"...Y es que en la noche hay siempre un fuego oculto". Claudio Rodríguez





viernes, 6 de abril de 2012

Estaban bajo nuestras aceras



Los muertos proclaman la vergüenza. Exhiben la mala conciencia de los vivos. Los muertos sacan a relucir la ignominiosa desfachatez  de quienes prefieren seguir sin saber nada. Los creímos desconocidos; o, peor, inexistentes. Ciertas voces nos habían contado durante décadas: están ahí, en las cunetas, o bajo tal encina o junto a las tapias del cementerio o en unas canteras o en la linde de aquellas tierras de labor o en el fondo del acantilado. Un rosario de lugares que solo desgranaban en su intimidad los familiares supervivientes. Lo oíamos contar en silencio. Escuché tantas veces decir a mi abuelo y a mi padre: si la subida al páramo hablase…si aquel pedregal contara…No iban más allá pero mantenían esa pequeña muestra de memoria avergonzada. Tal vez fue la víspera de su asesinato cuando hombres escondidos entre las mieses de julio le pedían a mi abuelo: Indalecio, tráiganos un cacho de pan. Hombres que se conocían entre sí por una vida cotidiana de años. De pronto, al día siguiente las mieses no hablaron. El trigo y la cebada no quieren saber del lenguaje de los hombres. Pero escuchan también los susurros de estos. Como espectros, las voces han perseguido sin parar a los habitantes del país de Caín. A perseguidos y a perseguidores. A los que plantaron cara y resistieron o siquiera tuvieron un gesto de compasión, y a los que se inhibieron por cobardía, por venderse, porque, como decían ellos, no querían líos ni verse mezclados. ¿Y si el problema es precisamente esta especie, la de los que no quieren saber, no quieren verse mezclados y actúan como si ellos no fueran humanos? Las voces de los muertos nos han salpicado y los teníamos olvidados. Peor: ignorados. Peor: irreconocidos. Fatalmente arrojados a las tinieblas exteriores de nuestra conciencia y de nuestra responsabilidad. Aquellos muertos comprometían a los vivos. Mira que aún lo hacen. ¿Dónde han ido a parar los jueces que dicen que imparten justicia? ¿Por qué los gobernantes actuales no quieren que se mueva el tema? Tantas veces las voces. Quienes las transmitían en nombre de los muertos eran tachados de locos, imprudentes, irreconciliables, vengativos, rencorosos simplemente. La razón  -humana, afortunadamente, al fin y al cabo-  tiene muchas vestimentas y siempre abre sendas por las que transitar. Los creímos, a aquellos ajusticiados sin opción, enterrados en lugares inaccesibles o alejados. Pero ahora descubrimos que estaban bajo nuestras aceras o en nuestras parcelas de jardín. Veámoslo de otra manera. Que no nos dé repelús haber pisado sobre su vacío. Sintamos su calor: el mismo de la palabra, de la cordura, de la sensatez. Mientras no se salde con ellos la cuenta pendiente  -que no es la de Némesis-  la reconciliación del país de Caín no habrá concluido.





(Fotografía extraída de El País de hoy. http://politica.elpais.com/politica/2012/04/05/actualidad/1333653419_849770.html )     

17 comentarios:

  1. Ahora que nos ven dormidos
    y nadie vendrá a prendernos
    Siempre en vuelo como pájaro
    y cantando como el viento
    ahora que estamos bien muertos!
    se olvidaron nuestros nombres
    inocentes nuestros versos
    ¡En los álamo del otoño
    se hace palabra el silencio!

    Luis Pastor

    No, repelús no pero si escalofríos no se puede evitar

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  2. Vaya, Balbi, no conocía esos versos, aunque tienen un tono un tanto del romanticismo. A mí lo que me produce escalofríos es la actitud de quienes se resisten al reconocimiento legítimo de esos muertos. Esos que copan en este período de la historia española casi toda la política electa del país. Los de la mala conciencia. En fin.

    Gracias por comentar.

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  3. Me temo que la reconciliación está cada vez más lejos. Yo, con según qué gente no la quiero. Quiero el reconocimiento que se merecen (Te contaría tantas cosas...)
    No se atrevió el anterior gobierno a llevar a cabo y hacer cumplir la Ley de Memoria Histórica, el actual se atreverá aún menos.
    Nuestros muertos ocultos, para indignación de muchos y vergüenza de todos.
    Mi abuelo está junto a la tapia del cementerio. Eso lo supe siempre. Pero descubrí, no hace mucho toda su causa, toda la documentación. Todo humo. Lamentable!
    Gracias por traer este texto.

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  4. Pobrecitos, que tristeza me dan estas cosas, cuanta impotencia,cuanta miseria humana.
    Nadie está a salvo, aunque parezca que nos protegen, nadie está seguro.


    Espero qure nunca más se repita en nuestro país semejante crimen.

    Bona nit maco.

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  5. Túconmigo. Te entiendo muy bien. El tema de la reconciliación no es solo con el pasado, sino sobre todo con relación a la actualidad y el futuro. Veo a gente de mi entorno con una actitud y un estilo de energúmenos que me tiran para atrás. Ese mismo tipo es de por sí poco reconciliable para la convivencia cotidiana y para la cultura política de la que tan deficitarios se encuentran los españoles.

    Lo del pasado no es fácil de superar, sin gestos claros y contundentes. Es increíble que aquello se haya convertido en un bumerán para la derecha que les da de nuevo en su gélido corazón. No pueden soportar el rescate de los muertos, el reconocimiento, la devolución del honor...Venganza nadie la plantea. Justicia sobre individuos concretos del pasado, imposible, todos han muerto. Pero el tema es todavía de carácter político y nada anecdótico. Al no ser abordado y resuelto con claridad en la esfera de la justicia permanecerá como unfantasma en la memoria de los españoles. Mala cosa.

    En este tema (y en otros, por ejemplo el tema de la Iglesia) estoy muy pero que muy decepcionado con el Gobierno socialdemócrata anterior. Una ocasión perdida, a ver si algún día se enteran.

    Buen descanso. Calma. Fortaleza.

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  6. Sí, Gene, sólo pensar en las situaciones que se dieran al ser detenidos y ejecutados indignamente se hunde el espíritu. He leído bastantes testimonios, algunos manuescritos, y fueron situaciones tremendas. Hasta esto...¡están bajo el asfalto, las baldosas, las flores del jardín! Tié cojó.

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  7. No se puede hablar de reconciliación cuando a las víctimas se les niega el derecho al mismo perdón.

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  8. Camino. Ni el Estado ni la Iglesia han pedido perdón efectivo y sincero. Perdón implica algo más que una mera palabra untada de caridad cristiana. Implica saber la verdad de los hechos. Reconocer la implicación. Reconocer a ese enemigo vencido. Exonerarle de la condena a su dignidad y honor. Sin ese proceso que involucra a todos, pero sobre todo a los vencedores manchados de sangre, es muy difícil superar el capítulo de nuestra historia.

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  9. Camino, de nuevo. Es decir, la mejor forma de pedir perdón es ir en la línea e lo que exigen con toda cordura las asociaciones por la memoria histórica. Aunque ya ves, hasta este término "memoria histórica" lo han heho tabú los de siempre. Se burlan de él en superficie, lo temen en la profundidad de sus almas.

    Un abrazo.

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  10. Antorcha, con tu permiso lo enlazo en Facebook. Es un post necesario.

    Un abrazo.

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  11. Freia. Si a ti te parece...Por mí no hay problema.

    Un abrazo.

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  12. Fackel, tus palabras son profundas, pero la foto por sí sola es un grito. Qué símbolo de indiferencia, el de los paseantes con cadáveres a tres palmos bajo sus pies. Y los paletas que extendieron el cemento y la grava sobre sus mismos huesos.

    En la prehistoria, el rasgo con el que se distingue la primera conciencia humana es el hecho de enterrar a sus muertos con ceremonia. La indiferencia hacia los muertos no es humana. Nadie con corazón puede pasear indiferente sobre cadáveres humanos. A no ser que en lugar de corazón tenga una piedra.

    No sé si está en los Derechos Humanos, supongo que no, pero toda persona tiene derecho a un enterramiento digno. Ya no puedo mirar más la foto, pero gracias por publicarla.
    h.

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  13. Hiniare, pensar en que han permanecido ahí casi 76 años estremece la conciencia histórica y personal. No tiene nombre. Y los que quedarán todavía. Ignoro si en la Prehistoria el grado de cainismo sería tan acentuado como en 1936, por ejemplo. Lo dudo. Entonces serían más piña para sobrevivir a los elementos. Y esa piña les llevaría a diseñar sus rituales, que eran su memoria particular y su conciencia de agradecimiento.

    La indiferencia hacia los muertos -dices- no es humana. Permite que matice. Claro que no es compasiva, ni justa, ni respetuosa. Pero ya vemos que las facetas humanas son contradictorias. Hay comportamiento humano para la piedad y comportamiento humano para el desprecio. Lo que practicó el Estado de Franco nacido del crimen es obvio. Por lo menos la explicación -en la foto está tan clara...- se encuentra medio metro bajo tierra. Durante 76 años casi.

    Dan ganas de llorar. Gracias por pasarte.

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  14. El problema, mi querido Fackel, es que en esta bendita tierra no hubo tiros en la cabeza (como en Alemania), ni ahorcados en la plaza mayor como en Italia, ni juicios sin piedad como en Nuremberg. Los que, en la piel de toro, mataban con el tiro de gracia estuvieron 40 años viviendo tan anchos. Sólo dieron cuenta ante su dios, sabiendo perfectamente que como siempre, ya los había perdonado de antemano. Un abrazo y enhorabuena por tu entrada.

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  15. Ay, Sefarad, Sefarad, la desgracia se abatió sobre ti y la heredan tus hijos...

    Islamisteriosa: estoy leyendo "Las voces del Pamano" de Jaume Cabré. Aparte de la calidad literaria, por el trasfondo puede interesarte también. O acaso ya la has leído.

    Gracias por comentar.

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    1. No, no lo conocía. Tengo una lista bastante amplia en pendientes de leer. Ya sabes, soy uno de los que me compré el Kindle y la verdad es que los devoro sin piedad. Lo pondré en favoritos si tú me lo aconsejas. Un abrazo y de nuevo te doy la enhorabuena por esta entrada. Es un auténtico placer leerte.

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  16. A mí me está gustando, Isla, pero ya sabes que esto de los libros es como la comida. Además de la materia prima depende de la elaboración del plato. Y del gusto que uno tenga, naturalmente.

    Agradezco el estímulo de tus palabras.

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