No me cabe duda de que el mito del Laberinto es complejo incluso para los mismos habitantes que vivieron en Creta durante la civilización minoica. Es probable que estos nunca vieran la representación del Laberinto. Y que las monedas halladas en Cnossos con el laberinto en el reverso sean muy posteriores a esa cultura. Es de suponer que incluir tal símbolo en el reverso de las monedas sea un signo de identidad. Lo paradójico es que vaya vinculado al vehículo de transacción del cambio. Es como si el mensaje fuera premonitorio y dijera: esto que tienes en las manos y que te sirve para el trueque de las mercancías es lo verdaderamente laberíntico. Como estamos viendo que acontece en nuestros tiempos, a través de toda la proyección del valor y de los verdaderos recorridos laberínticos de una economía que no sabe si tiene salida o si tendrá que recurrir a romper su propio juego para encontrar otro paisaje.
Sorprendente es también que la imagen de los laberintos que se nos transmite desde la antigüedad griega resulte poco laberíntica. Si se mira con atención no se trata de un ir y venir de calles cortadas, derivadas, compuestas unas y otras para confundir y disuadir, sino de un único recorrido que comienza lateral y que acaba conduciendo sin pérdida a la llegada al centro. ¿El centro es la salida? Es una idea muy vieja y algunos dirán que también muy zen. Tal vez solo se trate de una representación esquematizada. Tal vez no pretenda ser tan laberíntica como posteriormente se ha interpretado y hemos adaptado a nuestro pensamiento actual.
Laberintos o seudolaberintos, el mito de Cnossos nos envuelve todavía en un excitante magma de símbolos e interpretaciones variadas. Su eco aún nos sume en la confusión a los primitivos actuales que poblamos la Tierra. Puestos a ser malpensados a uno le da en reflexionar si la calle única, con el sentido de recorrido obligatorio -¿pensamiento único?- no será sino la ancestral estratagema con que los pastores conducen a su ganado al redil. Si fuera así me vuelvo más escéptico de que se encuentre alguna vez una salida.