El que vive es un viajero en tránsito
el que muere es un hombre que torna a su morada.
Un trayecto muy breve entre el cielo y la tierra.
Li Bai (Poeta chino, 701-762)
Morir a los noventa años, con el bajage de Carlos Fontseré, es un trayecto cubierto. A veces se minimiza conceptualmente la vida humana cuando se la compara con la dimensión del universo. Pero la vida larga y plena de un solo hombre es todo un mundo. Y se justifica a sí misma. Cuando además un hombre es un artista, roza el territorio de los dioses. Cuando además de hombre y artista es un hombre que lucha, al estilo brechtiano, la vida es una sonrisa que perdura. La historia del cartelismo español durante la República y sobre todo durante la guerra civil en la España republicana es la triple historia del arte, de la comunicación y del espíritu. La calidad y cantidad de obras que salieron de imprentas y talleres socializados es la más fantástica de cuanto se ha realizado en materia de cartelismo en el mundo. Fontseré era uno más. Y agradecerle su obra ahora, a pie del adiós, es agradecérselo con tal excusa a todos los dibujantes, pintores, obreros de gráficas, resistentes y poetas que en su momento desarrollaron la labor. Traer aquí su memoria es de dignos. Repasar la obra del cartelismo español es reclamar la emoción.
Aunque en los últimos tiempos se ha hablado más del cartelismo republicano, pienso que aún está lejos de ser ecuperado y conocido por las generaciones nacidas tras la guerra civil. Y cuando la perspectiva del tiempo ya no contempla tanto la propaganda como la creación artística se echan en falta exposiciones que recuerden y den a conocer la calidad de los dibujantes y pintores que realizaron obras de gran talento. Por supuesto, ya querrían muchos publicitarios posteriores tener el énfasis y la capacidad de mensaje directo, tanto conceptual como ético, de aquel cartelismo. Saludos y gracias por plantear el tema y recordar a Fontseré.
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