cae el velo de vuestros ojos para comprender que el futuro es la fraternidad o de nuevo no habrá suelo bajo vuestros pies? ¿Por qué habéis desperdiciado vuestra suerte? ¿No habéis comprendido que la infamia tiene un precio? ¿Tan poco os interesa la sangre de los inocentes? ¿No captáis que la ignominia se paga con el descrédito? ¿Por qué no admitís la diversidad de derechos? ¿Todavía fingís que yo os ungí con mi dedo de elegidos? ¿Por qué cabalgáis entre ensoñaciones y proyectos imposibles? ¿No sabéis que o yo soy el Tiempo o éste no existe? ¿Por qué no admitís que el futuro debe ser de la convivencia, donde el miedo mutuo debe ser desterrado? ¿Por qué ese armarse desmesurado y sin fin que puede volverse contra vosotros? ¿No habéis asumido que el destino es como el origen, mezcla entre las mezclas? ¿No registrasteis en vuestro corazón que la pureza esgrimida por quienes os persiguieron con más saña en el siglo veinte no puede ser ahora utilizada como excusa por vosotros? ¿Por qué no reconocéis que no debe haber mejor imperio que el entendimiento? ¿Pensáis que ceder es renunciar? Y si renunciáis, ¿qué os hace pensar que vais a perder? Y si perdéis algo, ¿no conquistaréis al menos un beneficio mayor, la Paz con garantías? Diréis a la postre, rebelándoos contra mis preguntas, que yo os enseñé a odiar, sin querer caer en la cuenta de que vosotros mismos me creabais a mi a vuestra imagen y necesidades de semejanza. Ved ahora a estos hermanos vuestros. Derribando muros oprobiosos, huyendo de la penuria, marcándoos con el desprecio. Porque al necesitado le está permitido la búsqueda de la satisfacción. Porque habéis olvidado que esa imagen fue vuestra imagen. Porque no hay Palabras en el pasado sino Palabras en cada día que deben respetarse.
Y Yahvé contempló con tristeza y a la vez con alegría el paso hacinado de los habitantes de Gaza. Y se inhibió una vez más.
Saludos, Fackel,
ResponderEliminarperdona si soy inoportuno, quería pasarte el siguiente enlace, que creo puede ser de tu interés:
http://criticadepoesia.blogspot.com/2008/01/el-cultural-y-babelia-4-semana-de-enero.html
Viene a cuento de una reseña maravillosa que hace tiempo hiciste a "Hilos", de Maillard. En este blog se hace otra crítica a otro libro de la autora y pensé que podía interesarte. He mirado de escribirte por privado, pero al no ver ningún mail en tu blog me decido a hacerlo aquí. Espero no haber sido inoportuno.
Y enhorabuena por tu blog, no participo pero lo leo con devoción. Es una maravilla.
Espléndido tu lenguaje bíblico, no tienes precio convertido en Palabra de Yahvé. La crítica es intachable asumiendo el rol. Quien lo vea como blasfemia es que no comprende que el Mundo y sus habitantes no son sólo el Ego de algunos. Un abrazo, Fackel.
ResponderEliminarAnónimo, no dudes de que me pasaré por ese enlace. Si quieres algo más concreto dirígete desde tu email a:
ResponderEliminarlaantorchadekraus@hotmail.com
Y gracias por tus valoraciones, me animan (y me sonrojan)
Sebastián. A veces pienso que a los integrismos religiosos (que, por otra parte, son radicalmente políticos y su defensa es cínicamente de este mundo) hay que dirigirse sobre sus propios terrenos. Y utilizar sus argumentos como bumerán de sí mismos. ¿O hablamos de los integrismos reflejados en el Episcopado Católico? Buenos, en este post no viene a cuento, en otro ya vendrá. Un abrazo.